En una casa de Pilar recibieron la factura de agua más cara de la historia: la millonaria cifra que reclamó AySA
El conflicto lo sufrió una familia que reside sobre la Ruta 8. Todo comenzó en 2024 con un medidor roto y una deuda que fue creciendo. Finalmente intervino la Defensoría del Pueblo.

El servicio de la empresa AySA quedó bajo la lupa luego de una increíble factura que recibó una familia de Pilar.
Una vivienda del partido bonaerense de Pilar recibió la que sería la factura de agua más alta de la historia: nada menos que 6,6 millones de pesos, según una boleta emitida por la empresa Aysa. El caso se dio en una casa ubicada sobre Ruta 8, irónicamente a pocos metros de la sede local de la empresa.
El problema comenzó a mediados de 2024, cuando en el mes de junio, la pareja conformada por Cecilia y Alberto recibió una boleta por 500 mil pesos, a pesar de que habitualmente pagaban unos 10 mil pesos mensuales. «Como vivimos muy cerca, al otro día me fui a las oficinas de Aysa a reclamar -recordó Cecilia a El Diario-, pero en ese momento ellos me decían que teníamos que pagar».
A raíz de su insistencia, lograron que inspectores visitaran el domicilio para verificar si existía alguna falla. En efecto, el supervisor detectó un problema en el medidor. Sin embargo, lejos de resolverse, la deuda siguió creciendo: pasó a 1 millón de pesos y continuó acumulándose mes tras mes, mientras los usuarios seguían pagando los consumos corrientes.

Durante más de un año, la pareja enfrentó reclamos sin respuestas claras. Finalmente, decidieron acudir a la Defensoría del Pueblo de Pilar, donde recibieron asesoramiento legal y se presentó la documentación correspondiente para iniciar el reclamo formal. En el mes de septiembre, recibieron una nueva boleta con un monto final de $6.633.891,16, lo que marcó el punto máximo del conflicto.
«Me ofrecían ‘bajar’ la deuda a 4 millones y pagarlos en cuotas«, relató Alberto. «Estábamos nerviosos porque no se solucionaba, pero a la vez tranquilos, porque ellos mismos nos habían dicho que había un problema en el medidor».
La situación se destrabó cuando llegó el fallo definitivo, que dio la razón a los usuarios. El titular de la Defensoría, Adrián Maciel, explicó que Aysa sostenía que en julio de 2024 los vecinos habían consumido 3.048 m³ de agua, es decir, 3 millones de litros, cuando en realidad su consumo promedio era de apenas 60 a 80 m³. Por eso, desde la Defensoría se presentó una actuación por «incongruencia de consumo» y falta de documentación probatoria por parte de la empresa.
Ante la falta de respuesta por parte de Aysa, Maciel advirtió que recurrirían al Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS). Finalmente, y tras meses de gestiones, el caso se resolvió a favor de los vecinos.
«Ya habíamos tenido problemas cuando pasó de Sudamericana a Aysa -recordó Cecilia-, estuvimos dos años sin recibir facturas. Ahora pasó esto. Fue casi un año y medio de conflicto, y encima Aysa ya no tiene atención al público en Pilar«. Por último, destacó «la atención de la Defensoría del Pueblo, que nos dio una ayuda fundamental para terminar con esto».
AySA cierra sucursales en el Conurbano
La empresa potabilizadora de agua viene sufriendo un proceso de achicamiento brutal por parte del Góbierno de Javier Milei, que empezó hace un año. Para ello se tomó una decisión que afecta directamente a millones de vecinos del Conurbano: cerraron casi todas las sucursales de atención al público en el GBA, con el consecuente empeoramiento de la atención al público.
«Con el objetivo de distribuir de manera más eficiente los recursos y luego de años de desarrollo de nuevas herramientas digitales que han sido bien recibidas por los usuarios, AySA está avanzando en el cierre de sus centros de atención presencial y adoptando un nuevo modelo de atención», explicaron en un comunicado desde la empresa estatal.
Además, sostuvieron que «en los últimos años, AySA ha desarrollado herramientas digitales que permiten a sus usuarios realizar todo tipo de gestiones de manera sencilla y segura, sin necesidad de acercarse a una oficina comercial».

«En promedio, un usuario realiza únicamente dos gestiones comerciales por año, y estas pueden completarse en su totalidad de manera online. La incorporación de estas herramientas ha provocado una considerable disminución en el volumen de atención presencial. Se ha evidenciado una preferencia por parte de los usuarios, dado que el 94% de la atención comercial se canaliza a través de canales digitales y telefónicos», afirmaron desde AySA.
Desde diciembre del año pasado, 19 sedes en distintos municipios que dejaron de brindar atención presencial. Desde la empresa explicaron esta situación en el marco de una «modernización» en la prestación del servicio, que sólo recibirá consultas a través de medios digitales o telefónicos y sostuvieron que el cierre «es algo que irá sucediendo con todas las oficinas comerciales» del conurbano y esperan concluir ese proceso en octubre.
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La primera de las oficinas en cerrar fue la de San Justo, partido de La Matanza, en diciembre de 2023. Luego, en mayo de este año, dejó de recibir a los usuarios la oficina de Presidente Perón y un mes después la de Ezeiza. En julio siguieron las de Esteban Echeverría, Moreno y Florencio Varela, generando innumerables quejas no solo de los vecinos, sino también de los intendente.

Luego siguieron por San Miguel, La Matanza (González Catán), Escobar, Pilar -donde según los vecinos afectados por la millonaria boleta la atención al cliente no es buena-, San Fernando, Tigre, Vicente López, San Isidro, San Martín, Merlo, Morón, Tres de Febrero y La Matanza (Ciudad Evita).
«En promedio, un usuario realiza únicamente dos gestiones comerciales por año, y estas pueden completarse en su totalidad de manera online. La incorporación de las herramientas digitales ha provocado una considerable disminución en el volumen de atención presencial. Se ha evidenciado una preferencia por parte de los usuarios, dado que el 94% de la atención comercial se realiza a través de canales digitales y telefónicos», informaron desde la firma.
En relación a las personas que no cuenten con acceso a tecnología, afirmaron que se ofrece atención personalizada por teléfono y se reforzó la presencial en el CAU Centro, ubicado en el Palacio de las Aguas Corrientes (Riobamba 750, CABA).
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