San Vicente: la dura historia de Víctor Díaz, el peón de campo que echaron y se hizo viral por el perro de la estancia
Fue despedido luego de 11 años trabajando en el mismo lugar. Y su video llorando por no poder ver más a la mascota que lo acompañó en cada jornada laboral generó una enorme repercusión en las redes sociales.

"Dije que no iba a llorar, pero veo a este perro y lloro”, señaló Víctor.
Víctor Díaz, un peón de campo paraguayo, conmovió a miles de personas en las redes sociales luego de publicar un emotivo video en el que relata que fue despedido de su trabajo, tras 11 años en una estancia de San Vicente. En las imágenes se lo puede ver llorando, y la verdadera razón de su tristeza no es el perder su fuente de ingreso, sino el ya no poder ver al perro con el que compartía todos los días.
Su video lo grabó mientras iba caminando hacia la salida del campo, y detrás de él se ve a su compañero inseparable de las jornadas laborales, quien lo acompaña sin entender lo que ocurre.
“Pobrecito. Me sigue, cree que voy a trabajar todavía. Dije que no iba a llorar, pero veo a este perro y lloro”, dijo Díaz entre lágrimas, antes de agregar con mucha tristeza: “Mi buen amigo, lo voy a extrañar un montón. Tranqui, ya vamos a encontrar algo mejor”.
La historia del peón de campo que lloró por el perro
Con más de 400 mil seguidores en sus redes, el peón rural suele compartir contenidos cotidianos relacionados con la vida y el trabajo en el campo, así como su vínculo con los animales.

Esta vez, sin embargo, el mensaje tuvo un tono distinto y rápidamente se viralizó por la emotividad de su relato. Por ese motivo es que en una publicación posterior se ocupó de explicar lo ocurrido: “Pasó lo que tenía que pasar, me echó mi patrón. Once años después. Gracias patrón por aguantarme tanto tiempo, mis locuras, mis estupideces”.
Luego de eso, agregó sumamente conmocionado por la situación que estaba atravesando: “Llegué puntual como siempre y me dijeron que hasta acá llegábamos. Ya estaba hecha mi liquidación”.
El video generó una ola de solidaridad hacia el hombre, que ahora busca nuevos horizontes, acompañado del cariño de quienes valoran su humildad y autenticidad en cada publicación que realiza en redes sociales.
“Llevalo amigo”, le pidió un seguidor. “Nadie salió a despedirme cuando me fui de la estancia, solo un ovejero. Cosas que pasan”, lamentó otro. “Deseamos de corazón que consigas un nuevo empleo con todas las condiciones que merecés”, agregó una seguidora.
El futuro incierto del trabajador de San Vicente
Días antes del despido, Víctor había compartido un video mostrando una silobolsa dañada y asumió la responsabilidad colectiva: “La culpa es del ingeniero, del encargado y de nosotros, los peones”. Tal como expresó en un posterior descargo, ese fue el supuesto desencadenante de su salida.
“Yo estaba trabajando tranquilo, feliz y contento. Nadie me avisó que me iban a echar”, dijo en uno de los últimos posteos en sus redes, al ver que su historia se había hecho viral y ya recibía ofertas de trabajo y de ayuda legal de miles de seguidores.
Pero parece que no era la primera vez que Víctor era señalado por su exposición. Y es que su comunidad digital también seguía de cerca los videos en los que mencionaba su situación laboral o hablaba de lo mal pagos que están los peones rurales, lo que de seguro molestaba también a sus superiores.
Sin ir más lejos, a fines de abril publicó un video en el que explicó que estaba trabajando, según sus palabras, “en blanco falso”, y que había llegado el momento en que lo iban a registrar correctamente. Fiel a su estilo directo, contó que desconfiaba del ofrecimiento del patrón, y aseguró que estaba asesorado legalmente.
Ahora fue finalmente echado. “¿Ahora adónde voy? Me quieren dar una plata que no sirve para nada”, expresó. Y ofreció vender parte de sus pertenencias para subsistir las próximas semanas.
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