Son de San Martín y fabricaban carteras para sobrevivir: ahora tienen como clientas a Valeria Mazza y a Juliana Awada
Rosa y Antonio confeccionan accesorios en cuero. Comenzaron a hacerlo para lidiar con su mal pasar económico y hoy tienen como clientes a Iván de Pineda y Juliana Awada. Una conmovedora historia de superación.
Oriundos de Costa Esperanza, un pequeño barrio de San Martín, Rosa Florenciano y Antonio Leguizamón decidieron fabricar carteras para sobrevivir a la crisis económica. Él era operario en una planta que manufacturaba productos de cuero. Luego comenzó a enseñarle a su mujer, que trabajaba como empleada doméstica, cómo manipular la materia prima. Así nació el emprendimiento que hoy no para de crecer.
“Esperanza” fue el nombre elegido para bautizar al proyecto y rendir homenaje a su barrio. Comenzó como una pequeña iniciativa y hoy, cinco años después, sus productos tuvieron tanto éxito que los usan reconocidas personalidades como la ex primera dama Juliana Awada; la modelo Valeria Mazza; y el conductor Iván de Pineda. “La esperanza está siempre presente y es lo que nos representa”, cuenta Rosa.
Tanto creció en estos cinco años que el emprendimiento creado por el matrimonio de San Martín es una PyME que tiene más de 20 empleados y como mínimo 100 ventas aseguradas mes a mes. En la época de alta demanda, “Esperanza” emplea a 22 vecinos del barrio y, durante la baja, que se da en el verano, son 16 los trabajadores. Venden a través de Instagram, Tienda Nube y en ferias artesanales.
Además, la empresa se extendió y no solo fabrica carteras: también hace mochilas, cartucheras, portalaptops, llaveros, estuches de anteojos, cinturones y sobres, todos hechos en cuero nacional. También crea las bolsas de guardado y trabaja de manera conjunta con otros emprendimientos de Costa Esperanza, como zapaterías.
San Martín: cómo nació Esperanza, la marca carteras que usa Valeria Mazza
Tras sufrir un mal pasar económico, Rosa y Antonio decidieron emprender para probar suerte. El matrimonio vive hace 17 años en Costa Esperanza, un barrio postergado de San Martín. , Siempre fueron reconocidos por ayudar a los vecinos que más lo necesitaban. Ambos colaboraban en “Las Violetas”, un comedor comunitario de la localidad que lleva el nombre de la calle donde ellos viven.
En una ocasión, mientras colaboraban con la comida para los vecinos, entablaron un diálogo con Mariana Baho, integrante de la ONG Construyendo, una institución que se dedica a acompañar emprendimientos ubicados en barrios vulnerables de Buenos Aires. Así, la organización comenzó a ayudarlos y capacitarlos con los materiales y los diseños de los accesorios de marroquinería.
“Empezamos en 2017, con un montón de modelos. Nos los colgamos en los brazos y salíamos a vender por el barrio, puerta por puerta. Pero nos costaba un montón vivir de eso. Los vecinos también eran pobres, entonces nos compraban en cuotas o a pagar en unos días y casi no veíamos la ganancia”, cuentan.
De este modo, el matrimonio comenzó en 2018 con tres máquinas viejas y mucho ímpetu. Decidieron que el emprendimiento se llamara “Esperanza” en honor al barrio donde viven y pusieron manos a la obra. Hoy, cinco años después de aquel momento inicial, Rosa y Antonio trabajan con siete máquinas bien restauradas y venden a todo el país sus productos hechos de cuero argentino.
A pesar de su gran éxito, el matrimonio nunca se olvidó de sus allegados: parte de las ganancias del emprendimiento las destinan a colaborar económicamente con el comedor comunitario “Las Violetas”.