Súper abuela: tiene 110 años, se recuperó del Covid-19 y ya está vacunada
Yolanda Gugliotti, vecina de Burzaco, recibió la primera dosis en una escuela de Almirante Brown.
Un año de pandemia en la Argentina ha generado miles de pérdidas, dolores y sufrimientos, pero también ha habido lugar para las historias estimulantes, las que renuevan las ganas de pelear contra todas las adversidades, las que ayudan a seguir. Tal es el caso de Yolanda Estela Gugliotti, vecina desde siempre de Burzaco, paciente recuperada del Covid-19 y ya vacunada por primera vez.
Hasta aquí, un caso más de tantos. La particularidad, lo que transforma al hecho en excepcional, es que Yolanda nació el 12 de octubre de 1910. Poco antes de celebrar los 110 años, en el geriátrico Nueva Casa Grande donde se encuentra alojada desde 2016, contrajo el coronavirus. Logró salir adelante, gracias a su fuerza de voluntad. Y esta semana, en una escuela del barrio El Gaucho, recibió la primera dosis de la Sputnik V.
Primero los 110, luego el Covid-19
Yolanda, quien transcurrió la mayor parte de su vida en Longchamps, había cobrado una súbita notoriedad en el partido de Almirante Brown cuando se hizo la fiesta por su cumple 110. Si ya es una hazaña llegar a semejante edad, mucho más lo es hacerlo con lucidez y salud después de haber dejado atrás un contagio de Covid-19, que incluyó a una empleada y seis residentes del hogar. Hijo, nuera, nietos, bisnietos, tataranietos y sobrinos de la centenaria abuela la visitaron por turnos, para evitar aglomeraciones, y festejaron junto a ella el gran acontecimiento.
Doña Yolanda es una de las casi 24.000 personas residentes en Almirante Brown que fueron vacunadas, según los datos relevados por el municipio que encabeza Mariano Cascallares. El jefe comunal compartió a través de sus redes sociales imágenes con la ahora famosa habitante de Burzaco. También lo hizo Daniel Gollan, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Nunca fueron sencillas las cosas para Yolanda. Casada a los 22 años con Armando Mellerino, enviudó a los 36 y quedó a cargo de la casa y del hijo del matrimonio, que apenas tenía 12. Mientras trabajaba como cocinera en un colegio de Burzaco, veía cómo se agrandaba la familia: dos nietos, cinco bisnietos y, por ahora, ocho tataranietos.
«Ella es fuerte, luchadora y un ejemplo para mí», dice Roxana Mellerino, una de las nietas de la súper abuela. Compañeros y compañeras de estadía en el establecimiento Nueva Casa Grande tampoco ahorran elogios para la estrella del lugar. «Su energía es admirable», coinciden. Destacan además el espíritu siempre activo de Yolanda y su habilidad para tejer, una tarea en la que ocupa buena porción de su tiempo.
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