Como en Texas, pero en José C. Paz: las chicas que copan el Patinódromo para jugar un deporte exótico
Dos veces por semana, el sitio se vuelve punto de encuentro para las jugadores de roller derby, una disciplina que nació en Estados Unidos y que requiere más que patinar bien. Tres de ellas hablaron con Zonales sobre su gran pasión.
Todo es vértigo. Van y vienen. No paran. El Patinódromo de José C. Paz se transforma por un rato cada vez que llegan ellas ataviadas de toda su parafernalia. Patines, obvio, pero también un equipamiento que suma la protección acorde para que los golpes duelan, aunque sea, un poco menos.
Aunque el nombre roller derby puede sonar para la mayoría tan lejano como la distancia que separa a Texas, región de Estados Unidos donde este deporte tuvo su revival a principios de la década del 2000, de José C. Paz, para las chicas que se juntan dos veces por semana a practicarlo en el sitio ubicado en Hector Arregui 370 lo es todo.
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Y quiénes mejor que ellas para explicar los motivos detrás de tanta pasión que muchos asociarán rápidamente a «Chicas sin freno», la película protagonizada y dirigida por Drew Barrymore en la que se cuenta cómo es la vida de un equipo de chicas que juega a esta peculiar disciplina.
«La mecánica del juego se basa en una carrera sobre patines alrededor de una pista ovalada en sentido contrario a las agujas del reloj. Hay dos equipos de cinco jugadores cada uno en la pista, un anotador y cuatro defensas, que compiten con el objetivo de acumular la mayor cantidad de puntos posibles», le contó a Zonales María Florencia Simon (34), quien se ocupa de entrenar a uno de los grupos de chicas que se juntan a jugar roller derby en el Patinódromo.
Luego, la vecina del barrio Antártida Argentina de José C. Paz que es profesora universitaria de Educación Física y estudia la Licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo agregó: «Es un deporte de contacto donde se aplica el trabajo defensivo y ofensivo al mismo tiempo. Consiste en carreras de 2 minutos llamadas jams en las que hay que anotar la mayor cantidad de puntos pasando la cadera de las contrincantes».
En el Patinódromo actualmente entrenan dos veces por semana dos grupos de chicas que no sólo comparten el lugar, sino que también cada tanto se vuelven uno para participar de encuentros contra conjuntos de otros distritos, ya que después de la pandemia bajó mucho la cantidad de jugadoras. Se trata de José Cuchillo, que se fundó hace ocho años, y de Warriors, que nació hace cinco.
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«Tratamos de tener al menos un partido al mes contra otro equipo, asi sea para un entrenamiento compartido o jugar un scrimmage, que es como se le llama a un amistoso. Solemos viajar bastante porque el resto está bastante lejos, lo más cerca que nos queda un rival es Tigre. Por eso, buscamos maneras de juntar dinero para poder costear los gastos haciendo rifas y esas cosas», explicó a Zonales Bárbara Abramson (27), vecina del barrio Santa Rita de José C. Paz.
Sobre qué es lo que más le gusta del roller derby, la bloqueadora de Warriors que se gana la vida como niñera y estudia Licenciatura en Bioimágenes en la Universidad de José C. Paz detalló: «La intensidad y la adrenalina que me genera. Tambieé me gusta que tenés que entrenar tu cabeza para prestarle atención a todo lo pasa al mismo tiempo. A pesar de que desde afuera pueda parecer un caos, no sólo es bloquear a tu jammer contraria, sino también estar atenta en ayudar a tu propia jammer y evitar a las bloqueadoras contrarias. Es un deporte que tiene muchas reglas».
El Patinódromo de José C. Paz y el roller derby en Argentina
Si bien hubo una selección femenina y masculina de roller derby e inclusó Argentina quedó en el puesto número 6 en el último mundial que se realizó, tanto los equipos naciones como las ligas sufrieron un parate por el Covid-19 y hoy en día se está tratando de retomar la actividad competitiva nuevamente.
«Empecé a jugar en 2015. Al principio no era tan constante, pero hace tres años que estoy muy activa. No fue fácil. Yo ya sabía patinar, pero no es lo mismo en el roller derby porque hay que tener mucho dominio de las habilidades básicas», relató Viviana Fernández (39), vecina del barrio René Favaloro de José C. Paz, mamá de tres hijos y jammer de José Cuchillo.
Así como Bárbara llegó al deporte a través de un flyer que habían dejado en un local rockero, Viviana lo hizo a través de su amor por los patines: «La primera vez que vine al Patinódromo fue buscando un cable a tierra algo para hacer que no sea solo trabajar y ocuparme de los niños. Pasaba por una situación particular y necesitaba un espacio para mí. Cuando descubrí el roller derby me enganché para siempre».
«Me gusta la preparación para cada partido y el reunirnos para el viaje. Y el tercer tiempo tiene cosas muy copadas que ayudan a que uno se sienta bien con lo que está haciendo porque, más alla de lo resultados, siempre es una fiesta cada encuentro», cerró Fernández, quien durante la semana trabaja en un laboratorio de una fábrica autopartista.