Llavallol cumple 50 años como ciudad: así será el festejo en el histórico «barrio industrial» de Lomas de Zamora
La celebración será el sábado 19 a partir de las 10. La fiesta contará con el Desfile de la Comunidad, música en vivo, peña folclórica, stands de emprendedores, feria ambiental y caricaturistas. Los orígenes del pago.
Con orgullo y felicidad, Llavallol cumple medio siglo de vida como ciudad y lo festejará con una fiesta popular que se realizará el sábado. Para el joven barrio de Lomas de Zamora la jornada comenzará, a las 10, con el desfile de la comunidad, desde Luzuriaga y El Rosedal hasta la Plaza de las Colectividades, en en Luzuriaga y Aristóbulo del Valle.
Participarán instituciones educativas y sociales, centros de jubilados y pensionados, clubes barriales, bomberos y representantes de la comunidad y la cultura de la localidad.
La fiesta continuará en la Plaza, donde se podrá disfrutar de un almuerzo con empanadas criollas, música en vivo y peña folklórica. Además, habrá stands de microemprendedores, feria ambiental y caricaturistas.
«El 50º aniversario de Llavallol será una excelente ocasión para celebrar en comunidad los valores y la cultura local, recordar la historia de las primeras familias que se establecieron en la zona y disfrutar de un día lleno de actividades sociales y culturales con familiares y amigos», señaló la invitación de la comuna a todos los vecinos.
Si bien su crecimiento y desarrollo como núcleo urbano comenzaron mucho antes, con la llegada del ferrocarril y la instalación de grandes industrias, fue el 17 de octubre de 1974 cuando la Legislatura bonaerense sancionó la Ley 8.211 que la declaró como ciudad.
La historia de Llavallol
Nacido el 26 de diciembre de 1802, Felipe Llavallol heredó de su padre catalán la pasión por la actividad comercial y, tras haber finalizado sus estudios, se dedicó a consolidar su propia posición económica a través de Llavallol Hermanos, una de las firmas más fuertes de la época. Así llegó a ser gonernador de la Provincia de Buenos Aires y el primer presidente de la Bolsa de Comercio. Falleció en 1874 y en honor a él, la localidad lleva su nombre.
En 1885 se inauguró el ramal ferroviario a Cañuelas, y la primera estación tomó el nombre de Santa Catalina. El 30 de agosto de 1885 se le impuso el nombre de «Llavallol» a dicha estación ferroviaria. Al año siguiente (1886), se inaugura la segunda y actual estación Santa Catalina.
En 1889 el Instituto Agronómico se traslada a la ciudad de La Plata, y en su lugar, se instala la Escuela de Agricultura y Ganadería, cuyo ciclo se extendería hasta 1928. En 1890 se inaugura la actual Estación Llavallol.
Se inaugura el Cementerio Inglés o Cementerio de Disidentes, en Llavallol, donde actualmente descansan muchos de los primeros pobladores de Temperley y Llavallol. En 1902, el intendente de Lomas de Zamora establece a Llavallol como «ciudad industrial». Y en 1904 se funda el Colegio Euskal Echea, otro ícono local. Es ahí cuando el pago se transforma para siempre.
Algunas de las historias más interesantes del libro titulado «Llavallol, con puño y letra por sus vecinos», toman lugar en los alrededores de las fábricas que solían desbordar en la zona. Nombres como VASA, Firestone y Bieckert, son históricas marcas registradas de la ciudad, y en algunos casos esas plantas siguen siendo referenciales para todos los vecinos del Sur del GBA, como la ya mítica «Rotonda de Firestone», que marca el inequívoco cruce del Camino de Cintura y la avenida Antártida Argentina o Ruta 205.
En 1908 inicia su producción la cervecería Bieckert. La firma fue primera empresa cervecera en instalarse en Argentina, y vio a la localidad de Llavallol construirse a sus alrededores con el pasar de los años. «Llavallol era trabajo, gracias a esto los colectivos iban siempre llenos de gente y la mayoría de las familias tenía trabajo en alguna de las fábricas», se lee en el Libro.
Otro hecho saliente de la historia llavallolense fue la visita del científico Albert Einstein, quien llegó a esos pagos del sur entre el 5 y el 8 de abril de 1925 (los historiadores locales no tienen una fecha exacta de concordancia y acuerdo) a una chacra ubicada en la calle Moldes y Néstor de la Peña, de la que no queda casi nada y fue convertida hoy en el Colegio La Milagrosa.
Otras de las referencias ineludibles de la ciudad es la reserva natural Santa Catalina, que además de ser el pulmón del barrio, esconde una historia que no todos conocen. Hace unos años, se hicieron algunos estudios que determinaron que toda esa zona es en realidad un resto de la selva Amazónica.
Santa Catalina fue catalogada como área protegida en 2011, aunque los visitantes pueden pasear por sus senderos sin ningún problema. Según los vecinos, su valor cultural y ambiental -por la gran biodiversidad que aún contiene- vuelven a este lugar de 650 hectáreas un espacio único dentro del sur del conurbano bonaerense.
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