Gloria y ocaso de un ídolo: defensor goleador, inauguró una triste estadística en un Mundial y murió en la peor ola de Covid-19
José Rafael Albrecht fue parte de la historia grande de San Lorenzo. Lo echaron en el partido que la Selección igualó con Alemania en Inglaterra 66. Tiene otro hito: cuatro goles en un partido, récord para un defensor.
En el fútbol hay récords de todo tipo y José Rafael Albrecht estableció uno que nadie quería: fue el primer argentino expulsado en una Copa del Mundo. Sin embargo, el ex zaguero de San Lorenzo también supo construir una carrera con muchos logros que merecen ser repasados.
Albrecht, de Tucumán a Boedo
José Rafael Albrecht nació el 23 de agosto de 1941 en San Miguel de Tucumán. Fue en Atlético, el Decano, donde comenzó su carrera y festejó su primer éxito: fue campeón federal de la provincia en 1959.
Sus condiciones llamaron la atención de los clubes de AFA y Estudiantes de La Plata decidió apostar por él: lo incorporó en 1960. El Pincha aún no era el tricampeón de la Libertadores que fue luego con Osvaldo Zubeldía, pero su importancia en la Primera División fue fogueando a un Albrecht que pronto dio el salto a un grande del fútbol nacional: San Lorenzo de Almagro.
El Ciclón se la jugó por el tucumano y puso un millón de pesos, una cifra altísima para aquel momento. El desembarco en Boedo se produjo en 1963, dentro de un equipo donde ya brillaba Héctor Rodolfo Veira, el Bambino, atrevido y encarador. Y la historia para Albrecht no podría haber sido mejor…
El salto de José Rafael Albrecht a la Selección
Albrecht integró aquel famoso equipo de Los Carasucias, un San Lorenzo que pasó a la historia por juntar a varios juveniles del club que divertían con su desfachatez. De a poco fue haciéndose caudillo y comenzó a demostrar su gran virtud: fue un excelente pateador de penales, siendo el dueño de la pena máxima en el Ciclón: pateó 37 y convirtió 35. En paralelo a su carrera con los de Boedo, Albrecht también comenzó a ser una pieza clave de la Selección Argentina.
El tucumano fue convocado al Mundial 1962 y a partir de allí se volvió una pieza fija para la albiceleste. En el Mundial 1966, en Inglaterra, formó una dupla soñada con Roberto Perfumo, otro histórico zaguero nacional. Fueron vitales para un equipo que logró llegar a cuartos de final, donde fue eliminado de manera polémica por el seleccionado local.
Sin embargo, de aquella Copa del Mundo en Inglaterra hay también un mal recuerdo para Albrecht: en el partido ante Alemania Occidental, del 16 de julio de 1966, el zaguero le dio un patadón a Helmut Haller, que derivó en su expulsión, la primera de un jugador argentino en la historia de los Mundiales.
Una semana más tarde iba a ocurrir la segunda expulsión, la histórica a Antonio Rattin en el partido contra Inglaterra, el día que el capitán argentino se sentó en la alfombra roja de la reina Isabel II. En total, fueron 39 partidos y tres goles para José Albrecht en la Selección Nacional.
Idolatría en San Lorenzo y el retiro
Luego del Mundial 66, a Albrecht le llegó la revancha con sus compañeros de Boedo. Como capitán de otro emblemático equipo de San Lorenzo, apodado Los Matadores, el tucumano conquistó el Metropolitano de 1968, el primero conseguido de manera invicta. Otras grandes figuras de aquel plantel eran Alberto Rendo, Roberto Telch, Victorio Nicolás Cocco, Carlos José Veglio y Rodolfo José Fischer…
Defensor aguerrido aunque también técnico, capitán y hasta goleador: marcó 55 tantos en la Primera División de Argentina. En un 6-3 ante Gimnasia y Esgrima La Plata hizo cuatro, igualando el récord que había establecido Victorio Spinetto con Vélez en 1937. Permanece como el tercer defensor más goleador de la historia del fútbol argentino, con 95 tantos, sólo superado por Edgardo Bauza y Daniel Passarella.
Albrecht terminó su carrera en México. En 1970 pasó a formar parte del Club León por cuatro temporadas, para luego retirarse en Atlas en 1977.
José Rafael falleció el lunes 3 de mayo de 2021, infectado por Covid-19 en medio de la pandemia tras permanecer dos semanas en terapia intensiva. Hoy, sus récords (tanto los positivos como aquella expulsión) lo mantienen en un lugar privilegiado. Y desde San Lorenzo decidieron ampliar ese recuerdo: un sector del estadio Pedro Bidegain lleva su nombre.
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