Thiago Almada, el chico que vendía verduras en Fuerte Apache y cumplirá el sueño de jugar el Mundial de Qatar
El ex jugador de Vélez surgió de las mismas canchas de tierra que vieron aparecer a Carlos Tevez. Es uno de los nuevos nombres de la Selección, junto con Ángel Correa, tras las bajas de Nicolás González y Joaquín Correa.
El nombre de Thiago Almada lleva muchos años instalado en la memoria del futbolero de la Argentina. Es el nene que se crió con su familia entre los peligrosos monoblocks del Fuerte Apache, el barrio de Ciudadela. Es aquel “gurí” de Vélez Sarsfield que, a fuerza de talento, empujó a Gabriel Heinze a que lo hiciera debutar en Primera División con apenas 17 años.
Es uno de los sparring que Jorge Sampaoli llevó a Rusia 2018 para poner a prueba a los defensores mundialistas. Es el chico que le arranco elogios a Lionel Messi después de que debutara en la Selección este mismo año, en una gira por Estados Unidos. Es uno de los elegidos por Lionel Scaloni para entrar por la ventana al Mundial de Qatar, en medio de una ola de lesiones que afectó a la Selección.
Todos esos es Thiago Almada. A los 21 años, fue citado de urgencia, junto con Ángel Correa, por las lesiones que obligaron a dar de baja al escobarense Nicolás González y a Joaquín Correa. Había tragado saliva cuando Scaloni no lo incluyó en la primera nómina de 26 confirmados por el entrenador, aunque desde el cuerpo técnico del seleccionado le habían avisado que estuviera listo como uno de los que más chances tenía de subirse a la Copa del Mundo ante una eventualidad, como la que finalmente ocurrió.
Es también el chico que se encontrará con su papá en Qatar, porque Diego Almada fue sorprendido en pleno viaje a Medio Oriente por una videollamada de su hijo, que en medio de los gritos y la euforia del resto de la familia le contaba que había sido citado. Estaba camino al Golfo Pérsico porque Thiago le había regalado el viaje al Mundial para el Día del Padre, en junio, sin saber de su propio destino. Un gesto premonitorio que tuvo recompensa.
La reacción de su familia, tras conocerse la noticia, recorrió el mundo con un video elocuente: «Hay que saltar, el que no salta, no va a Qatar», cantaba el entorno de Thiago Almada. Y decenas de sus amigos fueron a despedirlo al aeropuerto de Ezeiza, en la madrugada del viernes, en una marea humana que también acompañó a Angelito Correa antes de que juntos abordaran el vuelo que, vía San Pablo, los llevaba a Doha para unirse al plantel nacional.
La historia de Thiago Almada en Fuerte Apache
Cuando Sampaoli lo llevó como sparring a Rusia 2018, el nombre de Thiago Almada ya hacía ruido en Vélez. Enganche de 17 años, con edad de Sexta División, cumplió en aquellos días el sueño de sacarse una foto con Lionel Messi y tener cerca a su ídolo. Cuando regresó de la experiencia en la última Copa del Mundo, que se terminó en octavos de final tras la eliminación contra Francia, lo esperaba su debut en el Fortín, el club al que había llegado de nene.
Nació el 26 de abril de 2001, cuando estaba por estallar la última gran crisis de la Argentina. Tenía sólo cinco años cuando desembarcó en Vélez. Pero desde los cuatro ya pateaba la pelota en la polvorienta canchita de tierra del club Santa Clara, enclavado en el centro del Fuerte Apache. Es el mismo donde veintipico años antes deslumbraba Carlitos Tevez. Es al que Thiago Almada iba caminando desde el departamento del monoblock 2 -el de sus padres- o desde el nudo 3 -donde vivían sus abuelos-.
Y como el dinero siempre faltaba en casa, ya desde chico supo de sacrificio. Por eso, para comprarse golosinas ayudaba al verdulero que recorría el barrio con un megáfono ofreciendo mercadería. Y también fue un pequeño botellero que juntaba envases con sus amigos para llevarlos a reciclar y ganarse unos pesos.
«Es mi barrio, tengo a toda mi familia y mis amigos. Prácticamente vivo ahí. Si no voy por dos días, extraño. Viví toda mi infancia», contaba Thiago cuando ya era un profesional en Vélez y ya vivía con su familia en El Palomar.
En Fuerte Apache es Gauyo, el apodo con el que lo conocen desde chico. Dicen en Fuerte Apache que, aunque ya lleva tiempo sin vivir allí, su sentido de pertenencia es genuino. Y cuando puede, vuelve. Lo hizo antes de partir a Estados Unidos para jugar en el Atlanta United para cambiar la canchita del Santa Clara: le regaló al club la pintura para el piso (que ya no es de tierra) y las paredes de un reducto que usan ahora chicos del barrio que hoy lo tienen como referente, como él alguna vez soñó con ser el nuevo Tevez, el gran referente del barrio Ejército de los Andes, con el que también trabó relación.
«Siempre compartimos momentos, asados. Siempre nos cruzamos. Tratamos de reírnos, no hablamos mucho de fútbol. Es un fenómeno», dijo alguna vez sobre el Apache.
Thiago Almada, de Fuerte Apache a Qatar
A los 14 años jugó por primera vez en novena. Su talento llamó tanto la atención que el diario británico The Guardian lo incluyó en una lista de 60 promesas del futbol mundial. El 10 de agosto de 2018, recién regresado de Rusia, debutó en Primera: fue un 2-0 de Vélez sobre Newell’s. Para ese entonces, aun con edad de juvenil el Barcelona se había interesado y hasta Pep Guardiola quiso ficharlo para Manchester City.
Explotó en la Copa Sudamericana 2020, ya con Mauricio Pellegrino como técnico: tuvo actuaciones épicas contra Aucas en Ecuador y frente a Deportivo Cali en octavos, en una campaña que llevó a Vélez hasta la semifinal del torneo.
Cuando se presumía su traspaso al fútbol europeo, Almada aceptó que Vélez lo transfiriera a Atlanta United, de la MLS de Estados Unidos, donde había sido recomendado por Heinze. La franquicia estadounidense pagó 15 millones de dólares en febrero de 2022 por su traspaso. Convirtió seis goles en 34 partidos y fue nombrado la mejor contratación de la liga.
Scaloni ya lo había convocado en noviembre de 2021, para la doble fecha de Eliminatorias contra Uruguay y Brasil, pero ni siquiera fue al banco. De todos modos, el técnico quería que empezara a ser parte del grupo. En septiembre de 2022 debutó en la Selección mayor, en una gira realizada justamente en Estados Unidos. Fue en un amistoso contra Honduras: a los 9 minutos del segundo tiempo, reemplazó al Papu Gómez.
“Es un jugador muy rápido, muy pícaro, que no le tiene miedo a nada y encara”. Esa descripción la hizo Lionel Messi después de aquellos dos primeros partidos. Ocurrió hace dos meses. Nada más. El Gauyo lleva a Qatar el sueño que nació en Fuerte Apache.