Los 100 días que cambiaron a Brian Castaño, campeón y con un gran futuro tras una pelea épica
El boxeador de La Matanza se lució contra Jermell Charlo por la unificación del título superwelter: el empate dejó una sensación de injusticia. Recién casado, cómo y cuando decidió afrontar este desafío que marcó un quiebre en su carrera.
A Brian Castaño nunca se le olvidará el año 2021. Sí, está claro, a casi nadie: entre la pandemia, las vacunas y hasta la Copa América, muchos argentinos lo recordarán. Pero para el boxeador de Isidro Casanova fue sin dudas mucho más especial que para cualquiera…
En el plano profesional, logró llegar a la pelea soñada de su vida: tras ganar el título de la OMB, se enfrentó a Jermell De Avante Charlo en una unificación histórica de los cinturones de la categoría superwelter que terminó en empate, pese a su amplio dominio hasta la octava vuelta. En lo personal, seguramente, su triunfo fue todavía más importante: se casó con Carolina Cotugno, su novia de toda la vida y la que lo acompañó en los duros momentos que le tocó atravesar hasta llegar a la cima.
En el combate contra Charlo quedó la agria sensación de, cuanto menos, injusticia, aunque lo visto sobre el ring les abre la puerta a las conclusiones más extremistas que hablan de despojo. El argentino dominó dos tercios de la pelea pero sufrió la zozobra de la potencia del estadounidense en el cierre, cuando el local salió a quemar las naves frente a un recorrido que lo anticipaba perdedor por puntos.
El fallo dividido en las tarjetas, pero sobre todo la escandalosa diferencia que un jurado le dio a Charlo, parecieron empañar la faena del matancero. Se le vio el desasosiego en el rostro apenas escuchó el veredicto en la voz de Jimmy Lennon Jr. (el histórico anunciador de Showtime, empresa dedicada a la promoción boxística), pero de inmediato se lo escuchó aplomado aun sobre el ring: se declaró ganador, reconoció al rival y pidió una rápida revancha.
Pareció estratégico su discurso todavía con las pulsaciones aceleradas, porque sus palabras ayudan a pavimentar el camino hacia un futuro prometedor para el boxeador argentino de 31 años. Del mismo modo que se lo vio arriba del ring durante la pelea, en la que ejecutó con criterio, paciencia y técnica el plan que había gestado junto con su equipo. Y tan estratégico como los pasos que dio para llegar a esta oportunidad de pelear en Texas.
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En el combate de este sábado se puso en juego la unificación de las coronas superwelter de las cuatro entidades más importantes del boxeo mundial: el de la OMB (Organización Mundial de Boxeo) que le pertenece a Castaño, y los de la CMB (Consejo Mundial de Boxeo), AMB (Asociación Mundial de Boxeo) y FIB (Federación Internacional de Boxeo) que ostenta Charlo. Con el empate, ambos retuvieron sus coronas. Para el argentino, esta pelea fue el corolario de un proceso seguido a conciencia en este 2021 inolvidable.
La boda con Carolina en La Matanza
En esta historia que entrecruza el romance y el boxeo, Brian Castaño dio su primer golpe de 2021 el Día de los Enamorados: en la madrugada argentina del 14 de febrero de 2021, derrotó por nocaut al brasileño Patrick Teixeira y se quedó con el título superwelter OMB. La victoria en California, Estados Unidos, fue el primer indicio de que se venía un año cargado de emociones para El Boxi. Y no sólo adentro de los rings…
El boxeador de Isidro Casanova decidió dar un gran paso también. En pareja con Carolina Cotugno, se vio en la necesidad de darle formalidad a un vínculo en el que se apoyó durante sus épocas más difíciles, cuando incluso tuvo ataques de pánico en medio de sus peleas. Y es así que, en el registro civil de San Justo, ambos dieron el Sí legal antes de desatar una fiesta que toda su familia estaba esperando: el primer fin de semana de abril hubo una celebración íntima para todo el clan Castaño.
Hubo cumbia a todo volumen, de la mano de su propia banda, El Boxi Papá, la que armó en 2020 cuando el comienzo de la pandemia de Covid-19 había paralizado la actividad boxística; la misma cumbia que lo acompañó en la entrada hacia el ring en la pelea de este sábado.
Aún con la resaca del casamiento, a Brian Castaño le sonó el teléfono. No había tiempo que perder: su manager Sebastián Contursi -uno de los principales empresarios del boxeo argentino- quería acelerar los trámites. Había surgido la chance de enfrentarse a Jermell Charlo, estadounidense, con la histórica chance de unificar todos los cinturones de la categoría superwelter, algo que nunca había hecho un latinoamericano. Y le avisó a Castaño que estaba la posibilidad y con una cifra con varios ceros: la bolsa en juego llegaba a diez millones de dólares.
Brian Castaño y la pelea con Charlo
Había planes de luna de miel, pero Brian Castaño no dudó: le dio la aprobación a Contursi, trabajaron para buscar un lugar en uno de los pocos vuelos de American Airlines al Norte y el matancero viajó a Estados Unidos para comenzar a preparar la pelea de su vida. Claro, no solo por lo deportivo: el premio para Brian era el más alto de su carrera. Así fue que, 100 días después de su casamiento, Brian Castaño se encontró en pleno Texas en el estadio AT&T, donde Emmanuel Ginóbili se volvió figura de la NBA, subiendo a pura cumbia al combate soñado.
Al cabo de 12 rounds muy intensos, los jurados entregaron un fallo dividido: una tarjeta le otorgó un punto de ventaja al argentino (114 a 113); otra (la del puertorriqueño Nelson Vázquez) le adjudicó insólitamente ¡seis! de diferencia al norteamericano (117 a 111) y la tercera sentenció una paridad en 114 unidades.
Allí estuvo Carolina, gritando y alentando en la primera fila del estadio. También estuvo su madre, sufriendo como tal los golpes que recibía el hijo. Y por supuesto, atento en el rincón, su padre y entrenador, aquel que lo llevaba a barrer calles, juntar escombros y hacer cualquier changa para ganarse la vida. Ahí dijo presente toda la historia de vida de Brian Castaño. De La Matanza para el mundo.
La pelea, a tono con su 2021, fue inolvidable: en un boxeo cada vez más conservador, ambos retadores salieron a dejar todo sobre el ring. Brian Castaño dominó los primeros rounds, arrinconando a su rival y rompiendo la guardia con golpes precisos. Charlo, más físico y con mayor envergadura (es nueve centímetros más alto y tiene un mayor alcance de brazos), logró imponerse en los últimos asaltos, con algunas conexiones que hicieron tambalear al argentino.
El pronunciamiento polémico de los jurados decidió que fue empate, en contra del pensamiento de una mayoría de especialistas que habían considerado ganador al matancero, que había tirado abajo las previsiones en contra que tenía en las apuestas. Pero no pudo quebrar las ventajas que suelen tener los locales en el mundo del boxeo: Charlo, texano nacido en Houston, contó con ese guiño cómplice pese a que el público en el AT&T lo reprobó cuando intentó explicar su baja performance sobre el ring.
Con guapeza y con coraje, también con inteligencia para ejecutar el plan de su esquina, Brian Castaño dejó en lo más alto al boxeo argentino. Mientras espera por la revancha contra Charlo, es momento de que descanse y disfrute de la luna de miel con Carolina que anticipó segundos después del combate: fueron 100 días inolvidables que merece repasar.