Caso Arturo López: por qué una jueza liberó al menor que noqueó al playero en el Microcentro y lo dejó con secuelas mentales de por vida
Carlos Manuel A. había recibido 4 años y 6 meses de prisión efectiva en septiembre pasado por la brutal agresión. Ahora dejó el encierro: le pusieron una tobillera electrónica y la prohibieron de salir de CABA
El adolescente condenado a cuatro años y medio de prisión por darle una feroz golpiza al playero Arturo López en un estacionamiento del barrio porteño de Monserrat quedó libre en la noche de ayer jueves. La jueza Laura de Marinis, titular del Juzgado Penal Juvenil N°3 porteño, dispuso su liberación y le impuso el uso de una tobillera de geoposicionamiento y la prohibición de salida de la Ciudad de Buenos Aires.
La primera condena al menor por su ataque -ocurrido en noviembre de 2021- había sido impuesta en septiembre pasado por el juez de 1ª Instancia en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas Nº 11 de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro Villanueva.
Florencia López, la hija del playero atacado en noviembre de 2021, aseguró que su padre «tiene una condena de por vida» a raíz de las «secuelas irreversibles» que le causó la golpiza. «Pasa el tiempo y mi papá es el único que tiene una condena de por vida. El panorama parece más desalentador», sostuvo Florencia.
La nueva resolución fue madurando de a poco. La Sala N°1 de la Cámara de Apelaciones de la Ciudad de Buenos Aires había decidido que la pena dictada era «excesiva» y que debía recibir una nueva, pero «en suspenso», es decir, menor a 3 años. «La jueza Marinis siguió los lineamientos de la cámara, no le quedó mucha alternativa», contaron las fuentes consultadas tras conocer la liberación del adolescente.
Esta situación deja a Carlos Manuel A. al borde de la liberación, ya que tras la decisión de la Cámara su defensa interpuso un pedido de excarcelación. Ahora los responsables del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil deben resolver.
Las mismas fuentes advirtieron: «El fallo de la Cámara debe adquirir firmeza y aún podrían recurrirlo las partes por ante el Tribunal Superior de Justicia«.
Cómo fue el salvaje ataque al playero Arturo López
El salvaje ataque tuvo lugar el viernes 19 de noviembre de 2021, cerca de las 17, en el garaje de la calle Moreno al 800, En ese entonces, López fue increpado por un adolescente que, según testigos, le reclamaba por un rayón que tenía su vehículo.
En las imágenes de la cámara de seguridad se observa cómo el agresor, acompañado por otros dos jóvenes y su madre, golpeó de forma sorpresiva al playero en el lado izquierdo de la cara, por lo que el hombre cayó e impactó fuertemente contra el suelo, quedando inconsciente.
El joven se fue del lugar y estuvo casi cinco meses prófugo hasta que se presentó ante la Justicia el 29 de abril de 2022 a las 0.15 de manera espontánea en la División Enlace Institutos Alojamiento de Menores, situada en la calle Perón 2048, en el barrio porteño de Balvanera.
Entonces, los voceros habían afirmado que el adolescente se encontraba escondido en una comunidad gitana de la localidad bonaerense de General Rodríguez, contradiciendo las versiones de su padre, quien había dicho a Télam que se hallaba oculto en Uruguay.
Hoy, a más de dos años del hecho, Arturo padece graves secuelas: tiene dificultad en el habla, la comprensión y problemas motrices.
Su salud está resquebrajada y los problemas físcos son recurrentes: «Hace unos meses, aproximadamente, estuvo internado una semana en terapia intensiva. Ahora, regresó a la casa y sigue con la rehabilitación diaria, ya que va todos los días a la clínica. Su evolución iba bastante bien, pero después de esa nueva internación hizo un retroceso», le contó la ex mujer de Arturo López a Infobae.
«Para mis hijas esto marcó un antes y un después. No pueden contar más con el padre: ahora son ellas las que se tienen que ocupar de él. Sabemos que esta es una lucha que vamos a tener de por vida porque la demanda es constante. Arturo necesita cuidadores las 24 horas del día: la demanda es constante y va a ser así siempre”, enfatizó.
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