Rescataron 100 perros de un criadero clandestino en Temperley: las terribles denuncias contra el dueño
Fue tras un allanamiento de la Policía en un galpón donde hallaron a los animales en condiciones deplorables. También intervino el Municipio de Lomas de Zamora. Al propietario lo habían escrachado en redes sociales.
Un allanamiento en un viejo galpón ubicado en Temperley, en el sur del Conurbano, permitió detectar un criadero clandestino en el que fueron rescatados 100 perros que se encontraban en condiciones deplorables.
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El procedimiento fue realizado en la calle El Trébol 3929, donde se presentaron agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones de Lomas de Zamora por disposición de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°6. También participaron personal de la Dirección de Veterinaria y Bromatología del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y Zoonosis de Lomas de Zamora.
La investigación comenzó con una decena de denuncias penales y escraches por maltrato animal en las redes sociales, desde hace dos meses, en la que se acusaba al dueño del criadero, identificado como Pablo Goñi, de vender perros de raza Dachshund (más conocidos como salchichas) que estaban enfermos con moquillo o parvovirus y que fallecían poco después de llegar con sus respectivas familias.
Fernando Pieroni, activista por los derechos de los animales y referente de una ONG, fue uno de los denunciantes y dijo que radicó su acusación en la UFI N°6 donde «llevé fotos y videos tomados con nuestros drones, no dejando duda alguna sobre la situación lamentable de esos perros que subsisten en un criadero clandestino».
Las espeluznantes prácticas del criadero clandestino de Temperley
La organización que integra Pieroni hizo un trabajo de investigación previo a la denuncia para poder aportar contundencia a la acusación penal. Así, «advertimos tristemente como esta persona mantiene a los perros en jaulones más parecidos a gallineros que a otra cosa, con alimentos para engordarlos antes de los 40 días, a fin de poder venderlos cuanto antes. El lugar está sucio y las condiciones de infraestructura dejan mucho que desear», dijo el activista a Clarín.
Y agregó: «Comprobamos que Goñi, el responsable del lugar, acelera los partos para vender más rápido los cachorros, además de practicarles operaciones para extraerles las cuerdas vocales, realizadas por veterinarios también ilegales». Los animales, enfermos y sucios, eran sedados y se encontraban en medio de distintos tipos de desechos.
Además, hubo compradores de los perros (pagaban entre $15.000 y $30.000 por cada uno) que denunciaron distintas situaciones que exponían el maltrato animal. Uno acusó que el animal que adquirió murió a los pocos días de llegar con su nueva familia y otro antes de ser entregado. Otra denunciante aportó videos de lo que sufrió la perrita que compró, que agonizó durante 18 días con convulsiones producto de moquillo.
Pieroni acordó con la Justicia ser el «depositario legal» de los animales rescatados. «Yo me haré cargo de los animales, a los que iré distribuyendo a refugios especiales y transitantes, es decir, personas que trabajan en ONG que recibirán los ejemplares para cuidarlos los primeros días hasta que la Justicia determine los pasos a seguir», manifestó tras el allanamiento en Temperley.
El criadero clandestino desarticulado en Caballito
Semanas atrás, la Policía de la Ciudad allanó una casa en la calle Campichuelo al 500, en el barrio porteño de Caballito, donde funcionaba un criadero clandestino en el que rescataron 55 perros salchichas.
La responsable era una mujer de 72 años de edad que quedó imputada por maltrato animal. Los perros rescatados quedaron al cuidado de asociaciones proteccionistas y su futuro iba a ser resuelto por la Justicia.