Él es ciego y ella tiene disminución visual, son artesanos y venden sus productos en la Plaza Grigera
Se trata de Daniel Ibáñez y Érica Cisneros, un matrimonio que confecciona mochilas, billeteras y carteras en cuero para luego comercializarlos en el emblemático espacio público de la ciudad. Un relato de vida para tomar de ejemplo.
Oriundos de Lomas de Zamora, al sur del conurbano bonaerense, Daniel Ibáñez y Érica Cisneros cuentan su historia de amor y superación: ambos son ciegos y llevan adelante un emprendimiento de productos de marroquinería confeccionados por ellos mismos. Monederos, bolsos, carteras y hasta alforjas para motocicletas hechas en cuero son algunos de los accesorios que fabrican en su hogar y luego venden en la Plaza Grigera del distrito.
La discapacidad, aunque difícil, no los alejó del trabajo ni de las ansias de armar un proyecto de a dos. Daniel tiene 53 años y perdió la visión a los 34 debido a la diabetes, mientras que Érica tiene 42 y padece una disminución visual llamada retinopatía desde hace 14 años. Se conocieron en la Escuela de Educación Especial N°506 de Lanús y ahora, juntos, llevan adelante “Artesanías en Cueros PG”, el emprendimiento que los unió.
“Ahí me encontré a Érica, quien ahora es mi compañera de vida. Fue gracias a ella que comencé a vender los productos”, contó el hombre. Ella, por su parte, contó que fue Daniel quien le vendió su primer bastón y que aprendió mucho de él. “Yo saqué mucha enseñanza de Dani. Si él podía aprender y realizar un trabajo propio, ¿por qué yo no? Fue un ejemplo para mí”, agregó Érica.
En tanto, ellos aún mantienen contacto con la institución educativa en la cual se conocieron. “La Escuela 506 siempre nos manda alumnos ciegos porque dice que nosotros somos un ejemplo, pero lo que yo le digo es que nosotros no somos ejemplo de nada, solo tratamos de relatar nuestra experiencia porque sabemos que otra persona que tiene la misma discapacidad también puede salir adelante. Así como nosotros pudimos, ¿por qué no otra persona?”, cuestiona Érica.
La pareja de artesanos fabrica todo tipo de productos de marroquinería: carteras de distintos tamaños, cinturones para hombres y mujeres, mochilas, riñoneras, bolsos materos, fundas para bastones para ciegos, entre otras cosas, son diseñadas y cosidas en su hogar -que también funciona como taller- ubicado en Lomas de Zamora.
“La sociedad es la que no ve. Nosotros sí vemos. Esto no me detuvo, de todos los lugares se sale. Cuesta, pero se sale. Yo creía que me moría. Se apagó la luz y no hay más mundo. Ni pareja, nada, ni pensás en eso, vos pensás en cómo vas a sobrevivir y cómo vas a hacer de tu vida”, expresó Daniel, quien antes de ser artesano era pulidor de pisos.
Cómo empezó la pareja de artesanos ciegos de Lomas de Zamora
Sobre sus comienzos, Daniel relata que todo fue gracias a un vecino que hace monturas para caballos, quien un día lo invitó a coser. “Y si yo no veo, ¿cómo voy a coser?” fue la respuesta del artesano, a lo que el amigo le retrucó: “Yo coso con los ojos cerrados. Te espero en el taller”.
Así, Ibáñez estuvo practicando durante meses hasta que logró hacer unos monederos chicos. Luego, casi sin querer, Daniel y Érica comenzaron el emprendimiento. “Él empezó en una plaza de Adrogué, pero yo le insistí que fuera a la Plaza Grigera de Lomas, y fue ahí donde se animó a hacer cosas más grandes como, por ejemplo, las materas”, recordó la mujer.
“Teníamos que llenar una mesa de 80 por dos metros. ¿Cómo lleno todo eso? Dije que no, que no era para mí. Ella me dijo que sí, que nosotros podíamos. Y hoy, después de diez años, me sobra mercadería”, expresó Daniel.
Para cerrar, el artesano contó que “al principio sentía que me compraban de lástima, pero no es así, nosotros trabajamos”, al tiempo que reflexionó: “Una mochila no te la compran por lástima. Así que me tuve que creer que cosía y que hacía cosas lindas e interesantes, a mi forma”. Hace ya ocho años que la pareja se dedica a este proyecto, que cuenta una historia de vida basada en el amor y la superación.