El artista de Florencio Varela que no fue a la escuela, es veterano de Malvinas y lo admiran por sus murales sobre la guerra
José Campos fue soldado continental. Trabaja en el Área de Artes Visuales del Centro Cultural de la ciudad y su obra genera admiración en la comunidad de Varela, donde es considerado una referencia gracias a sus pinturas.
Una bicicleta para trasladarse y los pinceles para intervenir cualquier pared que vista su ciudad. José Campos (60) no necesita más estímulos para arrancar el día y seguir con el objetivo que viene persiguiendo hace años como artista plástico en el municipio de Florencio Varela: que la Guerra de las Malvinas y el recuerdo de los ex veteranos sigan vivos en la memoria colectiva, incluso en las nuevas generaciones que sólo aprenden de la historia a través de libros o relatos ajenos.
Uno de los motivos que lo llevó a realizar murales bajo esa temática fue para plasmar su experiencia en el conflicto bélico. Campos es veterano de Malvinas: fue soldado continental y todavía recuerda, con cierta nostalgia en su voz, cuando lo llamaron para integrar el servicio militar con la mayoría de edad recién cumplida. Por aquel entonces vivía en la ciudad de Mar del Plata y jamás se había movido de ese balneario que lo vio nacer.
«Participé de la guerra, pero estuve en el continente sin llegar a las islas», explica en diálogo con Zonales y argumenta discriminación que sufren quienes se quedaron en la Patagonia. «Hasta el día de hoy los veteranos continentales no recibimos pensión ni reconocimiento. Es necesario entender que yo no elegí mi posición, nadie tuvo la posibilidad de elegir nada».
A raíz de esto, señala que desde 2020 existe un proyecto de ley cuya finalidad es «otorgar un reconocimiento histórico y moral como «veterano de guerra continental por Malvinas» a ex soldados conscriptos convocados pertenecientes a las clases 61, 62 ,63 prorrogados que acrediten haber estado bajo bandera en forma efectiva entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982″.
Los primeros pasos de José como dibujante y artista
José sorteó una infancia «muy humilde» y recién en su juventud, cuando decidió partir como mochilero a recorrer el país, pudo viajar a Buenos Aires para reencontrarse con sus hermanos. Con los años, el destino lo terminó hospedando en el sur del Conurbano donde logró formar una familia y hasta un reconocimiento como artista plástico que le permitió codearse con gente del oficio. De hecho, jamás tuvo la posibilidad de asistir a la escuela convencional. «No tengo estudios primarios ni secundarios», admite el varelense.
En esa búsqueda de identidad, el dibujo apareció como un refugio para salvarle la vida, incluso como un medio de comunicación para materializar lo que sentía después de la Guerra. «Dios me regaló este don y tengo que saber usarlo muy bien. Yo siempre digo que en mis peores dolores o cuando había cierta censura, los que hablaban eran mis pinceles. Ellos expresaban lo que yo no podía».
La gran mayoría de los murales que tiene Florencio Varela llevan la firma de José. Siempre con respeto y pidiendo permiso, ha conquistado las paredes más recónditas del municipio porque muchos vecinos ya conocen sus obras y le abren las puertas con un cariño incomparable. De hecho, cada mañana cuando se dirige al Centro Cultural del distrito, donde se desempeña en el Área de Artes Visuales coordinado por el profesor Mauro Prado, las personas lo frenan y lo hacen bajar de su bicicleta para saludarlo o felicitarlo por sus trabajos. «Es maravilloso», asegura.
Como una manera de compensar y devolver todo ese cariño, Campos realiza un arte callejero gratuito donde sólo recibe colaboración para comprar pintura o pinceles. Si bien reniega del uso de las redes sociales, sus hijos le dieron un instructivo para que pueda compartir sus intervenciones artísticas en el mundo digital. «Tengo seguidores de todo el mundo», afirma orgulloso.
Y añade: «No me gusta utilizar bocetos. Juego mucho con mis estados de ánimo y con la creatividad que sienta en el momento de estar frente a una pared vacía», confiesa sobre la técnica que implementa a la hora de diseñar.
Por ejemplo, hace algunos años, se encargó de pintar un mural que quedaba a media cuadra de su casa sobre Aristóbulo Del Valle y San Martín. Tenía 30 metros de ancho por 3 metros de alto y a través de relatos o fotografías que le iban acercando los ex veteranos de Malvinas, logró recrear parte de las islas o los aviones de combate. «Duele recordar, pero más duele olvidar. Mi objetivo es y será homenajear a mis camaradas», sostiene convencido de la misión que intenta cumplir a diario.
Sin embargo, a lo largo de estos años, cubrió otros acontecimientos relevantes en el país. Uno de los barrios de Florencio Varela tiene un paredón destinado al submarino ARA San Juan como una manera de visibilizar y reflejar un reclamo que no cesa. También, aprovechando el furor que dejó el Mundial de Qatar, el artista se propuso a confeccionar mates con el rostro de Lionel Messi y a rendirle un tributo al plantel campeón con banderas que realizó a mano para colgar en los balcones.
«Todos tenemos nuestras historias. Lo importante es saber qué queremos hacer con ellas. A mí me sirve pintar, es mi cable a tierra y una manera de sentirme seguro con mis raíces».
Ante la consulta de Zonales sobre los que plasmaría en un mural, José aterriza su memoria en tres momentos de su vida: «Elegiría dibujar mi infancia humilde, la historia de Malvinas que es un poco lo que hago hace años y por último, el nacimiento de mis seis hijos», comparte emocionado.
El día que lo llamaron para ser intendente de Florencio Varela
José tenía veinte años cuando comenzó a militar por la Unión Cívica Radical que, en 1983, era liderada por la figura de Raúl Alfonsín para promover su campaña presidencial. «No importaba si estaba en la montaña o al lado de la playa, yo siempre buscaba la casita radical para pelear por mis ideales», acota.
Cuando se mudó a Florencio Varela, decidió volcarse de lleno a la política y en 2019, puso en marcha un proyecto político para conocer las necesidades que tenían los vecinos sobre su lugar de residencia. Viajaba en colectivo para ser parte de la cotidianeidad y conocer de a poco los intereses que tenía la comunidad del distrito.
De esta manera, su nombre comenzó a tomar fuerza dentro de la dirigencia radical y sin ánimos de generar una competencia interna por el puesto, decidieron lanzar su candidatura como intendente. Finalmente, en aquel año, Andrés Watson del Frente de Todos ganó las elecciones con el 54,8% de los votos, quien continúa en la gestión hasta la actualidad en el Municipio.
Por último, Campos explica la importancia de conectar con el arte. «Cuando era precandidato yo seguía pintando murales del municipio y conectando con la gente desde ese lugar porque el dibujo me sacó de los peores lugares. A veces no tenía ni para comer, pero siempre intenté dedicarle un tiempo a los pinceles que son mi medio de expresión. Hay que liberar para soltar, pero nunca olvidar».