Pablo Vico se va de Brown de Adrogué y termina una era increíble: donde irá el DT que vivía en una pieza debajo de la tribuna de la cancha
El DT del Tricolor de Almirante Brown dio un paso al costado porque el equipo va último. Ahora, contó donde se mudará y que sueña con dirigir a un grande de la A. Cuál es la invencible marca que deja el «Bigotón».
Lo que desde hace algunos meses todos sospechaban finalmente se concretó. Pablo Vico, el histórico técnico de Brown de Adrogué, se va del club tras 15 años seguidos al frente del equipo, lo que lo llevó a ganarse el mote de ser el «Alex Ferguson del Ascenso». Su figura es un orgullo del fútbol argentino: es el poseedor del insólito récord de ser el DT que más tiempo ininterrumpido dirigiendo los mismos colores en la historia argentina de todas las categorías. Pero este fin de semana su era concluyó.
Ya a fines de 2023, tras un partico frente a Atlanta, Vico encendió la alarma: «Tal vez sea el momento de cambiar de aire. Hace 15 años que estoy dirigiendo en el club, quizás los dirigentes se cansaron. Mi continuidad en el club depende de un montón de cosas», había dicho el DT, famoso pos su trabajo, sus costumbres y por vivir en una casita debajo de la tribuna del estadio Lorenzo Arandilla de la ciudad cabecera de Almirante Brown.
Ahora llegó el final esperado. Los malos resultados del Tricolor en el torneo de la Primera Nacional -Brown está útimo en la zona B, con 8 puntos- llevaron al «Bigotón» a tomar la decisión.
«Estoy tranqujilo, pero muy triste. Mañana tenemos el último partido. No voy a decir que estoy alegre… Son 15 años de trabajo, cuatro reducidos, dos semifinales que perdimos con Sarmiento, le ganamos a todos los grandes de la categoría en 2013… Son muchas cosas lo que dejamos. Todo lo que empieza en algún momento termina», dijo el técnico.
A su vez, contó que dejará su hogar que está en el estadio: «Tendría que ir a algún departamentito. Es lógico. Tengo que dejar, darle el paso a la gente que va a venir».
«No me salieron bien las cosas. Lo más inteligente, cuando no salen las cosas, es dar un paso al costado y darle a los dirigentes la chance de que puedan elegir a otra persona, que capaz lo saca más rápido que nosotros», explicó. Y agregó: «Si vos realmente querés a la institución y las cosas no están saliendo, tenés que dar un paso al costado».
Vico agradeció el afecto de los hinchas de Brown en las últimas horas: «He recibido tantos tantos mensajes ayer… Lo único que recibo es afecto. Hubo personas que me lloraron por teléfono. Es una decisión tomada. No es casualidad. Las siete personas del cuerpo técnico lo analizamos y estudiamos bien», le dijo a TyC Sports.
Sobre el futuro, abrió su corazón y expuso su sueño: «M cuerpo técnico está capacitado para ir una categoría más arriba. Escucharemos a todos. No me voy a meter en cualquier zona. Somos siete personas. No nos vamos a apurar, aunque tenemos la necesidad de trabajar. Sueño con dirigir Huracán, club del que soy hincha«.
«Sería una ilusión muy linda, ojalá. Pero no depende de nosotros. Depende de los dirigentes, si quieren apostar a un técnico del Ascenso… A los técnicos del Ascenso no les fue mal… Diego Martínez, Caruso Lombardi, Zielinski, el Huevo Rondina. Todos hicieron todos buenas campañas».
Pablo Vico y una era insuperable en Brown de Adrogué
El «Bigotón» o «Don Ramón» (por su parecido al personaje de la mítica serie «El Chavo») tiene 68 años y a fines de 2022 batió un impresionante récord: se convirtió en el técnico con más tiempo al mando de un equipo en el la historia del fútbol argentino: por entonces había estado en el cargo 4.972 días al frente del Tricolor, superando a Victorio Spinetto, histórico DT de Vélez.
Vico asumió en 2009 en Brown de Adrogué y, hasta el momento, dirigió 569 partidos: 204 victorias, 185 empates y 180 derrotas. Con el Tricolor, fue campeón de la Primera B (2012/13 y 2015). Ahora, después de 15 años, le pone fin a su histórico ciclo.
La historia de Pablo Vico y su amor por Brown de Adrogué
La relación de Pablo Vico con los colores celeste, rojo y negro viene de toda la vida. Fue futbolista de la institución y también llegó a jugar en Temperley, aunque sin mucha continuidad.
Sus principales logros llegaron cuando se convirtió en entrenador: arribó al club hace más de 20 años para trabajar en el baby fútbol, luego en divisiones inferiores y en el área de coordinación, hasta que le tocó hacer varios interinatos y tuvo la chance de asumir formalmente de forma regular el 21 de marzo de 2009, ciclo que se perpetuó hasta la actualidad.
En el medio, consiguió los ascensos de la temporada 2012/2013 y de la 2015 a la Primera B Nacional, hitos que marcaron a fuego la historia de Brown de Adrogué y fortalecieron ese amor con la institución y los hinchas. «Brown es mucho en mi vida. Es muy difícil imaginarme la vida sin este club, sólo me iría para dirigir en Primera División, sólo por un motivo así de especial lo haría», dijo el año pasado Vico, sin vislumbrar este presente con claroscuros que lo llevó a tomar la decisión de irse.
Su historia está marcada no solo por los éxitos deportivos, sino también por diferentes hechos de los que tuvo que sobreponerse. En 2015, por ejemplo, su hijo Cristian falleció por un accidente automovilístico causado por una banda de delincuentes que venía de robar una camioneta. Tras el episodio, Vico sufrió un infarto y tuvo que ser medicado por depresión.
«Le tengo mucho miedo a la soledad. Después de mi desgracia, me encanta estar acompañado de buena gente. Eso me da tranquilidad y paz a mi alma», confesó el entrenador, que vive en una de las oficinas administrativas del estadio Lorenzo Arandilla y a, según sus cálculos, 74 pasos del campo de juego. De ese espacio se mudará en los próximos días.
En ese lugar, donde los fines de semana renvoaba los votos de amor por los colores, es donde también recibió siempre el cariño de los hinchas, tanto que una de las tribunas del estadio lleva su nombre, lo mismo que el buffet del club Brown de Adrogué.
Su historia incluso trasciende el fútbol porque en 2021, el Concejo Deliberante de Almirante Brown decidió ponerle su nombre a la Plaza Felices los Niños, ubicada en las calles Dardo Rocha, entre Jacinto Calvo y Thorne, en Rafael Calzada.
Por eso siempre Vico devolvió los homenajes con su sentido de pertenencia al club y a su querida Adrogué. Pero ahora, sin haber podido alcanzar su máxima aspiración como DT –«ojalá Dios me diera la posibilidad de ascender con Brown a la máxima categoría», repitió siempre-, su vida cambió. Lo que no se modificará nunca es su amor incondicional al Tricolor ni sus ganas de seguir dando pelea.
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