Violencia en una escuela en Merlo: el relato de un maestro salvajemente golpeado por una madre en el primer día de clases
Se llama Aldo, tiene 29 años y está al frente de un curso en la Escuela Primaria N°50 del barrio Arco Iris. El miércoles por la tarde, cuando sus alumnos salían del colegio, una madre lo insultó y lo atacó brutalmente. Debieron hospitalizarlo.
El docente agredido, Aldo, dio su testimonio en televisión y admitió tener mucho miedo.
Los gremios docentes manifestaron su repudio luego de un nuevo episodio de violencia que ocurrió en en el primer día de clases de una escuela de Merlo, en el oeste del Conurbano. Fue allí donde un joven maestro recibió una salvaje golpiza de parte de una madre que fue a increparlo en la tarde del miércoles.
La situación tuvo lugar pasadas las 18 en la Escuela Primaria N°50 del barrio Arco Iris, donde Aldo (29) despedía a sus alumnos en la puerta del establecimiento para que se reencuentren con sus padres. Fue en ese momento cuando fue atacado por una mujer de 35 años.
El docente le dijo a Primer Plano que «primero fue todo verbal, con expresiones que dan miedo», y desde allí hubo una espiral de violencia: «Luego vino la agresión física, con un golpe de puño y antebrazo que me provocó un corte debajo del pómulo y me rompió los anteojos», puntualizó.
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Tras el violento episodio, la directora de la institución lo llevó en su propio vehículo a una clínica privada de Merlo y se quedó con él hasta que, pasadas las 23, lo dejaron irse y ella lo llevó a su casa. Afortunadamente, el cristal de los anteojos no se clavó en su globo ocular, algo que podría haberle provocado una lesión mucho más severa.
Las versiones sobre los motivos del ataque al docente en Merlo
Aunque se llamó al 911, los agentes de la Policía Bonaerense del destacamento Pompeya al que pertenece esa jurisdicción, se acercaron recién este jueves para montar custodia tras una solicitud del Municipio de Merlo. La madre agresora fue imputada por el delito de «lesiones» y aún se intenta establecer qué fue lo que ocurrió.
Una versión que manejaron los gremios docentes, que repudiaron el ataque, es que la mujer se enojó porque su hijo había salido angustiado acusando al maestro de haberle pedido que utilice lapicera en lugar de un lápiz. Sin embargo, voceros judiciales manifestaron que en realidad era porque quería una docente mujer para educar a su hijo.
Aldo, por su parte, se preocupó por no generalizar más allá de la terrible situación que le tocó vivir. «La verdad siento mucha angustia, algo de pánico y miedo de volver y que pase algo. Estamos desprotegidos, nadie nos cuida. Ahora tengo que hacerme más estudios por la Aseguradora de Riesgos de Trabajo y veré como sigo. Quiero aclarar que esta es una comunidad educativa excelente, con la que nunca tuve problemas, pero esta mamá en particular no es la primera vez que hace algo así», señaló.
Por lo ocurrido, el Consejo Escolar de Merlo emitió un comunicado en el que manifestó su repudio indicando que «rechazamos toda expresión de violencia física, verbal, psicológica, simbólica y/o sexista, exigimos y promovemos intervenciones integrales, articuladas desde diversos ámbitos estatales y corresponsables para evitar la profundización de las situaciones de violencias que se manifiestan en las escuelas».
En tanto, el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA) hizo este jueves una reunión con las familias de la Escuela N°50, sus directivos, inspectoras del área de psicología y el jefe distrital para ratificar su acompañamiento tras el violento episodio.
