Reconocimiento: por qué cada 2 de junio se festeja en nuestro país el Día del Bombero Voluntario
Desde hace 137 años, cada 2 de junio se recuerda la creación del primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la Argentina, impulsada luego de un incendio trágico que sucedió en el barrio de La Boca a fines de 1883.
El primer "camión" de bomberos fue un carruaje tirado por dos caballos. Hoy, en nuestro país hay 43.000 voluntarios.
Cada 2 de junio, y desde hace 137 años, se conmemora en nuestro país el Día del Bombero Voluntario, en homenaje a quienes diariamente arriesgan su vida no solo para combatir incendios sino también, por ejemplo, para colaborar ante accidentes de tránsito o en derrumbes de edificios.
La efeméride recuerda la fecha de fundación del primer Cuerpo de Bomberos, que se determinó luego de un suceso trágico ocurrido a fines de 1883 en el barrio porteño de La Boca, cuando un vecino de la zona, Tomás Liberti -quien luego se convertiría en Comandante del primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios del país- organizó una cadena humana para apagar las llamas que amenazaban con propagarse rápidamente.
Luego de ese episodio, la familia Liberti -de origen genovés- empezó a convocar a un grupo de vecinos para comunicar la necesidad de crear un cuerpo de bomberos en el barrio de La Boca, algo muy necesario ya que la mayoría de las casas estaba construida básicamente con zinc y madera, elementos de muy fácil combustión.
Así fue que, el 2 de junio de 1884, Liberti fundó el primer cuerpo de bomberos voluntarios, cuya sede fue constituida en la calle Brandsen al 567, bajo el lema “querer es poder”, que es una frase que aún se repite entre los bomberos de todo el país. Y así se dio origen al Día del Bombero Voluntario en el país. Hay que señalar que esta fecha no coincide con las de otros países del mundo: en Colombia, por ejemplo, se celebra cada 11 de noviembre. Y en Chile, los 30 de junio.
El primer incendio que enfrentaron ya como cuerpo de bomberos fue en una fábrica de velas en Barracas sur, el 14 de noviembre de 1884. Y la Capital le cedió al cuerpo dos bombas a vapor, que fueron bautizadas como José Fernández (por entonces diputado nacional) y Argentina.
Ese fue el puntapié inicial, ya que a partir de ese momento se fueron creando varias sociedades de bomberos compuestas por civiles y a lo largo del país, en ciudades como Ensenada, San Fernando, Avellaneda y, posteriormente, en Ingeniero White, Lomas de Zamora y Tigre.
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Actualmente, en nuestro país hay 36.000 hombres y 7.000 mujeres que se desempeñan voluntariamente en los más de 900 cuerpos distribuidos en todo el país, brindando un servicio fundamental con el cual salvan vidas a diario, arriesgando la propia.
Como fue señalado, el lugar donde se fundó el primer cuerpo voluntario de nuestro país fue en el barrio que, en aquel momento, se llamaba La Boca del Riachuelo, y que se trataba de un suburbio que recibía el flujo incesante de inmigrantes, mayormente italianos y de origen humilde, que buscaban progresar en la que sería la nueva patria para todos ellos.
El barrio fue creciendo y poblándose de conventillos, que eran viviendas muy humildes construidas a partir de los rezagos de los astilleros de la zona. Así, con sus chapas y maderas se convertían en un verdadero peligro ante un potencial incendio. Además, las calles eran de tierra y se volvían intransitables en los días de lluvia, algo que la sudestada solía empeorar.
El hecho que impulsó el primer Cuerpo de Bomberos
Aunque suele decirse que el suceso que desencadenó en la creación del Cuerpo de Bomberos ocurrió en 1884, la realidad es que tuvo lugar en diciembre del año anterior. Y el voraz incendio se desató en Corti y Rivas, un reconocido comercio ubicado cerca de la ribera, en lo que hoy es la avenida Almirante Brown.
El fuego salía por las puertas y ventanas del comercio y las llamas se esparcían velozmente, amenazando propagarse y extenderse hacia las construcciones vecinas. Entre el público que estaba mirando había un chico de 20 años gritando “¡adelante los que se animen, vamos a apagar el incendio!”. Rápidamente se formó una cadena en la que hombres y mujeres portaban baldes con agua, que se llenaban en el río, para atacar el fuego. Así, ese joven, Oreste Liberti, se había convertido en el improvisado jefe de ese grupo de bomberos.
Motivados por este suceso, a principios de 1884, Don Tomás Liberti, sus hijos (el propio Oreste y Atilio) y un grupo de reconocidos vecinos comenzaron a organizarse para darle concreción a la iniciativa de formar el primer cuerpo de bomberos.
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Cuando se cumplieron los primeros 100 años de su fundación, el entonces presidente de la Nación, Raúl Alfonsín, participó de un acto recordatorio. Y, desde el balcón del edificio de la institución, dijo que “todos sabemos de qué manera españoles e italianos compitieron a lo largo y ancho de la República para fundar comunidades y entidades filantrópicas al servicio de la sociedad. Este es el espíritu que presidió años de progreso en la Argentina”.
Hoy, en este día tan especial, desde el sitio oficial de la Fundación Bomberos de Argentina se convoca a cualquier ciudadano a participar con colaboraciones y/o donaciones para desarrollar acciones de prevención para los bomberos. Y también se puede contribuir con la misión social del grupo a través de las compras en la “Tienda Solidaria”.
