La increíble hazaña que busca una chica de Burzaco en Brasil: «Mi vida no volverá a ser la misma»
Julieta Santamaria camina sola el sendero de la Mata Atlántica, un camino que atraviesa cinco estados y todo tipo de peligros. Igual, su idea es concientizar a las personas sobre el cuidado del medio ambiente.
Julieta Santamaría tiene 25 años, es de Burzaco de toda la vida y hace poco menos de dos años decidió meterle un cambio de frente rotundo a su vida. Se fue a Brasil, y una vez allí en su cabeza empezó a procesar una idea totalmente inabarcable, inmensa: caminar los 4.000 kilómetros del sendero de la Mata Atlántica de ese país, algo que nadie ha hecho en la historia. Arrancó sola, y en eso está.
El Camino de la Mata Atlántica en Brasil es una experiencia inmersiva en uno de los biomas más ricos del planeta. Lo tiene todo: senderos desafiantes en montañas, selvas tropicales, ofrece una gran variedad de paisajes y encuentros con la naturaleza. Es una oportunidad para conectarse con la biodiversidad y la historia de Brasil, todo mientras se promueve la conservación y el respeto por el medio ambiente.
A lo largo de cinco estados y 134 municipios, la Mata Atlántica es un desafío inconmensurable para cualquiera. Julieta siempre supo esto: pero le importó poco. La historia de como se decidió a hacer esa «locura» tuvo un punto de partida.
«No me sentía cómoda ni feliz con la vida que tenía», contó Juli a TN. Su idea de irse a vivir a otro país surgió a fines de 2022, mientras estudiaba en la universidad y trabajaba al mismo tiempo. El primer paso fue dejar de estudiar. Ese tiempo lo dedicó a hacer horas extras en en el trabajo: el objetivo estaba claro, había que juntar plata para comprar el pasaje y cumplir su sueño.
«Lo mantuve a escondidas hasta un mes antes del vuelo, cuando me despedí de mis amigos y familia», dijo Julieta sobre la impensada situación que vivieron sus allegados cuando en febrero del año pasado les comunicó su decisión.
De Burzaco a caminar la Mata Atlántica brasileña
Si bien su sueño ideal y primario era ir a vivir a Brasil para realizar voluntariados sociales, una vez allá, las charlas con un amigo le metieron un bichito en la cabeza que no se lo pudo sacar más. Así, el trekking ganó espacio en su vida.
Palabra va, palabra viene, todo empezó a cambiar cuando le hablaron de la Mata Atlántica. «Apenas me comentaron del tema sentí una emoción muy grande que nunca había sentido. El viaje empezó como un desafío personal porque quería aprender muchas cosas, entre ellas a resolver sola todo lo que pudiera pasar en el camino pero hoy es mucho más que eso», contó.
De arranque empezó con una preparación física y mental muy metódica. «Hacer ese trayecto tiene como uno de los propósitos el de concientizar a las personas sobre la preservación del medio ambiente«, dijo.
El recorrido atraviesa Río de Janeiro, São Paulo, Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. Julieta arrancó con la caminata el 3 de marzo y al día de hoy lleva recorridos más de 700 kilómetros y logró terminar el primer estado. «La idea es terminarlo en noviembre», cuenta, pero afirma que demorar un poco más no sería un problema.
«Hubo trechos dónde fue difícil conseguir agua caminando bajo un calor insoportable, caminos que estaban cerrados y tuve que abrir con el machete, y veces donde la lluvia no me permitió ir de una ciudad a otra. En esas situaciones lo más difícil es tener control mental, es muy complicado pensar en frío cuando te estás quedando sin agua por ejemplo. Te entra la desesperación y no pensás correctamente», afirmó.
Camina sola y a medida que va avanzando se cruza con distintas personas que la acompañan y le dan una mano en lo que necesita, como por ejemplo un lugar para dormir. «Eso ayuda mucho en lo económico porque me dan descuentos o me dejan hospedarme gratis», señaló. Para quienes quieran seguir su apasionante desafío, en su cuenta de Instagram va detallando casi día por día sus avances.
Y mientras va y va y va, Julieta reflexiona: «Hasta ahora fue todo muy positivo para mi y estoy feliz con quien soy ahora viviendo cada paisaje, cada aprendizaje. Esta nueva etapa de mi vida representa crecimiento y autoconocimiento. Definitivamente mi vida no va a volver a ser la misma. Abrí mucho mi cabeza y descubrí lo que realmente me apasiona, lo que me gustaría hacer para siempre», cerró convencida.
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