Drama de una recién nacida en Ezeiza: su mamá está imputada por matar a su papá y su destino es incierto
El crimen ocurrió en julio de 2021 y la nena nació en diciembre. Por ahora está con su madre, quien tiene un régimen de prisión domiciliaria, pero está por arrancar el juicio y la familia paterna pide la tenencia.
Juanjo Ledesma (27) y Sabrina Farias (29) se conocieron a través de Facebook y, en marzo de 2021 se fueron a vivir juntos a una casa prestada por la familia del joven en Ezeiza cuando se enteraron que ella estaba embarazada de una nena.
El idilio duró poco: el 10 de julio de ese mismo año, en un confuso episodio, él recibió tres puñaladas, debió ser traslado de urgencia a la terapia intensiva en el Hospital de Ezeiza y, tras 21 días de agonía, el 31 de julio finalmente falleció.
Fruto de ese amor efímero que culminó en un crimen que tiene a la mujer como imputada por «homicidio agravado por el vínculo«, el 5 de diciembre nació una criatura cuyos abuelos paternos todavía no conocen, pero añoran ver y por quien ya iniciaron un pedido para quedarse con la tenencia.
«No quiero que mi nieta vaya a una cárcel. No tiene por qué pagar una pena por algo que hizo la madre. Me preocupa que esté en manos de una persona así, que ya mató. No queremos que haya otro Lucio (Dupuy). Yo quiero que la beba esté bien, que sea feliz, que tenga un futuro, como hubiese querido mi hijo», expresó Norma Arbel, la mamá de Juanjo, en declaraciones a la web de Crónica.
El 4 de agosto del año pasado, la acusada fue beneficiada con prisión domiciliaria por estar cursando su embarazo, privilegio que mantuvo cuando la beba nació y que continúa hasta ahora por la lactancia de la bebé. Según se consignó, Sabrina está viviendo actualmente en la casa de una prima.
La causa que hasta hace una semana estaba a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 3 Descentralizada de Ezeiza en manos del fiscal Ricardo Omar Becerra, pasó al ámbito Lomas de Zamora, donde fue elevada a juicio y espera fecha.
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Por el momento, la Justicia pidió un ADN para corroborar la identidad de la menor, y así dar lugar al reclamo de la familia Ledesma. De acuerdo con lo que contó Norma, de cumplirse con la solicitud, sería Débora, la hermana del joven asesinado, quien se haría responsable de la nena, ya que cuenta con el ingreso y el lugar para poder hacerse cargo.
Al respecto, la mamá de Juanjo expresó: «No pierdo las esperanzas que se haga justicia y que esté con nosotros, pero sé que dependerá de los jueces». Es que Norma considera que así lo hubiera querido su hijo, quien estaba «muy ansioso y contento» con la noticia del embarazo que lo iba a convertir en papá por primera vez. «Mi hijo la amaba desde la panza, él me decía: ‘Me late el corazón de alegría'», recordó.
Cómo fue el brutal crimen en Ezeiza
Débora, la hermana mayor de Juanjo, trabaja como enfermera. En diálogo con Crónica, la mujer contó qué fue lo que ocurrió el 10 de julio pasado, alrededor de las siete de la mañana, en la casa donde la pareja vivía en Ezeiza, en el mismo terreno en el que ella residía junto a sus padres.
La vivienda que compartía la pareja está ubicada en un terreno dividido en tres sobre la calle Uruguay al 400. En los otros dos lotes viven Juan Carlos, el padre del chico fallecido, y su hermana. Según los testimonios de la familia en la Justicia, la convivencia en esos meses fue buena, sin que hayan escuchado peleas ni gritos.
«Lo que dijo mi papá es que escuchó un portazo de la casa de ellos y salió a ver qué pasaba. Cuando salió, la vio a ella con un cuchillo tramontina en la mano. Y mi hermano estaba en el umbral de la puerta de su casa. Mi papá le pregunta qué pasaba, y él le respondió ´que eran cosas de pareja´, y se metió para adentro de su casa», empezó a relatar la joven.
Luego, completó: «Al rato aparece ella y le advirtió a mi papá: ‘Correte que te lo voy a matar´y se metió adentro de la casa. Mi papá salió atrás de ella, pero cuando entró en la casa de ellos, ella salió. Ahí lo vio a mi hermano tirado en el piso, en medio de un charco de sangre».
Juanjo recibió tres puñaladas, una de frente y dos por la espalda. «Mi hijo perdió casi tres litros de sangre, estaba tirado en el piso en medio de un charco de sangre. Lo encontró mi marido», dijo Norma, quien también manifestó que su marido está medicado desde el crimen.