Fue bicampeón como futbolista y hoy es “un empresario que busca generar conciencia”: el singular presente de Santiago Ladino
El lateral derecho que logró coronarse en Vélez y en Banfield, donde también le tocó sufrir el descenso, siempre sintió que su objetivo era “ayudar a que las personas mejoren su calidad de vida”. Y logró hacerlo a través de la alimentación, al trabajar en una empresa hidropónica.

“Elevar la consciencia alimentaria de las personas”, uno de sus objetivos.
Tuvo una larga trayectoria en el fútbol y logró ser bicampeón en Argentina, al coronarse en Vélez Sarsfield (2005) y en Banfield (2009), donde también le tocó sufrir un descenso (2012). Pero Santiago Ladino (44) siempre sintió, aun cuando corría por el lateral derecho de cada cancha, que su verdadero objetivo en la vida era “ayudar a que las personas mejoren su calidad de vida”. Ya retirado y en su nuevo rol de empresario, finalmente encontró la forma de hacerlo a través de la alimentación, al comenzar a trabajar en una empresa hidropónica.
“Yo le puse pasión a todo lo que emprendí: fui jugador, soy periodista, escritor y hoy en día formo parte de esta empresa”, contó, en referencia a Acqua Garden, el proyecto que comenzó en 2018 de la mano de Rodrigo Iribarren, y al que él se sumó porque lo sedujo la idea de cultivar alimentos sin adulterarlos.
Así fue que primero fue sólo inversor, aunque ahora ya se involucra y trabaja en todo el proceso. Y se decidió a hacerlo porque entendió que este emprendimiento se conectaba con su plan de “elevar la consciencia alimentaria de las personas”.
Santiago Ladino, un empresario “diferente”
Consultado sobre el método que considera que será clave para el futuro, explicó que “se cultivan vegetales sin agroquímicos, ni pesticidas. Se hace sin la tierra. Es un sistema donde el agua pasa a través de las raíces y va nutriendo a la planta. Después se le agregan sales para que exista un desarrollo”.

Multifacético, Ladino hace muchas más cosas, pero todas tienen en común el buscar ayudar a la gente. Por ejemplo, está detrás de un proyecto para desarrollar tinas y saunas para hacer baños de contraste, y que apunta al método Wim Hof, que se basa en la exposición al frío y promete una transformación física y mental.
También ayuda en una ONG donde colabora con Carlos Tevez; en una fundación que construyó un colegio en el paraje llamado Tres Pozos en Chaco; y desarrolla distintas acciones sociales junto a Vélez.
Si bien admite que se lo defina como empresario, aclara que es uno “distinto” a aquel que tiene “una connotación menemista, del estilo con 1.000 empleados, un avión privado y seguridad. Yo sería un empresario diferente, que eleva el nivel de consciencia”.
Y explicó: “Por ejemplo, tengo departamentos y ahí sí sería un rol más empresarial. Lo otro es una filantropía personal de seguir investigando qué voluntades quieren colaborar para mejorar la calidad de vida de las personas. Siempre intento estar cerca de quienes buscan introducir estas formas saludables y nobles”.
La “crueldad” del fútbol
Mirando para atrás, y recordando sus días en los campos de juego, dijo que “de muy chico me gustó la naturaleza, estar al aire libre, el sol y el viento en la cara, pisar el pasto… Y de alguna manera el fútbol me traía de vuelta esos recuerdos”.

Pero con el tiempo, reconoció, eso fue cambiando: “Todos desde chico amamos el deporte, lo que uno sentía con la pelota, correr al aire libre… y de repente vas creciendo y te van poniendo trabas, barreras, tantas cosas que hay que completar sí o sí que te van saturando, opacando la posibilidad de expresarte de manera natural y espontánea”.
Además, lo vivido en Banfield terminó siendo muy duro para él: “En tres años pasamos de un estado de enorme alegría, por ser campeón, a uno de tristeza profunda, por el descenso. A eso hay que sumarle que fui uno de los jugadores que vivió todo ese proceso. Y ahí sentí la crueldad del fútbol y del ambiente”.
Un partido, una guerra y un título: el duelo más caliente en la historia entre Estudiantes y Vélez
Luego de un corto paso por All Boys, donde tuvo dificultades para cobrar el sueldo, decidió retirarse. Y su próximo desafío fue trabajar como periodista en el Canal de la Ciudad. “Me parecía muy interesante ese rubro, pero uno termina conociendo más el enojo de un panelista. Por eso preferí apartarme. Sé que el camino que yo quiero es más largo y no me quería traicionar”, señaló.
Y sin dudas esa es su mayor felicidad en este momento: entender que está en un camino en el cual puede respetar sus convicciones y centrarse en su idea de seguir generando conciencia.
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