La historia de Diego Kolankowsky, el canillita de La Matanza que es uno de los grandes productores en Broadway
Vendió diarios en Ramos Mejía y en Constitución. Fue archivista en Telefe y creó programas periodísticos. Hoy su vida se divide entre Nueva York, Londres y Argentina. Y recientemente obtuvo dos importantes premios.

Diego alzó dos premios Tony por el mejor musical y el mejor reestreno de musical.
Varios trabajos y un largo recorrido atravesó Diego Kolankowsky (51) para pasar de ser el canillita de La Matanza a uno de los grandes productores en Broadway. Y la muestra del éxito que vive en la actualidad es que acaba de ganar dos premios Tony por el mejor musical (Maybe Happy Ending) y el mejor reestreno de musical (Sunset Blvd, la mítica obra de Andrew Lloyd Weber, el creador de Evita, Cats y El Fantasma de la Opera).
Siempre muy ocupado e hiperactivo, su vida se divide entre Nueva York, Londres y Argentina. Y quien supo vender diarios en Constitución, además de trabajar en el archivo de Telefe e incursionar en el cine, hoy es -además de productor de musicales- dueño de radios, páginas de noticias y programas de televisión.
“A mí lo que me gusta es crear. Entonces yo siempre estoy en búsqueda de la próxima historia para crear algo”, contó. Y anticipó: “Estoy trabajando con mi amigo del alma, Axel Kuschevatzky, en una película que filmamos en Londres, que se llama & Sons, y es protagonizada por Bill Nighy, Imelda Staunton y George MacCay, y dirigida por Pablo Trapero. Se va a estrenar en los próximos meses en un festival muy grande y llegará a todos los cines del mundo en diciembre”.
Diego Kolankowsky y sus recuerdos de la infancia
Además, dijo, “tengo varios shows en el Teatro Colón que todavía no anuncié, y en Nueva York estamos trabajando para el estreno de nuestro próximo musical en la primavera de Estados Unidos, en 2026”.

Mirando hacia atrás y repasando su infancia, aseguró que “tengo unos recuerdos maravillosos de mi infancia en La Matanza, en Ramos Mejía y en Morón”.
Hijo de “una costurera tucumana y un diariero bandoneonista”, explicó que “mis padres me hicieron muy competitivo. Querían tener un hijo profesional y combatieron mi parte artística”.
En ese sentido precisó: “Querían un abogado, un contador o algo así exitoso… para ellos. Pero luego, con el periodismo, medio que se relajaron porque les parecía algo formal. Pero bueno, me pusieron esa cosa de superación de que nada alcanzaba, no alcanzaba ser campeón nacional de yudo, nunca alcanzaba nada”.
Si bien en su momento sufrió eso, con el paso de los años el análisis que hace es diferente: “Lo transformé en algo positivo, que hoy valoro y agradezco. O tal vez, no sé, aprendí a convivir con ello. Pero me hizo ser quien soy”.
De La Matanza a Broadway
La primera muestra de que estaba para cosas grandes fue a sus 24 años, cuando hizo un documental que también ganó un Emmy en los Estados Unidos: “Mi época como productor de programas periodísticos fuertes, fue de los 24 hasta los 32 o 33 años, cuando me retiré de lo corporativo”.

Uno de los programas que creó se llamó “Horas, minutos y segundos”. Era sobre actualidad, vidas de lujo y viajes, y se reprodujo en decenas de países. “Eso me llevó a recorrer el mundo y a estar en distintas entregas de premios”, recordó.
Llega Café Vilo a Vicente López: 40 comercios tendrán promos, descuentos y meriendas especiales
También así fue que empezó a pasar mucho tiempo en Miami y en New York: “Me puso en contacto con muchos artistas y estrellas. Y a los 37 o 38 años, en New York, revivió mi amor por el musical, por las obras de teatro. Así empecé a golpear puertas y crear cosas, hasta que me dieran una oportunidad”.
Su primera obra en Broadway fue “Despertar de primavera”, con Michael Arden como director y el mismo equipo creativo de Maybe Happy Ending. Este musical, justamente, es el que ahora desea traer a la calle Corrientes. Seguramente lo logrará, porque el ex canillita de La Matanza no conoce la palabra rendirse.
Hacé tu comentario