El brutal testimonio de los padres de Zaira Rodríguez al estar frente a los asesinos de su hija

El juicio por el crimen de Zaira Rodríguez, la piloto de karting de 21 años que fue asesinada de un balazo en la cabeza en noviembre de 2018 en Villa Ballester, arrancó este lunes con la declaración como testigos de Claudia y Sandra, los papás de la chica de 21 años, quienes tuvieron que estar cara a cara a los dos motochorros juzgados por el homicidio.

«No tenemos paz ni la vamos a tener nunca porque mi hijita no está y la familia (de los imputados) nos sigue amenazando”, expresó el papá de la víctima desde la puerta del Tribunal Oral Criminal (TOC) 5 de San Martín, donde minutos antes había prestado su testimonio durante la primera jornada del debate que tiene a los hermanos Pablo y Gastón Murray, de 25 y 29 años, en el banquillo de los acusados.

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El hombre aseguró que ya lleva «ocho denuncias hechas por amenazas, pero nadie hace nada», mientras que Sandra, quien también declaró este lunes, aseguró que los motochorros acusados «no bajan la mirada» y que su abogado es «muy soberbio en su forma de dirigirse a los jueces y a los testigos».

«Es horrible verles las caras, es horrible saber que ellos salieron a matar», expresó Sandra a la prensa. Por su parte, Claudio agregó: “Pasar por el momento de la reconstrucción de lo que ha sucedido te lleva al día cero y a la hora que pasó, es terrible”.

Y luego se refirió a la declaración de Nicolás Impiombato, el piloto de TC Mouras que era novio de Zaira y fue testigo del hecho, quien vivió todo más de cerca, y manifestó que se sintió «nervioso», ya que pensaba en no fallar para que su relato «no tenga dudas”.

Los Murray llegaron al debate detenidos con prisión preventiva y estando imputados como coautores del delito de “robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, en concurso real con homicidio criminis causa” -es decir, matar para ocultar otro ilícito-, que prevé la pena de prisión perpetua.

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“Espero que la Justicia determine la pena máxima como corresponde y que le saquen todos los derechos, porque a mi hija se los sacaron”, agregó el papá de Zaira Rodríguez. “Mi hija no está más y ellos nos siguen amenazando”, reafirmó. El debate por el homicidio de la piloto de karting tendrá otras dos jornadas, el miércoles y viernes de esta semana que también se llevarán a cabo de forma presencial ante los jueces Adrián Berdichevsky, Luis Molinari y Javier Antonucci.

Cómo fue el crimen de Zaira Rodríguez

De acuerdo al requerimiento de elevación a juicio, el fiscal Fabricio Iovine dio por probado que el 10 de noviembre de 2018, a las 20.45, la víctima se encontraba con su novio a bordo de un Volkswagen Gol Trend blanco, estacionado en la puerta de la casa de ella, ubicada en Lamadridad y Sarmiento, Villa Ballester. En ese momento, se acercaron los Murray en una moto con la intención de robarles el auto.

“Ellos salieron a matar”, sentenció Sandra, la mamá de Zaira, tras lo cual subrayó: “Si salís con un arma con balas salís a matar, no salís a asustar”. Según consta en la causa, uno de los motochorros amenazó a la pareja para que bajaran una de las ventanillas e Impiombato arrancó a toda velocidad para escapar y embistió la moto de los delincuentes.

Ante la reacción del conductor, uno de los delincuentes comenzó a disparar contra el auto de la pareja y Zaira recibió un tiro en la cabeza, a la altura de su oído derecho, herida que le produjo la muerte cuando llegó al Hospital Castex. «Los rastros balísticos levantados en el lugar, el examen de la cantidad de impactos recibidos por el Volkswagen Gol y obvia (y lamentablemente) el proyectil recibido por Zaira Rodríguez en su cabeza dejan fuera de todo margen de dubitación el dolo de muerte en el accionar de los causantes al no haber podido lograr el fin de robo», aseguró Iovine.

La moto fue la clave para llegar a los sospechosos ya que el propio novio de Zaira, al acelerar para evitar el asalto, se llevó por delante el vehículo y lo llevó arrastrado durante 150 metros debajo de su propio auto. Cuando la Policía la identificó por su patente, pudo llegar a la casa de los Murray, donde el padre de los hermanos colaboró con la Bonaerense y entregó a su hijo Pablo, quien confesó ser el autor del crimen.

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Por su parte, el mayor de los Murray fue capturado ocho días después del homicidio y cumplía una condena de un año y nueve meses de prisión por «amenazas, lesiones leves agravadas por la relación de pareja y robo simple».