Ganó todo con Boca, fue remisero por su hija y el club lo recibió otra vez: la nueva vida de Pablo Jerez
Nacido en Morón, terminó su carrera en el Ascenso: «Mis compañeros me preguntaban cómo hacía para cambiarme en esos vestuarios tras haberlo hecho en el Morumbí». Las dificultades para costear un tratamiento de su hija.
El deporte está plagado de historias de vida, cada una con sus particularidades. Este es el caso de Pablo Ezequiel Jerez, quien tocó el cielo con las manos en el nacimiento de una carrera que se fue apagando por distintas situaciones. Llegó a Boca con 11 años y se probó de central, aunque al no pegar el estirón (se quedó en 1.75 metro) lo mandaron al lateral.
Pablo Jerez y los pibes de la 83/84
En la primera de las tres Copa Libertadores que Carlos Bianchi ganó con Boca, fueron sensación los juveniles de la categoría 1980: el santafesino Sebastián Battaglia -actual entrenador xeneize- y los santiagueños Alfredo Moreno -fallecido en 2021- y Julio Marchant.
Luego del bicampeonato de América, Bianchi se tomó un año sabático y volvió en 2003 con la misma receta: esta vez, los tres chicos de las inferiores fueron Franco Cangele, nacido en 1984; Miguel Caneo -misma categoría, luego reconvertido en ídolo de Quilmes- y el propio Jerez, de 1983.
A la sombra de un gigante
Pablo Jerez tuvo su debut en la Primera de Boca con la camiseta número 3 en la espalda, en un amistoso contra San Lorenzo, en Salta (jugó 78 minutos en ese 2-2). Si bien podía cubrir las dos bandas, su puesto natural siempre fue el de lateral derecho y allí competía con una de las glorias xeneizes: Hugo Benjamín Ibarra, actual técnico de la Reserva.
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La mayoría de sus partidos como titular coincidió con aquellos encuentros en los que Bianchi decidió rotar, como lo fue su debut (0-2 en Santa Fe ante Unión). A pesar de esta dificultad, el juvenil logró jugar 52 partidos en el Xeneize. Casi todos fueron como titular.
Pablito de América
Su primer gran festejo con Boca ocurrió con la Libertadores 2003. Fue titular en tres partidos -incluido el de la goleada a domicilio al Paysandú brasileño- y se dio el gusto de jugar unos minutos en la final de vuelta contra el Santos, participando de la jugada que derivó en el penal convertido por Rolando Schiavi.
Su buen año le abrió una puerta para integrar el plantel de la Selección Argentina Sub 23 que ganó el Preolímpico en Chile, torneo al que viajó junto a cinco compañeros de Boca. Durante ese 2004 compitió en su puesto contra Pablo Álvarez -otro de las inferiores- y el colombiano Luis Amaranto Perea. A fin de año Boca ganó la Sudamericana y Jerez, tras la llegada del brasileño Baiano, se empezó a despedir del club.
El verdugo de Boca
La carrera de Jerez continuó en el fútbol argentino. Pasó tres temporadas en Colón, pero fue en Tigre donde se asentó: dirigido por su ex compañero Diego Cagna, se convirtió en el 4 titular de un equipo que en 2008 le ganó al Xeneize tanto en La Bombonera -le cortó un invicto de 29 fechas jugando allí- como en el Cilindro de Avellaneda, aunque no le alcanzó para ser campeón.
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Luego de su destacado rendimiento en Tigre, Jerez disputó una temporada en el Huracán que venía de ver frustrado su sueño de campeón. Sin grandes actuaciones, estuvo presente el día que el Globo ganó en La Bombonera luego de tres décadas. En 2011 fue protagonista del único triunfo de Olimpo en toda su historia como visitante de Boca.
Fin de la estadía en Primera
En mayo de 2012 descendió con los bahienses y ya no volvió a jugar en la élite del fútbol argentino. A partir de allí jugó solamente en equipos de la Primera C, todos del Conurbano bonaerense. Estuvo en Camioneros hasta 2015, una temporada en San Martín de Burzaco, dos años en Deportivo Merlo y finalmente terminó su carrera en Midland.
«Mis compañeros me preguntaban cómo hacía para cambiarme en esos vestuarios del ascenso, de parado, después de haberlo hecho en el Morumbí», recuerda aquella época con una sonrisa.
Mientras se encontraba jugando en el club de Libertad atravesó una situación que lo puso entre la espada y la pared: quería ponerle fin a su etapa de futbolista pero, si lo hacía, su hija Zoe -que sufre hidrocefalia desde pequeña- se iba a quedar sin obra social. Finalmente, Jerez consiguió trabajo en una constructora, abandonó el fútbol y mantuvo la cobertura médica.
La vuelta de Jerez a Boca
Jerez se las siguió rebuscando: hizo de remisero con un auto prestado y hasta llegó a vender algunas de las tantas camisetas que cosechó durante su carrera. En junio de 2019, su ex compañero Nicolás Burdisso -manager de Boca en ese entonces- lo llamó para que fuera un nexo entre su área y el fútbol fememino, que se encaminaba a la profesionalización.
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Además de ocupar ese nuevo cargo, Jerez volvió a vestir la azul y oro: se sumó al Senior de Boca y se dio el gusto de salir nuevamente campeón con esos colores. El cambio de dirigencia no perjudicó su situación: si bien se fue Burdisso, con el Consejo llegaron otros dos ex compañeros, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, que aprobaron su continuidad. Hincha desde la cuna, Jerez cumplió rápidamente su sueño de llegar a la Primera de Boca y luego tuvo que luchar en distintos aspectos de la vida.
Con la salud de su hija en mejores condiciones, la conformación de una gran familia -junto a su esposa tuvieron otros tres hijos: Alan, Valentino y la pequeña Cloe, nacida en 2020)- y el trabajo en el club de sus amores, Jerez está feliz.