La nueva escuela secundaria en CABA desde 2025: qué pasará con las previas y cómo será el sistema para repetir
El gobierno porteño pondrá en práctica un plan piloto llamado «Secundaria Aprende». Será en 30 instituciones públicas y privadas. «Es un cambio para transformar la clase en una experiencia atractiva», dijo Jorge Macri.
A partir del año que viene, la Ciudad de Buenos Aires implementará una prueba piloto en 30 establecimientos para que cambie la escuela secundaria con un nuevo sistema, sin previas ni repitencia. Para ponerlo en práctica, las autoridades de CABA tomaron en cuenta las experiencias de Singapur, Finlandia y San Pablo.
Desde el Gobierno indicaron que el objetivo de «motivar a los estudiantes» y habrá una adaptación de los salones con una enseñanza más personalizada.
«Es una transformación de la secundaria. En el mundo la secundaria está en crisis y en Argentina eso se potencia con un sistema que ya no andaba bien, cuya educación quedó en el siglo pasado. Nuestro objetivo es que a los chicos les resulte interesante lo que sucede en el aula y que aprendan», señaló el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Macri presentó este jueves un nuevo sistema de aprendizaje que se aplicará en la escuelas secundarias porteñas. La conferencia de prensa se realizó en el Polo Educativo Saavedra, situado en la calle Crisólogo Larralde 5101, donde el jefe de gobierno estuvo acompañado por la ministra de Educación porteña, Mercedes Miguel.
El proyecto lleva el nombre de «Secundaria Aprende», este modelo se llevará adelante a partir del ciclo lectivo 2025 en alrededor de 30 instituciones públicas y privadas, que se ofrecieron voluntariamente a participar del proyecto. Las modificaciones incluyen la eliminación de las previas, la adaptación de los salones e impulsará una enseñanza más personalizada.
Miguel, advirtió: “Hay algo que no está funcionando. La escuela no motiva, los alumnos estudian de memoria para promover. Hasta ahora, se creía que todos aprenden igual al mismo tiempo, como si fuese un talle único del aprendizaje, pero no es así, cada uno tiene su tiempo”.
“Realmente estamos contentos de que muchas instituciones se sumen a querer romper esquemas obsoletos. La relación con el saber es muy corta. Notamos que los estudiantes de colegios técnicos o artísticos llevan a la práctica los conocimientos, pueden implementar sus saberes afuera del aula. En cambio, los bachilleratos se quedaron muy en la enciclopedia y queremos cambiar eso”, señaló.
En ese sentido, la titular de la cartera educativa porteña aclaró que no habrá cambios en los contenidos, sino que los docentes ahora deberán adecuar la manera de enseñar y planificar las clases con distintos grados de dificultad.
Miguel intentó llevar tranquilidad y dijo que se realizarán simulacros en diciembre y febrero para que los educadores puedan planificar y «poner en práctica algo que da miedo». «Queremos bajarle el temor a esto», cerró Macri.
El plan piloto de la nueva escuela secundaria en CABA
De arranque, no habrá más previas. Quienes desaprueben materias pasarán de curso, pero tendrán un «refuerzo del saber no adquirido» y hasta que no apruebe ese nivel, no podrán avanzar. Esto significa que si un chico no aprobó matemática de tercer año, no puede cursar matemática de cuarto.
La idea es que sea un aprendizaje por niveles, aunque la secundaria seguirá organizada por años como ahora, indicaron. También se puede dar que haya mezcla de edades en los talleres optativos pero las escuelas pueden organizar los grupos y espacios de manera tal que se eviten agrupaciones con edades y etapas de maduración dispares.
¿Cómo pasan de año? Se deja atrás la rigidez de los años tradicionales que agrupan distintas materias. Los estudiantes avanzan de acuerdo a su nivel de aprendizaje; un esquema similar a las carreras universitarias. Eso sí, solamente podrán egresar cuando hayan aprobado todas las materias.
Además, los estudiantes podrán elegir sus intereses: «Habrá algunas materias en las que el docente va a dar el contenido prioritario de la asignatura, es decir, lo que necesitás saber para el siguiente año, y luego el alumno podrá elegir si profundizar su conocimiento en otros talleres», indicaron.
Si bien se mantendrá la nota numérica para acreditar los saberes de la materia, se sumará una nota conceptual que reflejará el desempeño. Habrá exámenes, trabajos prácticos y deberán demostrar que comprenden lo que aprenden.
Otro punto saliente son los cambios edilicios en las aulas. Se buscará implementar una visión más didáctica y participativa de la clase, y no tan expositiva. En esa línea, la idea es que se presenten casos de investigación o proyectos interdisciplinarios, y por eso las escuelas participantes están modificando el mobiliario, tiran abajo paredes y compran mesas más grandes para dejar atrás el pupitre individual y lograr que las aulas sean más espaciosas.
Los cambios propuestos ya generaron preocupación en los gremios docentes. Entre ellos, ADEMYS, que rechazó el nuevo sistema. «Venimos dando un debate acerca de qué educación queremos para los estudiantes y es un debate importante para los tiempos que corren, sobre la base de diferentes diagnósticos de cuál es el estado de la educación. Proponen reformas educativas como recetas mágicas, pero siempre con un sentido de flecha: al servicio del mercado y no al desarrollo cultural integral de las y los jóvenes. La reforma que impulsa GCBA utiliza conceptos ambiguos que le permite culpabilizar a las y los docentes de por qué los estudiantes no aprenden», plantearon desde el gremio al canal TN.
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