Los reveladores detalles de la construcción del túnel del Banco Macro de San Isidro: «Está mejor hecho que el del Robo del Siglo»
Las hipótesis apuntan hacia un mismo lugar. Empezaron a relevar las cámaras de seguridad de la calle Chacabuco para ver lo movimientos en los días previos. «Es una obra de ingeniería civil», dicen los expertos.
Con el correr de las horas va surgiendo información sobre el frustrado intento de robo al Banco Macro de San Isidro a través de un túnel debajo de la calle Chacabuco, en el centro de esa localidad del norte del Conurbano. Para los investigadores, se trata de una magnífica «obra de ingeniería civil» y consideran que el conducto está mejor hecho que el famoso pasadizo con el que un grupo de delincuente robó años atrás la sucursal del Banco Río, a pocas cuadras de allí, en lo que se conoció como el «Robo del Siglo».
Los peritos que también investigaron el túnel realizado para robar el Banco Río en el año 2006 fueron convocados en las últimas horas en la nueva estructura descubierta a metros de la sucursal del Macro y no dudaron: «El nuevo es mucho mejor», aseguraron.
«Esto no lo hace cualquiera, es de una nivel de organización nunca visto, el hampa actual no se mueve de esta forma, con este nivel de constancia y planeamiento, es mucho más rústica«, indicaron fuentes del caso, quienes se mostraron sorprendidos que un error infantil (la varilla de acero que sobresalía de la calle y fue vista por el repartidor que alertó a las autoridades) haya tirado por la borda meses de trabajo. «Cayeron por una boludez», aseguraron.
San Isidro: túnel y hampones de larga data
Los expertos ingresaron a la estructura ayer por la noche, tras realizar una perforación de más de tres metros de profundidad con una excavadora. Tuvieron que romper la capa de adoquín. Luego, una carpeta de 60 centímetros de cemento, más otro metro de tierra. Finalmente, llegaron al espacio subterráneo.
Por dentro la estructura que armaron los delincuentes: allí se ven baldes con arena, un banco de madera movible para trasladar elementos y distintas herramientas para extraer tierra. Sobre el final del túnel se ve una escalera que daba al galpón desde donde trabajaban los delincuentes.
La increíble obra comienza en la calle Chacabuco al 567, en un galpón abandonado que funcionaba como depósito y que hasta hace algunos años era un taller de chapa y pintura. De acuerdo al parte policial, el trayecto del túnel se aproxima a los 220 metros de extensión: llegó hasta el cordón de la vereda donde está ubicada la entidad bancaria.
El túnel tiene 3,60 metros de profundidad y fue descubierto cuando estaba ubicado a solo seis metros de la bóveda, según informó TN José Fulugonio. La policía explicó que los se trata de un trabajo que llevaba entre 6 y 9 meses. «Lo hicieron a pico y pala», dijo Claudio Risetto, ingeniero civil, al mismo canal. Y agregó: «Indudablemente hicieron algo bueno».
Dentro del pasadizo oculto estaba todo prolijamente ordenado. Había material de construcción organizado, paredes encofradas y un una red eléctrica en funcionamiento «como si fuera un túnel de minería», le dijo a Infobae una fuente clave el expediente. Encontraron máquinas para la extracción de tierra y bolsones de material excavado. También, una suerte de altillo con dos colchones para dormir. Allí, en el altillo, se encontró un sistema de ventilación con caños y un motor.
El túnel, de 150 metros de largo, llegaba a «una cuadra del banco», asegura el mismo investigador. Tras seguir el camino, descubrieron que el túnel comenzaba en un taller mecánico en desuso ubicado en la calle Chacabuco al 500, un galpón. En ese lugar de San Isidro se cavó el suelo, se montó una escalera de madera y comenzó la obra.
Por estas horas la investigación se centra en el relevamiento de las cámaras de seguridad de la zona, para ver quiénes entraban y salía de ese depósito. «Ese trabajo puede llevar varios días, pero hay que hacerlo para empezar a desentrañar el caso», dijo otra fuente confiable.
La sospecha de la Justicia es clara: el túnel fue cavado para robar el banco. La causa para esclarecer el hecho está a cargo de los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari, bajo las directivas del fiscal general John Broyad. Todos ellos creen que no son delincuente menores sino hampones de larga data, veteranos con conocimientos técnicos. Básicamente, un Banco Río II sin el final esperado.
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