La aplicación creada en la Universidad de La Matanza para enseñar lenguaje de señas que aún no salió al mercado y ya es furor
Funciona con Inteligencia Artificial. Es la primera aplicación argentina que corrige gestos en el acto. Restan los últimos detalles para que salga al mercado.
Un importante paso en la inclusión social acaba de surgir en la Universidad de la Matanza (UNLaM) gracias a un grupo de estudiantes de la Tecnicatura en Desarrollo de Aplicaciones Móviles, liderados por Juan Matías Guerrero Aguilar.
Se trata de la creación de Comuseñas, una aplicación lúdica única en su tipo dedicada a enseñar la Lengua de Señas Argentina (LSA) a personas de todas las edades. La idea fue de Guerrero Aguilar, que cursó la tecnicatura en cuestión con hipoacusia profunda bilateral y no solo logró graduarse, sino también pensar en una solución para que miles de personas no tengan las dificultades que él atravesó.
“La idea del proyecto me surgió ya en la tecnicatura, durante la pandemia. Los chicos con problemas de audición como yo no podían comunicarse en forma virtual. Por ejemplo, en una primera clase tenía dos profesores que se hablaban entre sí y yo no podía entender porque tenía que escucharlos y leer sus labios, todo al mismo tiempo», contó Guerrero Aguilar a Página 12.
Fue en ese momento que empezó a pensar en la idea de una lengua de señas con subtítulos, idea en la que se puso a trabajar en el marco del cierre de la Tecnicatura cuando lo pudo retomar, junto a un grupo de compañeros que terminaría siendo el equipo desarrollador de Comuseñas: Víctor Adrián Orue, Fernando Benítez, Pablo Javier Carballo y Fabián Alejandro Zárate, acompañados por sus tutores, Marcelo Adrián Juárez y Serena Donato.
Universidad de La Matanza: cómo funciona la aplicación
En Argentina, la hipoacusia afecta entre 700 y 2.100 niños al año, número que representa al 18 por ciento de las discapacidades existentes en nuestro país. De esos niños, un 86,6% tiene dificultades auditivas mientras que el restante 13.4% sordera. Siendo que la detección temprana es crucial, la aplicación Comuseñas funciona como una herramienta de gran valor para ayudar a jóvenes con estos problemas.
Según explicaron desde el equipo, la aplicación no solo muestra los gestos sino que los corrige a través de la Inteligencia Artificial. En efecto, se muestra el gesto para comunicarse a través de LSA frente a la cámara y automáticamente se dice si está bien o no. La idea es que a través de un sistema lúdico se pueda aprender el lenguaje.
A partir de ese premiso, la aplicación funciona como un juego en el que el usuario va avanzando a niveles cada vez más complejos, que van desde el abecedario hasta palabras y oraciones elaboradas. Cabe destacar que aunque ya existen dos aplicaciones nacionales que permiten aprender LSA, Comuseñas cuenta con el diferencial de que corrige los gestos en vivo.
«Además buscamos que la aplicación funcione como soporte tecnológico para el psicopedagogo, como una herramienta donde pueda seguir el desarrollo del niño durante la semana y ver en qué palabras tiene dificultad y, así, trabajarlas en detalle durante los encuentros”, agrega Guerrero Aguilar.
Comuseñas: furor en el público
Aunque la aplicación se encuentra próxima a salir al mercado, luego de que la UNLaM la premiara por su “viabilidad social y comercial”, ya tuvo su demostración en la última Expo Proyecto de la universidad bonaerense, en la más de 250 personas que probaron Comuseñas querían seguir jugando (y aprendiendo).
Por su parte, la UNLaM celebró el compromiso y la dedicación de Juan, a quien destacó como un ejemplo inspirador para toda la comunidad universitaria. «Su proyecto no solo destaca la excelencia académica, sino también la capacidad de generar un impacto positivo en la sociedad a través de la tecnología y la inclusión», señalaron.
“Me enorgullece mucho este proyecto y que sea el cierre final de mis estudios en la Universidad de La Matanza”, cerró Guerrero Aguilar emocionado, no solamente habiéndose convertido en el primer universitario de su familia sino también en un referente de la inclusión en el país.
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