La historia del Maldito Romero, el campeón de boxeo que se entrenaba en una terraza de San Martín
Acaba de ganar el título latino superpluma de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en Panamá. El agradecimiento que tiene para sus vecinos que, en la pandemia, le permitieron entrenarse en el edificio.
Lo conocen como el Maldito Romero. Su nombre es Neri Ariel Cruz. Tiene un estilo de boxeo tan dañino que lo apodaron El Maldito. Comenzó de grande en el profesionalismo y tuvo un parate por la pandemia de Covid-19: hoy, a los 33 años, lleva un invicto de 16 peleas y acaba de coronarse con el título latino de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en Panamá
Romero nació en Capital Federal el 26 de enero de 1989, pero reside en San Martín. Desde chico siempre estuvo subido a un ring. Alternaba entre el boxeo y el kick boxing, dos parientes, hasta que finalmente se decidió por el primero. Su segunda casa fue el gimnasio del Cedem de Caseros, el lugar donde comenzó su historia deportiva.
El camino del Maldito Romero en el amateurismo
Ni bien cambió de disciplina comenzó a tener peleas ante rivales que acumulaban mucha mayor experiencia. Lejos de pensar en una salida laboral para ganarse la vida, Romero imaginó al boxeo como un deporte recreativo.
Sus peleas no fueron demasiadas, pero compitió en certámenes importantes como la Liga Metropolitana de Boxeo -impulsada por el ex boxeador Marcelo Domínguez, entre otros- y el torneo Golpe a Golpe. Además, tuvo algunos combates en Uruguay. Un día lo vio pelear la gente del Team Maidana y causó una gran impresión. Desde el equipo del santafesino lo convocaron a sumarse.
Sueños cumplidos
Uno de sus referentes de chico era justamente el Chino Marcos Maidana y de pronto, casi sin buscarlo, se encontró trabajando en el equipo del campeón del mundo. Su primer combate en el profesionalismo se dio en abril de 2016: con 27 años, Romero venció por KO a Pablo David Puebla en el Club Rivadavia de Necochea.
Entre 2016 y 2017 peleó en 10 ocasiones y ganó todas (seis por KO, tres por puntos y una por abandono). Su segundo combate fue en Estados Unidos, algo que siempre había soñado: con un gancho al hígado en el primer round noqueó a Pedro Dimas, quien hacía su debut esa noche. Allí compartió campamento con el matancero Brian Castaño, entre otros.
Senda triunfalista
El Maldito Romero tuvo otra pelea en Estados Unidos y luego retornó en 2018: en su único enfrentamiento de ese año, superó por fallo unánime a Jesús Aguinaga, en el Staples Center de Los Ángeles. En 2019 nuevamente ganó en esa misma ciudad norteamericana y pegó la vuelta para Argentina.
Sus dos peleas fueron en un ámbito más vinculado con la diversión que con el boxeo: Pinar de Rocha, en la localidad de Ramos Mejía, durante los últimos meses del año. Primero venció a su rival más experimentado, un Fabián Orosco que llegaba con 41 combates. Su última vez en un cuadrilátero antes de la pandemia fue una victoria por nocaut ante Gabriel Ovejero.
El entrenamiento en una terraza de San Martín
La cuarentena lo detuvo en seco: Romero continuó entrenándose en la terraza de su casa en San Martín, con elementos prestados. El primer argentino en volver a boxear fue Marcos Escudero, en Estados Unidos, apenas cuatro meses después de que se decretara el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. Sin embargo, al Maldito le llevó más tiempo.
En los tiempos de la pandemia se valió de herramientas que tenía a mano para mantenerse en forma con un entrenamiento casero. “Arranque con una soga y se me cortó de tanto que le di. Tenía una mancuerna de 10 kilos, una cinta y una colchoneta. Mi preparador físico, Matias Serbin, que es un groso, fue el que tuvo que adaptarse a eso”, contó.
De hecho, dijo estar muy agradecido a los vecinos que le permitieron entrenarse en la terraza del edificio donde vive en el barrio de San Martín. “Uno de mis sponsors me mandó el soporte con una bolsa y el dueño de un gimnasio hace poco me prestó barras, discos y un pie acolchado para pegarle. Hoy no generó el ingreso de antes, pero a un amigo que me dio una mano, lo estoy ayudando a vender celulares y electrodomésticos, y estoy ocupado en eso”. Además, recibió la ayuda económica de sus managers y promotores, que lo acompañaron en estos meses.
Cuando comenzaba a prepararse para sus siguientes planes en el boxeo, lo sorprendió la ruptura del tendón de Aquiles, en julio de 2021. La lesión estiró sus plazos pero igualmente se hizo un tiempo para pasar por el gimnasio de Boca Juniors, club del que es hincha, el día que la institución logró afiliarse a la Federación Argentina de Boxeo.
Regreso a lo grande
Poco más de 30 meses después de su última pelea, El Maldito venció a Joel Arena en el Camping de la Unión Obrera Metalúrgica en Del Viso. Y casi sin escalas, se dispuso a ir por su primer combate por un cinturón. El neuquino José Matías Romero era el último campeón latino superpluma de la FIB, un título que había quedado vacante.
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Romero viajó a pelear por primera vez en Panamá y no dejó pasar la oportunidad. Se enfrentó contra el local Jorge Sánchez -19 victorias y cinco derrotas- en el Centro de Convenciones Vasco Núñez de Balboa, en un combate a 10 rounds. Sin embargo, el Maldito lo terminó antes: en la octava vuelta arrinconó a su rival y el referí le concedió el nocaut técnico. Romero se consagró campeón latino. El todavía invicto irá por más triunfos y está convencido de que solo él pondrá los límites para su crecimiento.