El peluquero de Lanús que atravesó todo el país con su moto y cortó el pelo en los pueblos para pagar el viaje
Rodrigo Maldonado tiene 25 años y viajó por seis meses en su moto para unir Ushuaia con La Quiaca. Con un presupuesto acotado, el joven se las arregló para generar ingresos que le permitieran seguir la aventura. Su historia.
Rodrigo pudo solventar parte de su viaje con su oficio de peluquero: hizo más de cien cortes de pelo durante el recorrido.
Cuando Rodrigo Maldonado (25) salió de su casa de Villa Ilaza, en Lanús -zona sur del Conurbano-, enfrentó su decisión a sus miedos. Planeaba hacer el viaje de su vida: cruzar en su moto todo el país y unir el sur, desde Ushuaia, con el norte, hasta La Quiaca; pero con un presupuesto reducido que, sabía, iba a obligarlo a ser ingenioso.
El joven ya había hecho dos viajes de larga distancia en su rodado y esta aventura primero tenía como destino únicamente la ciudad del «fin del mundo», pero una vez allí, surgió el deseo de ir hacia el norte argentino y no dudó.
En total, condujo por la Ruta 40 unos 172 días y logró llegar a la localidad jujeña a bordo de su Honda New Twister CB 250. Sin ahorros que le permitieran dedicarse exclusivamente a disfrutar del recorrido, el joven debió apelar a sus conocimientos como peluquero. En Lanús, antes de salir a esa aventura, tenía tres trabajos: empleado de una cadena de comidas rápidas en Valentín Alsina, cadete en moto en Capital Federal y había montado su propia barbería.
Precavido, en sus mochilas y bolsos cargó las máquinas para cortar el pelo y así pudo hacer más de cien cortes en todo el viaje, algo que le sirvió para poder conseguir recursos que le permitieran seguir recorriendo el país. «Nunca monté un puesto callejero, siempre corté donde surgía, luego de hablar con la gente. En campings, hostels, motoposadas y casas», contó Rodrigo, que además tuvo otro rebusque: imprimió llaveros de la Ruta 40 para vender y creó una cuenta en la aplicación Cafecito donde recibió colaboraciones de usuarios de redes sociales. Así pudo sostener su aventura de 6.500 kilómetros.
La enseñanza que le dejó el viaje al peluquero de Lanús
Rodrigo reveló que tenía previsto seguir viajando pero debió suspender esos planes por problemas específicos. «Los principales motivos del fin del viaje fueron el extremo frío, que comenzó a transformarse en mucho cansancio desde que llegué a La Quiaca, y el gran aumento del precio del combustible en tan pocos meses. Preferí volver para esperar el mejor clima y mientras tanto generar ahorros desde acá», contó. Sólo le quedaron tres provincias por conocer: Santa Fe, Formosa y La Pampa.
Aún así, el joven se mostró agradecido y feliz por las experiencias en los vínculos que generó con lugareños y otros viajeros. «Fue enorme la ayuda que recibí personalmente de la gente de todas las provincias, e incluso de otros viajeros o personas que estaban de viaje por pocos días: comida, conservas, mates, dinero en efectivo, alojamiento en sus propias casas o simplemente la mejor onda compartiendo un momento que me llenaba de energía nuevamente para continuar el viaje», contó.
Reflexionando sobre la experiencia que vivió, manifestó: «Es un camino muy difícil, estás a merced del clima y expuesto a todos los peligros posibles. Se aprende a prestar atención a las cosas menos superficiales: una ducha caliente, un plato de comida, una cama. Es algo que no todas las personas tienen pero que tampoco todas valoran realmente».
Y agregó: «También entendés que no se necesita tanto, en las adversidades es donde más vas a aprender para después poder disfrutar de los lugares increíbles que tiene nuestro país y seguramente el mundo también». En ese sentido, el joven de Lanús cerró con contundencia: «No te sirve una cuenta de banco llena si no tenés tiempo de tirarte en el sol a tomar unos mates». Y cerró que no descarta volver a hacer otro viaje similar en un futuro cercano e incluso estudiar para contar con más herramientas a la hora de llevarlo a cabo.
