La muerte de Juan José Mussi: quién es Carlos «Turco» Balor, su reemplazante como intendente de Berazategui
Tras la muerte del dirigente peronista a los 84 años, el actual secretario de Obras Públicas asumirá en forma interina la Intendencia. El legado de Mussi marca un camino de décadas de gestión. Qué pasará en 2027.

Juan José Mussi junto a Carlos "Turco" Balor, un hombre de su extrema confianza que lo sucederá como intendente de Berazategui.
El histórico dirigente peronista y ex intendente de Berazategui, Juan José Mussi, falleció ayer a los 84 años de edad, tras haber permanecido internado por un delicado cuadro de salud. Se encontraba ingresado desde la semana pasada en el Hospital El Cruce debido a un cuadro pulmonar severo que se agravó en los últimos días.
A través de publicaciones en X, el Municipio de Berazategui ratificó la situación y expresó un profundo pesar: «Hoy despedimos a un gran Intendente, pero sobre todo a un gran compañero. Un hombre que hizo de la gestión una forma concreta de transformar la vida de su pueblo”.
Ahora, tras su fallecimiento, la sucesión municipal se activó de inmediato. Por disposición legal, en caso de muerte o renuncia del intendente, este es reemplazado por el primer concejal de la lista a la que perteneciere y que hubiere sido electo juntamente con él.
Berazategui: Carlos «Turco» Balor reemplaza a Juan José Mussi
En este contexto, el actual secretario de Obras Públicas municipal, Carlos «Turco» Balor, se prepara para asumir las riendas del municipio.
Balor fue elegido concejal como cabeza de lista en los comicios de 2023, año en que Mussi obtuvo su sexto mandato. Por lo tanto, Balor completará esta gestión de manera interina hasta el año 2027.

Se trata de un dirigente de extrema confianza de Mussi, habiendo ocupado diferentes cargos clave en el municipio, especialmente ligados a la infraestructura y el desarrollo urbano.
No obstante, el mandato de Balor podría prevalecer solo como un interinato, especulándose que el cargo podría volver en 2027 a manos de la familia Mussi, específicamente de Patricio Mussi, hijo del fallecido dirigente peronista, quien ya fue intendente del distrito años atrás.
Desde la Municipalidad de Berazategui destacaron que el legado de Mussi «vive en cada calle, en cada barrio, en cada obra que impulsó y en cada política pública que defendió hasta su último día». Las autoridades concluyeron que «su partida nos deja un dolor inmenso, pero también nos marca un camino: el de la lealtad, el de la justicia social y el de la vocación inquebrantable de trabajar por su pueblo de Berazategui y sus vecinos y vecinas».
Durante más de tres décadas, Juan José Mussi fue una referencia ineludible del peronismo bonaerense. Ganó su primera elección para la intendencia en 1987 y, entre idas y vueltas a cargos provinciales y nacionales, llegó a ejercer seis mandatos como jefe comunal de Berazategui, el último iniciado en 2023.
En ese período moldeó el crecimiento urbano, consolidó su estructura política y protagonizó la etapa de los llamados “barones del conurbano”, los intendentes fuertes que pesaban tanto en la vida cotidiana de los vecinos como en las grandes decisiones del país.

Nacido en Plátanos en 1941, se crió en una familia humilde y trabajó en la fábrica textil SNIAFA mientras estudiaba Medicina en la Universidad Nacional de La Plata. Luego llegó a dirigir el Hospital San Martín de La Plata, uno de los centros de salud más importantes de la provincia, experiencia que lo marcó para siempre en su mirada sobre la gestión pública.
Mussi se hizo político con la vuelta de la democracia en 1983 y cuatro años más tarde se convirtió en intendente de la mano de Antonio Cafiero. Con el correr del tiempo fue ocupando cargos de mayor peso: ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, donde estuvo de manera ininterrumpida entre 1994 y 2002, y más tarde secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación durante los gobiernos de Eduardo Duhalde y Cristina Fernández de Kirchner -quien comunicó la noticia de su fallecimiento en redes-. Esa doble condición de médico y político profesional le dio un perfil particular dentro del justicialismo.
Su estilo de gestión fue siempre muy territorial y no ocultaba su mano dura: «En Berazategui no quiero villas ni usurpaciones. Al que toma un terreno o una casa me encargo yo de sacarlo al otro día». Hacía recorridas permanentes, presencia en los barrios, contacto directo con las instituciones intermedias y una fuerte impronta personal en las decisiones.
Para sus seguidores, fue el dirigente que llevó servicios, pavimento y obras a una ciudad que creció al ritmo del Gran Buenos Aires; para sus críticos, un símbolo de concentración de poder, con denuncias y polémicas que lo acompañaron a lo largo de los años.







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