Derrumbe en Villa Gesell: Fabián Gutiérrez, el carpintero que vivía para su hija y la búsqueda final de Dana Desimone entre las ruinas
Hallaron al vecino de Merlo. Había ido a trabajar al Hotel Dubrovnik para juntar plata y comprarle una carpa a su pequeña de 15 años. Intensifican el operativo para dar con el cuerpo de la última desaparecida.
El cuerpo de la cuarta víctima del derrumbe del Hotel Dubrovnik de Villa Gesell fue hallado ayer martes. Se trata del carpintero Fabián Gutiérrez, quien previo al desmoronamiento del alojamiento había mandado un audio donde advertía la peligrosidad de las obras llevadas a cabo en dicho edificio y sobre quién se supo que había viajado a la costa para trabajar con el objetivo de que no le faltara nada a su hija.
Gutiérrez vivía en Merlo y fue quien había enviado un mensaje a un allegado advirtiendo algunas situaciones complicadas: «Están invirtiendo un montón de guita en algo que está prácticamente hecho pelota. Es como querer poner a punto la camioneta de Ali», decía la grabación.
En este audio, que dura más de un minuto, el carpintero explicó que el objetivo de estas refacciones era que el Dubrovnik ya no sea un apart hotel. «Yo lo voy a hacer del sexto piso hasta el primer piso, más o menos acondicionarlo, y el año que viene, o cuando termine la temporada que seguiré, lo reemplazamos todo con Melamina y sin puertas. Esta idea no le convenció al arquitecto, pero es lo que hay«, contó Gutiérrez.
«Él quería hacer estos laburitos, una changa, para comprarle una carpa a su hija y que se vaya a las excursiones», le contaron a La Nación Joel y Nicole Molina, sobrinos de Gutiérrez.
Tenía presupuestos aprobados y quedaba avanzar con el mobiliario que le encargaron para renovar las habitaciones, que dejarían de tener formato de departamento. No le terminaba de conformar pero era trabajo e ingresos, aunque sea lejos de casa, para afrontar algunos gastos que tenía como prioridad.
Gutiérrez tenía 53 años y «lo hacía todo por Nicole», de 15 años, cuentan los sobrinos. En Merlo tenía su taller en el que hacía carpintería de obra y mobiliario. «Lo que buscaba era hacer una diferencia para sostener su tallercito y pagar el alquiler. Por eso cuando lo convocó el dueño del hotel e interactuaba con una arquitecta, fue directo», dijo.
«No tenemos más palabras que agradecimiento. No nos faltó nada y la calidez del trato fue espectacular desde el primer momento», remarcaron ambos, en referencia al trabajo de los bomberos, rescatistas y equipos de apoyo psicológico de Merlo y Gesell que colaboraron con ellos desde el inicio de la tragedia. Tampoco acusan a nadie por las muertes de tantos inocentes: «Somos gente de fe, oramos por ellos. Fue una desgracias muy grande».
El derrumbe de Villa Gesell: solo falta Dana Desimone
La autoridades confirmaron que las identidades de los fallecidos son las siguientes: Federico Ciocchini (89), María Rosa Stefanic, dueña original del complejo; su sobrino Nahuel José Stefanic, de 25 años; Matías Chaspman, de 27 años; Mariano Troiano, 46; Javier Fabián Gutiérrez (28) y Ezequiel Matu (38).
Por el momento solo falta hallar a Dana Desimone, la novia de Nahuel. Tiene 28 años y nació en Juan Nepomuceno Fernández, una localidad a la que se accede por la ruta provincial 80 desde la 86, cerca de Necochea. Pero a los 10 años siguió los pasos de su mamá y se instalaron en Lomas de Zamora. Allí Marcela se recibió de profesora de Artes Visuales en la escuela municipal. Allí sigue viviendo, con dos hijos más, un varón y una nena.
Dana estaba con su novio a Gesell y allí los encontró la tragedia, pero solía volver a Juan N. Fernández, sobre todos los fines de año, para visitar a su abuela materna, Mirta Larrosa (78), que vive en la calle 33.
Geminiana, decidida, durante la pandemia de Covid Dana empezó con un emprendimiento propio que desarrolló principalmente entre Lomas de Zamora y Lanús, a través de las redes sociales, en la cuenta @luckypasteleria. En su bio se definía como «pastelera caradura» y proclamaba una máxima: «Que todo fluya, que nada influya».
En Villa Gesell continuó con este emprendimiento. Además, empezó a trabajar en el Dubrovnik y se puso de novia con Nahuel, sobrino de la dueña, María Rosa Stefanic, que había vendido el hotel a principios de este año, pero seguía allí gracias a un arreglo con los nuevos propietarios.
A la 1.30 de la madrugada del martes de la semana pasada, los tres estaban en el primero de los 10 pisos cuando el edificio «con la forma de un barco», en la avenida 1 y la calle Buenos Aires, se vino abajo.
La prioridad en este momento es localizar a Dana, la última persona desaparecida. Las tareas en el lugar continuarán hasta esclarecer su situación, y los equipos se preparan para extender los trabajos de ser necesario. Mientras tanto, la fiscalía y los peritos mantendrán las investigaciones para esclarecer las causas del derrumbe y establecer responsabilidades.
Los próximos días serán decisivos tanto para el operativo como para la investigación judicial, que analiza si el derrumbe pudo haberse evitado y determinará eventuales culpabilidades. La comunidad espera resultados en un caso que sigue conmocionando a Villa Gesell y a los familiares de las víctimas.
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