Tras los shows de La Renga, en Avellaneda quieren prohibir los recitales en Independiente y Racing: cuáles son los motivos
A partir de las cuatro fechas en el Cilindro, concejales presentaron un proyecto para que no se repitan. Toman las quejas de vecinos y comerciantes que vieron afectada su «normal calidad de vida».
La última seria de recitales que dio La Renga en la cancha de Racing, en el corazón de Avellaneda, fueron el motor que impulsó a dos concejales macristas para montarse al reclamo de cientos de vecinos de la zona del «Cilindro». Así, los ediles presentaron un proyecto para prohibir de ahora en más este tipo de mega recitales tanto allí como en el estadio de Independiente.
Se trata de los concejales del Pro, Damián Paz y Yesica Argañaraz, quienes presentaron su reclamo en el Concejo Deliberante de Avellaneda. Los ediles indicaron que recibieron reclamos de “cientos de vecinos” preocupados por los sucesos generados a partir de la realización de los recitales del popular grupo de rock de Mataderos.
Entre esos episodios sobresalen dos, el de una joven que denunció que fue apuñalada al quedar en medio de una pelea entre dos hombres dentro del estadio en la previa al recital, y el de una brutal trompada que un empleado de seguridad privada le dio a uno de los asistentes al show y que se vio en un video que se viralizó en redes sociales y medios de comunicación.
Avellaneda: no a los recitales en Racing e Independiente
Entre los fundamentos del proyecto de Paz y Argañaraz se destaca que los vecinos que viven en las cercanías de los estadios «han sentido de diversas formas la alteración de manera negativa de su calidad de vida, debiendo muchos comerciantes cerrar sus negocios, como así también otros no poder disponer de entrar o salir de sus casas«.
En el proyecto también se hace mención a que en materia de seguridad “muchos vecinos expresaron la sensación que Avellaneda pasó a ser zona liberada debido a la enorme cantidad de efectivos designados para el recital, así y todo, los vecinos sintieron que estaban rehenes».
«Quienes viven en las cercanías de los estadios están resignados y acostumbrados a ver alterada su calidad de vida por la existencia de los partidos de fútbol de nuestros dos más grandes representantes de esta actividad deportiva, pero de ninguna manera puede ser esto motivo para que la situación se vuelva cotidiana para quienes residen en la ciudad», sostuvieron Paz y Argañaraz.
En consonancia con los festejos por sus 35 años de trayectoria, La Renga llegó al el mítico estadio de Racing y Avellaneda se revolucionó. Fueron cuatro shows en total, con una concurrencia promedio de 50.000 personas por recital entre el 7 y el 13 de enero pasados.
La multitud prácticamente tomó por asalto las inmediaciones del Estadio Presidente Perón, ante el asombro de los vecinos del barrio, que por poco no sabían qué estaba sucediendo: pues no están acostumbrados a tanta masa humana amuchada, más allá de que hayan partidos de fútbol todos los fines de semana, ya sea en ese estadio o en Independiente, que queda al lado.
El barrio se puso patas para arriba. A las combis que se agolpaban sobre Hipólito Yrigoyen o en Avenida Belgrano se le sumaban micros de provincias del interior del país, con carteles de La Pampa, Rosario, Córdoba o San Juan. El tránsito fue caótico durante los cuatro días que durante la semana que duraron los shows.
Además, centenares de puestos callejeros ofrecían bebidas y comidas de toda clase: fernet, cervezas, bondiolas, hamburguesas, choripanes e incluso sandwichs de milanesa. A eso se le sumaron baños improvisados en las veredas o gente haciendo sus necesidades en cualquier lado.
Si bien algunos vecinos sobre la calle Colón (uno de los accesos al estadio) enseguida levantaron las persianas de sus casas y las transformaron en kioscos por donde desfilaban vasos de fernet de un lado para el otro, como para recaudar algo de dinero, la mayoría de los habitantes de la zona debieron poco menos que refugiarse en sus viviendas.
Además, hubo banderazos en esquinas principales, tales como Palaá y Berutti o en la Plazoleta Estela de Carlotto, contigua a la Universidad Nacional de Avellaneda. Y mucha gente que se quedó deambulando durante toda la noche luego de los recitales, cuando ya la presencia policial se había terminado.
Hacé tu comentario