El adolescente que noqueó a un playero en Microcentro se entregó después de estar cinco meses prófugo

El adolescente de 17 años que noqueó al playero de un estacionamiento del microcentro porteño el pasado 19 de noviembre, se entregó a la Policía de la Ciudad después de cinco meses prófugo de la Justicia.

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El violento episodio ocurrió cuando el menor, luego de quejarse porque su auto estaba rayado, le dio un tremendo puñetazo en el rostro a Arturo López, el playero de 66 años de edad que cayó al suelo inconsciente y hasta el día de hoy sigue internado.

Una semana más tarde, el 26 de noviembre, la jueza Carla Cavallieri y el fiscal juvenil Mauro Tereszko dispusieron una orden de captura sobre el agresor, de quien hasta hoy no se había podido establecer su paradero. De hecho, días atrás su padre había revelado que -pese a no tener contacto con él- estaba oculto en Uruguay y que no se había presentado ante la Justicia por considerar que no tendría «garantías jurídicas».

«Mi hijo solamente respondió ante un hostigamiento. Él era un tipo grande que se dedicaba a molestar a criaturas. Ahora las criaturas tienen que estar pagando los platos rotos. No era un viejito bueno como lo quieren hacer quedar. Era un reverendo hijo de re mil puta que metió a mi hijo en terrible quilombo y encima no se aguantaba ni un palmazo. Es un viejo de cartón», dijo el padre en su momento.

Este viernes se hizo público el arresto del adolescente. Quedó alojado en el Instituto de Menores Inchausti, a disposición del fiscal Tereszko. ¿Qué sucedió para que decidiera entregarse? Fuentes de la causa mencionaron que el joven cumpliría 18 años el próximo 11 de mayo y si no se ponía a derecho «estaba todo listo para pedir orden de captura a Interpol y mostrar su rostro porque deja de ser menor”.

Ahora está atravesando el trámite de designación de su defensa, con un abogado oficial o particular. Lo acusan del delito de «lesiones graves», que tiene prevista una pena de entre uno y seis años de prisión.

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Florencia, una de las hijas de Arturo López, contó que sigue internado en la clínica Fitz Roy de la Ciudad de Buenos Aires. «Modula ciertas palabras, se hace entender. No habla del todo bien, pero nos reconoce e intenta comunicarse como le va saliendo. Él por suerte puede caminar, no está afectada su parte motora, aunque hay un montón de cosas que todavía no puede hacer solo. A veces es como si sintiera temor, más allá de que no recuerda qué le pasó. Tiene temor de cualquier persona que no conoce», aportó.

Más allá de su recuperación, señaló con dolor que aquel momento de extrema violencia le cambió la vida a la familia: «Mi viejo no va a volver a ser nunca el que fue. Estoy agradecida a la vida porque sigue vivo y que lo tengo acá, pero no va a volver a ser el mismo Arturo López que antes. Es muy difícil vivir con la incertidumbre. Es doloroso. Nuestra vida cambió por completo desde que sucedió esto».

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Por último, se refirió al arresto del agresor y a los dichos que había expresado su padre para defenderlo. «Desde lo racional intento que las cosas que dijo el padre no me afecten, porque se que tipo de familia es, que valores manejan. El chico se entregó para ser juzgado como menor, y nunca se va a arrepentir de lo que hizo. Me siento más agredida, más lastimada. El circo que armó esta familia no ayuda, pero la jueza Cavallieri es la única persona que nos puede otorgar un poquito de la sensación de Justicia. Ojalá que el acusado no quede libre tan fácilmente».