Paul McCartney, John Lennon y extraterrestres en La Boca: llega una fantástica muestra fotográfica sobre el icónico barrio porteño
La Boca 1979 se realizará en el Museo Benito Quinquela Martín, del 6 de abril al 19 de mayo. Habrá más de 350 fotos realizadas con inteligencia artificial por el artista Juan Maresca. «Es una historia de amor», sintetiza.
El Museo Benito Quinquela Martín anunció que del 6 de abril al 19 de mayo se realizará «La Boca, 1979: El Año que Vinieron y Fuimos Felices«, una mega exposición fotográfica inmersiva y conmovedora que se presenta como un testimonio visual y narrativo del año en el cual los extraterrestres arribaron al barrio de La Boca, transformando la vida cotidiana en un recuerdo colectivo de amor y comunidad.
La exposición, creada por el artista Juan Maresca, trae a la vida los recuerdos de la infancia, mezclando la nostalgia y la alegría en más de 350 imágenes que capturan el alma del barrio.
Maresca, un hijo del barrio y por ende también hincha fanático de Boca Juniors, utiliza su arte para evocar historias y emociones de un tiempo donde lo extraordinario se hizo cotidiano.
Cómo es la mega muestra «La Boca 1979»
La muestra, que tiene el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lleva a los visitantes a un viaje a través de 24 momentos clave de 1979, exhibidos en más de 350 polaroids en grandes imágenes. Cada punto del recorrido relata una historia única, ofreciendo a través de la tecnología QR una experiencia inmersiva e histórica que evoca el espíritu de La Boca de esa época.
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«Me prostituí como publicista durante muchos años y ha llegado la hora de dedicarme a lo que siempre debí haberme dedicado: el arte en su más pura definición. Seguramente, al ver la muestra, la gente sentirá la nostalgia y la magia del barrio. Y no cualquier barrio, sino el barrio de La Boca. Un barrio que siempre estuvo abierto a ‘los otros’, un barrio de inmigrantes, un barrio que siempre le abrió la puerta a todos, inclusive a los extraterrestres”, comentó.
«Esta exposición es un homenaje al barrio que me vio crecer, a su gente y a esos momentos que nos definieron. Cada imagen, cada historia, es un pedazo de mi corazón que ahora comparto con ustedes», reconoció Maresca sobre la muestra que se realizará en Pedro de Mendoza 1835.
«En este proyecto -explicó- no nos invaden, no vienen a aterrorizarnos. ‘La Boca, 1979’ es una historia de amor, de amor a lo distinto, donde todos vivimos juntos, unidos, sin peleas, porque existe un amor mayor que es la comunidad, los vecinos y el club«, dice el artista.
La historia comienza con Juan, hoy con 53 años, que decide volver al barrio de su infancia. Al entrar en la casa abandonada de la Calle Pinzón, aquella en la que jugaba cuando era chico con sus amigos, encuentra tres cajas llenas de fotos de 1979, «el año que vinieron y fuimos felices».
La llegada la inteligencia artificial se convirtió en el catalizador para que Maresca, con su habilidad y creatividad, recreara La Boca de los años ’70, infundiéndole nueva vida a través de imágenes nostálgicas y una narrativa de amor y pertenencia.
«Cuando en 2023 llegó la Inteligencia Artificial de MidJourney, me sumergí de lleno en su estudio. Quedé alucinado con el potencial de esta tecnología. Para mí, fue una oportunidad para poner en práctica toda mi imaginación. Comencé a intentar emular la nostalgia del barrio de mi infancia. Me dediqué a buscar las lentes de aquella época, los colores, los tonos de luz, el ambiente«, arranca contando Maresca sobre lo que fue el embrión de la idea de «La Boca 1979».
«Después de innumerables pruebas, logré crear una macro que genera las fotos del proyecto ‘La Boca, 1979’, capturando las sensaciones de aquella época. De esta forma, nacen las imagenes que podes ver. Pero esta es la primera mitad del trabajo visual. La otra mitad la realizo manualmente en Photoshop, haciendo retoques, ajustando detalles, colores o lo que considere necesario para dejar la imagen hermosa y verosímil, que invite a ser observada», afirma.
«Un poco cansado del odio de las redes sociales, sentí que había una oportunidad de crear un pequeño oasis, en el desierto de la mala onda. Se me ocurrió realizar la primera “fake news” positiva y generar un mensaje de amor utilizando los recuerdos de mi infancia en el barrio. La idea originalmente la hice para mí y mis amigos, 30 o 40 personas, y ahora hay más de 7.000 personas que ni conozco, que me escriben mensajes hermosos y que se han entusiasmado con la narrativa del proyecto a pesar de estar en Instagram», sintetiza Maresca.
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