Campeón del Metropolitano 69 con 4-1 ante River: día de gloria en la historia de Chacarita
Los de San Martín lograron el que hasta ahora es su único título en la máxima categoría. El Tanque Neumann (dos), Marcos (golazo) y el Tano Frassoldati convirtieron en una jornada que está en los libros.
Transcurrió ya más de medio siglo y, lejos del olvido, la gesta de aquel Chacarita que venció 4-1 a River, para coronarse en el Metropolitano de 1969, cobra cada vez más dimensión, crece en el recuerdo y sirve de impulso para recuperar viejas glorias. Dos goles del Tanque Neumann, una espectacular apilada del capitán Marcos y una sorpresiva llegada desde atrás del Tano Frassoldati sirvieron para confirmar en la cancha de Racing que el mejor equipo de la Argentina en ese momento vestía camiseta tricolor.
Eliseo Jorge Petrocelli; Jorge Alberto Gómez, Abel Jorge Pérez, Ángel Hugo Bargas, Franco Frassoldati; Luis Leonardo Recúpero, Alberto Raúl Poncio y Juan Carlos Puntorero; Ángel Alberto Marcos, Rodolfo Orife y Horacio Ricardo Neumann fueron los 11 protagonistas de aquella final, el 6 de julio de 1969.
En el banco había dos jóvenes delanteros de doble apellido que se destacarían pronto, uno en Atlanta .justo el clásico rival- y otro en Boca: Juan Antonio Gómez Voglino y Carlos María García Cambón, hoy lamentablemente afectado por un problema de salud.
«Primer córner del partido. A la izquierda de la imagen, señora, va a tirar Marcos», relata Horacio Aiello en la transmisión de Canal 7, la actual TV Pública. Tras ese envío desde la esquina, presentado por Rastrojeros Diesel, llegó el 1-0, una media vuelta del rubio Neumann dentro del área. Iban 12 minutos.
River igualó enseguida a través de Juan Carlos Trebucq, luego de un centro venenoso de Pinino Más. A la media hora, una acción clave: el árbitro Roberto Barreiro expulsó a Eduardo Francisco Dreyer, volante del Millonario.
A poco de concluir etapa inicial, nuevamente Neumann -esta vez con un latigazo de zurda- clavó el 2-1 para delirio de miles de simpatizantes que habían embanderado de negro, rojo y blanco la bandeja inferior del Cilindro.
Arranque furioso de Chacarita y goleada
Una magnífica acción individual de Marcos y una arremetida por sorpresa de Frassoldati, lateral con mucha proyección, definieron el resultado al comienzo de la segunda etapa. River, dirigido por Ángel Amadeo Labruna, no tuvo energía ni ideas para revertir la situación, alargando a una docena de años su sequía sin títulos locales.
La narración de José María Muñoz destacó al final del encuentro la hidalguía de los vencidos, que felicitaron a los campeones. Era un reconocimiento merecido: Chacarita había eliminado en la semifinal (1-0, palomita de Recúpero) a un Racing que conservaba la base del campeón mundial 67, más el refuerzo del brasileño Machado da Silva. En la etapa clasificatoria el Funebrero también había conseguido una gran victoria ante Boca (1-0, tanto de Marcos) en condición de visitante.
En las instancias decisivas del torneo, Víctor Rodríguez fue el técnico. Reemplazó a Federico Pizarro, quien había estado a cargo en la etapa previa. Igualmente, todos le atribuyen gran responsabilidad en la gestación de ese Chacarita campeón a Argentino Geronazzo. Ocupó el cargo de DT en 1968 y, según ha dicho Marcos, «fue el que nos convenció de una manera de jugar».
Esa convicción ni siquiera la dejaron de lado en el arranque del certamen de 1969, cuando un Lanús inspirado -de la mano de Manuel Acosta y Bernardo Silva, apodados Los Albañiles por su facilidad para tirar paredes- los apabulló con un devastador 7-1. A la fecha siguiente, como si quisieran demostrar que aquella derrota no los había afectado, aplastaron 5-0 a Colón.
Dos años de vigencia tuvo aquel equipo. Su momento cumbre fue en la Copa Joan Gamper de 1971, tradicional torneo de pretemporada que organiza el Barcelona, donde superó por 2-0 al poderoso Bayern Munich de Alemania.
Después se sucedieron adversidades, conflictos, malos manejos institucionales… Nada que ningún hincha del Funebrero ignore. La actualidad no es de las más felices, pero ninguna contrariedad impide celebrar y honrar a los gloriosos campeones de 1969.