Una promesa y una increíble historia: quién es el vecino de Villa Domínico que cada noche sale a festejar con la bandera argentina

Él hizo una promesa y la cumple religiosamente cada día: Guillermo Ortiz es un hombre de 52 años que vive en Avellaneda y que cada noche flamea una bandera argentina en el parque central de Villa Domínico para alentar a la Selección Argentina.

El ritual comenzó durante el primer partido en el Mundial de Qatar y continuará hasta que empiece la próxima Copa del Mundo, que en 2026 se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.

Villa Domínico: Guillermo y su bandera

Camiseta, bandera atada al cuello y otra más en la mano son los tres elementos -todos blanquicelestes- que componen la imagen de Guillermo, el hombre que cada noche a las 21.30 se para en la esquina de la Avenida Mitre y la Avenida Ramón Franco, sobre el Parque Domínico, para cumplir su promesa de hacer flamear la bandera argentina bien alto en homenaje a la Scaloneta.

“A la plaza voy todos los días a partir de las 21 hasta las 22, sin falta, llueva, truene o caiga un rayo. Esto no tiene que ver con política, religión, extracto social, nada que ver con eso. Esto es algo natural hacia la selección. La selección es una religión para mí, imaginate, tenemos a Messi y a Maradona. Mi idea es estar acá y flamear la bandera hasta el próximo Mundial”, explica.

Al principio Guillermo salía solamente los días que jugaba Argentina para alentar a la selección. Luego el ritual comenzó a extenderse y se volvió una rutina de cada día. Pero el gran salto llegó cuando su video flameando la bandera se viralizó en Twitter, con más de cien mil reproducciones. “Fue una sorpresa la viralización del video”, cuenta su esposa Griselda.

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“Cuando salimos campeones salí a festejar al boulevard que está enfrente a mi edificio. En ese momento pasó un coche y frenó y bajó un hombre mayor y me dio un abrazo que me llegó hasta la médula, hasta el interior de los huesos. La verdad que me hizo temblar”, recordó Guillermo.

Cómo nació el ritual en Villa Domínico

Identificado como “el campeón de Domínico y Wilde”, Guillermo comenzó a flamear la bandera argentina el pasado 22 de noviembre, cuando la Selección Argentina perdió en su presentación mundialista frente a Arabia Saudita en el Mundial de Qatar 2022. Tras la derrota, el fanático agarró el palo del secador de piso, le pegó una bandera con cinta y salió a la calle.

“Después del primer partido que perdimos estaba mal, no sabía qué hacer. Cuando lo vi a Messi agarrarse la cara eso me motivó y me hizo salir a pensar qué hacer. Ahí me acordé de la bandera que tenía en casa. Con qué la hago flamear, pensé. Esto surgió de la euforia del momento de alentar y de salir a decir que no todo estaba perdido”, detalla.

Y ayer no fue la excepción: su ritual se repitió anoche, en la misma esquina de las avenidas Mitre y Ramón Franco, Villa Domínico, cuando la Selección Nacional jugó su primer partido de eliminatorias ante Ecuador para el Mundial de Estados Unidos de 2026. El vecino de Avellaneda planea continuar flameando su bandera hasta el primer partido de la competencia que inicia en tres años.

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“Fue una sumatoria de ganas de descargar esa fuerza interna que tenía y exteriorizarlo. Contagiar todo eso. Algunos entendían y otros no, pero no me importaba, porque la convicción que tenía para que se comprenda lo que quería transmitir era bien fuerte. Los chicos que pasan me preguntan por qué estoy acá. Estoy acá porque soy campeón del mundo, como todos los argentinos”, cierra Guillermo.