El día que Carlos Tevez sufrió una pesadilla contra Independiente y puso en riesgo el partido de su vida en Boca
El Apache es en estos días el técnico que le permite al Rojo mirar con algo más de alivio el riesgo de irse al descenso. Pero hace 20 años, cuando empezaba su carrera como futbolista en Boca, la pasó muy mal.
Carlos Tevez, el entrenador que le trajo alivio a Independiente en la pelea por la permanencia.
Carlos Tevez es hoy el hombre providencial de Independiente: le cambió la cara a un Rojo que defraudaba, ganó el clásico frente a Racing como visitante, aspira a seguir sumando para zafar del descenso y, por qué no, ilusionarse con la Copa de la Liga, un título local que al club se le niega durante más de dos décadas ya.
Sin embargo, al margen de esta feliz relación actual, los caminos del Diablo y de Carlitos se cruzaron anteriormente y no de la mejor manera: en un Boca-Independiente, el Apache sufrió una de las patadas más recordadas de su carrera y casi queda fuera de una de sus jornadas más épicas.
Carlitos, la aparición estelar de Boca
La historia de Tevez es bien conocida: surgido de Fuerte Apache, llegó a Boca con edad de Inferiores y se hizo un lugar en el equipo que por entonces dirigía Carlos Bianchi a fuerza de goles y potrero. El Apache debutó en 2001 y rápidamente se volvió un habitué de las alineaciones iniciales de Boca: en 2002, con Oscar Tabárez, comenzó cada vez más a sumar titularidades.
En 2003, consumada la vuelta del Virrey, Tevez se consolidó como pieza clave y figura de aquel Boca. Tras quedarse fuera de la lista de convocados para la fase de grupos, fue totalmente dominante en los playoffs de aquella Libertadores: en la final ante Santos convirtió un gol en Brasil y logró levantar la por entonces quinta Copa del club de la Ribera.
En el segundo semestre del 2003, a Boca se le venía otro sueño por delante: la Copa Intercontinental. Tevez, por su gran nivel, era también un número puesto para el Mundial Sub 20. Justo entonces, Independiente se cruzó por primera vez en el camino de Carlitos…
Carlos Tevez versus Félix Benito
El 2 de noviembre de 2003, Boca recibió en la Bombonera a Independiente. El Xeneize, luego de ser campeón de América, marchaba como firme puntero en la tabla de ese Apertura, la segunda competencia del año en el plano doméstico. Pero el partido número 13 del campeonato trajo la yeta…
Durante el primer tiempo, Carlitos fue a recibir una pelota al costado para comenzar a encarar al área de Independiente. Félix Benito, lateral / volante surgido en San Lorenzo que se había incorporado al Rojo, llegó tarde y le cometió falta. Fue una infracción fuerte, clara. Extrañamente, el árbitro Gabriel Brazenas ni siquiera la sancionó. La rodilla de Tevez se trabó y empezó a dolerle.
Carlitos no pudo salir a jugar el segundo período y el diagnóstico del médico de Boca fue claro desde el principio: esguince de rodilla para Tevez. El clásico a la vuelta de la esquina ya estaba perdido, el partido crucial con San Lorenzo también estaba amenazado y el viaje a Japón iba a encontrar a un Tevez con poco ritmo…
“Desde el momento en que Benito me dio el golpe sabía que había algo mal, porque me sonó mucho la rodilla. Yo no quise salir por amor propio, pero cuando la rodilla se me enfrió no podía ni caminar… Estoy dolido por muchas cosas, pero más que nada por perderme el clásico con River. Ahora espero llegar bien a la final con Milan”, fueron las palabras de Carlitos tras una patada de la que se habló muchísimo en el curso de la semana, más incluso que de aquel aburrido 0-0 en la Bombonera.
La recuperación de Carlitos
Boca pudo reponerse a la lesión de Tevez. Sin el Apache, derrotó a River 2-0 en el Monumental en un colosal partido del equipo de Bianchi. “No somos Tevez-dependientes”, sacó chapa el DT en la declaración posterior.
A continuación, el Xeneize también venció a San Lorenzo por 1-0 (golazo del brasileño Iarley) y encaminó su rumbo hacia la obtención del Apertura. Ya campeón en casa, tras un 2-1 a Arsenal en Avellaneda, se enfocó en el viaje a Japón. Y ahí fue cuando Carlitos metió quinta.
El Apache llegó al partido de Boca frente a Milan con lo justo, pero pudo estar y ayudar a sus compañeros. Si bien no fue titular, ingresó a los 72 minutos en reemplazo de Guillermo Barros Schelotto, dejando atrás la lesión causada por Benito. Fue importante para sacar a los suyos del fondo y arrinconar al equipo italiano en la etapa suplementaria. Protagonizó varios duelos con el notable Paolo Maldini.
En la definición por penales, al cabo del 1-1 en los 120 minutos, no llegó a patear: Boca se consagró antes de que le tocara su turno. Pudo desahogarse con sus compañeros y disfrutar del festejo más importante de su carrera. El mal recuerdo con Independiente quedó solo en eso, en algo del pasado…
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