Qué es de la vida de Sergio Berti, el polémico futbolista que se formó en Boca pero fue ídolo en River
Debutó como profesional en el Xeneize pero su destino final iba a estar en la vereda de enfrente: en el Millonario ganó casi todo lo que jugó. Mediocampista zurdo, con mucha dinámica y gol. A qué se dedica hoy.
Sergio Berti, como ex futbolista: mate, campo y algunos kilos de más.
A pesar de las historias de Jonathan Maidana y Lucas Pratto, de significativos pasos por River después de haber jugado en Boca, en el último cuarto de siglo no hubo transferencias directas de un club a otro. Durante el principio de la década del noventa la historia era diferente: entre los más notables está el caso de Sergio Ángel Berti.
El pase de Boca a River
Berti, nacido en el departamento santafesino de Villa Constitución el 17 de febrero de 1969, surgió de Villa Empalme, el club de su ciudad. Tuvo algunas pruebas (Newell’s, donde no aguantó la exigencia de Marcelo Bielsa, y Vélez) hasta que quedó en Independiente. Sin embargo, José Omar Pastoriza, ícono del Rojo y DT en ese entonces, lo convenció para ir a Boca, su siguiente destino como entrenador.
Berti no estuvo cómodo en La Ribera. Con el Pato jugó un solo partido y después tuvo ocho más con el Carlos Daniel Aimar en el banco, aunque se dio el lujo de jugar unos minutos en la consagración de la Supercopa 89. Algunas diferencias con el cuerpo técnico de Aimar provocaron que terminara cruzando de vereda.
Si bien su pase fue comprado por el empresario Gustavo Mascardi, en definitiva saltó de un lado a otro. La transferencia de la Bruja Berti a Boca no fue un trueque por Gabriel Omar Batistuta, a quien representaba Settimio Aloisio, como se pensó en aquel momento.
Su lugar en el mundo
Tras soportar algunos murmullos por venir de Boca, Berti se acomodó enseguida en su nueva casa. A fuerza de goles y aprovechando los consejos de Daniel Alberto Passarella, a quien define como el mejor DT que tuvo en su carrera, la Bruja conquistó un lugar en el equipo y fue importante en el Apertura 91, su primer título con el Millonario.
En el curso de sus casi 10 años con la camiseta de la banda, tuvo algunas salidas al exterior. En 1992 fue al Parma italiano, pero jugó poco porque era el quinto extranjero en épocas donde sólo tres firmaban planilla. En 1995 se instaló en el Zaragoza, hasta que una pelea con el Míster -como denominan en España a los DT- provocó que rápidamente regresara a la Argentina.
Aunque se perdió de jugar la Copa Libertadores de 1996, Berti fue pieza fundamental en el multicampeón River de Ramón Díaz: se reconvirtió en un volante de los que hoy ya no abundan, de ida y vuelta, agresivo y con mucha llegada al gol.
La Bruja anotó en dos inolvidables clásicos de 1997: hizo el descuento en el 3-3 del Clausura y abrió el marcador en el 1-2 del Apertura, que acabaría por ser el último partido de Diego Armando Maradona y el primer súper oficial de Juan Román Riquelme.
Su período en la llamada Riversión
La llegada de Passarella a la Selección significó muchas oportunidades para todos sus dirigidos en River. Al margen de que el Millonario armó grandes planteles en la década del 90, haber estado bajo la conducción del Kaiser les daba a sus integrantes una ventaja al momento de las citaciones.
Berti integró todo el proceso 1994-98, disputando Eliminatorias, las dos Copas América del ciclo (95 y 97, con sendas eliminaciones tempranas en cuartos de final) y el Campeonato Mundial de Francia 98. La Bruja debutó ante Croacia, victoria 1-0, entrando desde el banco. También ingresó en los octavos contra Inglaterra. En la definición por penales, Passarella lo eligió para patear; él asumió la responsabilidad y convirtió el primero de la serie que Argentina ganó 4-3.
Sergio Berti: retiro y alejamiento del fútbol
Su salida de River fue un poco por cansancio: con 30 años, era uno de los líderes de un plantel que había ganado casi todo y algunas diferencias con Ramón lo terminaron llevando al América de México. Después de un año tuvo un paso por Al Ain, inesperado verdugo del equipo de Marcelo Gallardo en 2018. Regresó a la Argentina para jugar en Huracán, luego fue a Ecuador para alistarse en el Barcelona y su retiro definitivo se produjo en Escocia, con el Livingston.
Padre de cuatro hijos, fanáticos de River y la Selección, Berti no logró insertarse en el mundo del fútbol una vez retirado. Quiso incursionar en el terreno de la intermediación, pero pronto se dio cuenta de que le resultaba algo ajeno. Radicado en Santa Fe, no aprovechó el envión del retiro para permanecer ligado a la actividad.
Mientras reactiva un proyecto personal que se vio frenado por la pandemia, el vínculo de Berti con el fútbol pasa por la TV -de todas las ligas y siempre River, por supuesto- y algún que otro mensaje con sus ex compañeros que formaron cuerpos técnicos.
Aunque le gustaría volver a River, hoy disfruta de tener cerca a su familia. Y siempre va a extrañar poder jugar un picado de vez en cuando, lo que ya no le permiten crónicos dolores de rodilla ni los casi 20 kilos que le agregó a su alguna vez espigado cuerpo de volante.
