El ascenso de Tigre en 2007: un gran equipo y Caruso Lombardi como inesperado enemigo
El Matador subió ese año por quinta vez en la historia a Primera División. Debió afrontar algunos clásicos para ganar el reducido y la promoción. Una vez en la máxima categoría, goleó a River y peleó el torneo hasta el final.
Tigre acumula cinco ascensos a la Primera División en su historia. Fueron durante muchos años los máximos festejos del club de Victoria hasta que en 2019 logró su bautismo triunfal en la A, al coronarse campeón en la Copa de la Superliga nada menos que al vencer a Boca Juniors en la final. Ese equipo dirigido por Néstor Gorosito, que se ganó el derecho de jugar la Copa Libertadores, ya había descendido, porque la enorme campaña que hizo en la temporada no le alcanzó para equilibrar el arrastre negativo que tenía en los promedios. Hoy, a poco más de dos años de aquel episodio, está a las puertas de volver a la máxima categoría.
Comenzó en 1945 la lista de los accesos a Primera División del Matador. Siguió en 1953, con el equipo que tenía como figura a Ernesto Cucchiaroni, un ídolo que llevó su talento a Italia y le dio el nombre a la hinchada de la Sampdoria. En 1967 repitió el regreso desde la Primera B. En 1979 retornó, estuvo sólo un año en la A y comenzó con un peregrinaje eterno en categorías de Ascenso (llegó hasta la C), hasta que el calvario terminó en 2007.
La temporada 2004/05 fue de ensueño para Tigre. De la mano de Ricardo Caruso Lombardi, el equipo del norte del conurbano bonaerense desfiló en la B Metropolitana, con una campaña récord que lo coronó en el Apertura y el Clausura.
En el Nacional B realizó una gran campaña, pero en la última jornada se dieron todos los resultados necesarios para impedirle disputar el reducido. Caruso siguió seis meses más. Luego de terminar tercero con 36 unidades, decidió dar un paso al costado: semanas más tarde, terminó firmando en Argentinos Juniors, patrocinado por Diego Armando Maradona
La llegada de Cagna a Tigre y un comienzo complicado
Con la base del torneo anterior, el recientemente retirado Diego Cagna -su último club había sido Dorados de Sinaloa- asumió como entrenador de Tigre. En el debut fue derrotado 4-2 en San Juan por San Martín; luego le ganó 3-0 a la Comisión de Actividades Infantiles en Comodoro Rivadavia y, a partir de allí, obtuvo tan solo dos triunfos en 10 encuentros.
A Tigre le costaba ganar pero tampoco perdía mucho: 2-7-1 fue el récord durante esa racha adversa. Sin embargo, los comentarios negativos no tardaron en llegar. Algunos de esos cuestionamientos, los más ácidos, provenían justamente del técnico anterior. Posteriormente, en represalia, Ricardo Caruso Lombardi no fue invitado a la fiesta del ascenso.
El punto de inflexión se dio en la fecha 13. Si bien Tigre acumulaba un buen caudal de puntos, su falta de victorias lo complicaba en el objetivo de ascender. Le ganó 1-0 a Ben Hur con gol de Leandro Lazzaro y se quedó con cuatro de los siguientes cinco partidos. No obstante, en la última fecha cayó ante Instituto en Córdoba y, con la clasificación asegurada al reducido, dinamitó sus chances de acceder a la final por el segundo ascenso.
Reducido con clásicos
El Matador terminó en el quinto puesto de la tabla general y entró segundo en el cuadrangular final. Su primer cruce fue el clásico ante Chacarita, equipo ante el cual tuvo un violento enfrentamiento que puso fin a su amistad en 1983.
En la ida, en San Martín, se quedó con 9 jugadores -fueron expulsados Diego Castaño y Alexis Ferrero- pero terminó rescatando un 2-3. En el Monumental de Victoria -aún no había cambiado su nombre al actual Coliseo Don José Dellagiovanna– se impuso 1-0 con gol de Martín Morel y se clasificó a la final.
Allí lo esperaba Platense, que venía de dejar en el camino a Atlético de Rafaela. Nuevamente la ventaja deportiva le permitió definir de local, por lo que la primera final se jugó en Vicente López. El 0-0 fue un buen resultado. En el choque definitivo, al Matador le alcanzaba con un empate. Superó al Calamar por 2-0 y, así, se ganó un lugar en la Promoción.
Alegría, tragedia y desahogo para Tigre
Su rival era Nueva Chicago, un viejo conocido del ascenso que había subido a Primera el año anterior. Sin ventaja deportiva, Tigre afrontó la ida como local y se llevó el primer chico por 1-0, con un golazo de chilena de Lazzaro, tal vez uno de los mejores tantos de la historia tigrense.
La revancha no tuvo un final plenamente feliz para la gente del Matador. Una gran cantidad de hinchas cruzó la General Paz para seguir al equipo que buscaba retornar a la máxima categoría después de 27 años. En el recorrido fue asesinado Marcelo Cejas, un fanático de 41 años que seguía a Tigre a todos lados.
El partido no fue la excepción. Tigre ganaba 2-1 -Castaño y Martín Galmarini, los goles- cuando los hinchas de Chicago empezaron a romper el alambrado. Navarro Montoya lo bajó a Morel en el área pero el 10 no llegó a patear el penal por la invasión de campo. Posteriormente, a Chicago le descontarían 20 puntos por los incidentes.
Vuelta soñada y adaptación a la categoría
Tigre comenzó la noche del 4 de agosto su sexto -segundo más largo- período en Primera. Con un golazo de Galmarini el Matador le ganó 1-0 a Gimnasia en el Estadio Único de La Plata. La derrota 0-3 ante Independiente le dio un golpe de realidad: estuvo dos partidos más sin ganar, mientras que el Rojo lideraba fugazmente el torneo.
Con el transcurrir de los encuentros, el equipo de Diego Cagna, que mantenía la base y había sumado refuerzos importantes como Néstor Ayala y Sebastián Ereros, se acomodó en la tabla. Le iba mejor afuera que adentro: el primer partido como local se lo ganó a Banfield en la fecha seis.
Goleada a River y lucha hasta el final
La mitad del torneo sorprendió al Matador con su mejor partido del campeonato: la mañana soleada del domingo 23 de septiembre quedará para siempre en el recuerdo de los tigrenses. El River de Daniel Alberto Passarella viajó a Victoria y sufrió un duro 1-4: Román Martínez, Matías Giménez y Ayala, por duplicado, anotaron ante el Millonario.
Tigre pasó a ser uno de los equipos sensación del torneo, aunque nunca logró subir a la cima del torneo: para aumentar las expectativas, dos jornadas más tarde venció agónicamente a Racing en Victoria. Una vez que Lanús agarró la punta, pasó a ser el rival a vencer. Los de Cagna no pudieron con los dirigidos por Ramón Cabrero y el Granate se quedó con tres puntos fundamentales.
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En la fecha 17, Boca dependía de sí mismo para ser campeón, ya que jugaba contra Tigre y Lanús. Sin embargo, perdió ante Arsenal y su inminente viaje a Japón hizo que se adelantara la decimonovena y última jornada. El Matador recibió al Xeneize y le dio vuelta el partido, para ganarse una chance más. El sueño tigrense acabó en La Paternal, donde fue derrotado por el Argentinos de Néstor Gorosito, mientras Lanús daba la vuelta en La Bombonera.
Al año siguiente, otra vez Tigre estuvo cerca del título en un electrizante triangular con Boca -el campeón- y San Lorenzo. Esa es otra historia.