Así está hoy Matías Donnet, el ex Boca al que la vida le cambió con un gol al Milan y jugó hasta los 44 años
En Japón, convirtió el 1-1 en la final de la Copa Intercontinental 2003, el último título mundial ganado por el Xeneize. De regreso a su pueblo, se dio el gusto de colgar los botines hace poco menos de un año.

El grito inolvidable de Matías Donnet: el gol al Milan en la final de la Copa Intercontinental 2003.
En su paso por Boca Juniors, Matías Donnet puede ser el ejemplo de que la vida, como suele decirse, puede cambiar en una fracción de segundo y hay muchos casos que así lo confirman. Es más frecuente encontrar ejemplos de episodios negativos o desgraciados que alteraron para mal una existencia. También los hay buenos, aunque gocen de menos preferencia a la hora de contar historias.
La vida de Donnet pasó a ser definitivamente otra desde el 14 de diciembre de 2003, con más precisión desde los 28 minutos de un partido de fútbol disputado aquel día en Yokohama, Japón. No era un partido más, por supuesto: se trataba de la final intercontinental entre Boca y Milan, la última vez que un club argentino logró vencer a uno de Europa en esa instancia.
Matías Donnet, de Esperanza al mundo
Matías Donnet cumple 45 años este viernes 18 de abril. Empezó a jugar en su pueblo, Esperanza, un sector relevante de ese triángulo de gran desarrollo agropecuario que forman el norte de la provincia de Buenos Aires, el sur de Córdoba y el sur de Santa Fe.
Decía Carlos Timoteo Griguol, agudo observador, que esa zona del país era de las más generosas para abastecer de futbolistas. “Son gringos bien alimentados, fuertes físicamente”, explicaba el entrañable Timo.

Donnet no seguía el estándar de volante percherón, bien armado. Su apodo original (Pucherito) servía para recordar que le faltaban unos cuantos platos de comida para competir al máximo nivel, pero Matías compensaba esa eventual carencia con movilidad, técnica y un cañón en su pierna derecha.
El ex futbolista de Boca que brilló en un Superclásico histórico y ahora trabaja de fumigador
Unión fue su plataforma de despegue. Llamó la atención del ambiente futbolero en una brillante actuación del Tatengue en la Bombonera, la noche del 13 de febrero de 2001, frente al Boca que venía de salir campeón del mundo contra Real Madrid. Donnet selló el 3-1 de una victoria sorpresiva.
Viaje a Italia y regreso al país
Sus prestaciones en Unión generaron interés del extranjero. Venezia se lo llevó a mitad de aquel año. Para Matías fue todo demasiado rápido, todo muy de golpe. Le costó la adaptación a otro país, a otras costumbres. Por eso no dudó en aceptar el ofrecimiento de Boca, en el segundo semestre de 2002, y pegó la vuelta.
Con Oscar Tabárez como director técnico, el Xeneize peleó hasta la última fecha el título contra Independiente. Se lo llevó el Rojo, presidido en aquel momento por el hoy mediático Andrés Ducatenzeiler. Al margen de que el equipo terminó siendo protagonista, Boca optó por cesar a Tabárez y traer de nuevo a Carlos Bianchi.

Ya sin Juan Román Riquelme en la nómina, el Virrey empezó a utilizar en 2003 un esquema 4-4-2 que a Donnet le sentaba cómodo. Su ida y vuelta por la derecha, llegando hasta el fondo o relevando a Hugo Ibarra cuando el lateral se proyectaba, lo ayudaron a ganarse minutos entre los titulares, sobre todo en la segunda etapa del año.
Mientras preparaba el choque contra Milan, por entonces una especie de selección ítalo-brasileña, Boca dominaba el Torneo Apertura, con un Donnet afirmado en su puesto y con presencia goleadora. Convirtió en el 4-1 a Racing, los dos del 2-0 a Atlético Rafaela, en el 2-0 a Estudiantes de La Plata y en el 2-1 a Arsenal que permitió dar la vuelta olímpica en Avellaneda.
La noche consagratoria de Donnet
Milan se puso en ventaja a los 23 minutos, mediante el sueco Jon Tomasson. Boca no se rindió y pegó enseguida con el zurdazo de Donnet para equilibrar el resultado. La paridad se mantuvo durante el resto de los 90 minutos y la media hora de tiempo extra. Hubo penales y Matías adelantó al cuadro argentino con un derechazo fortísimo, que dejó sin reacción a Dida. Raúl Cascini selló el 3-1 y la tercera Intercontinental voló a Brandsen 805.
Para la gente de Boca, aquella imagen es imborrable. La gratitud hacia Donnet perdura, a más de dos décadas de consumada la hazaña. El santafesino se sumó como entrenador a las divisiones inferiores del club a principios de 2020.

En 2023 tomó la decisión de retornar a sus pagos, donde se dio el gusto de hacer un “último baile” en Juventud de Esperanza: jugó durante seis meses en la Liga Esperancina hasta que a mediados de 2024, a los 44 años, decidió colgar los botines.
Ahí cultiva un perfil bajo, aunque sea difícil: no cualquiera está en condiciones de acreditar que fue figura en un partido donde para los rivales jugaban, entre otros, Cafú, Maldini, Seedorf, Pirlo, Kaká, Shevchenko e Inzaghi.
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