La historia de Nietzel Wines, la increíble bodega de Bernal: empezó hace nueve años pero aún es un secreto oculto

Quilmes. Historias de mi barrio
·
6 de octubre de 2024

“Ahora ya no hace falta hacer 1.000 kilómetros para visitar una bodega”, explicó su dueño, Aníbal Nietzel, un arquitecto descendiente de alemanes. Ofrece visitas guiadas donde explica todo el proceso de producción.

Aunque empezó hace nueve años, muchos vecinos de Bernal todavía no la conocen. Y, sobre todo, ni se imaginan que en su barrio tienen una bodega. Pero Aníbal Nietzel, un arquitecto descendiente de alemanes, lo hizo posible. Así, quien quiere conocer los secretos de la producción del vino ya no tiene que realizar un gran viaje, sino sólo reservar un lugar para hacer una visita guiada a Nietzel Wines.

“Esto fue como darle una vuelta de rosca al tema. Ahora el público ya no necesita hacer 1.000 kilómetros para visitar una bodega”, explicó, remarcando que la producción de vino ya dejó de ser algo exclusivo de la zona de Cuyo, el norte argentino y algunas provincias de la Patagonia.

En cuanto a sus clientes, por el momento la mayoría son de puntos cercanos, como Avellaneda, Florencio Varela, Berazategui y la zona sur de la Capital. El emprendimiento vitivinícola está ubicado en la calle Luis María Campos, en un espacio de 8,66 metros de frente por 50 de fondo, donde antes funcionaba un depósito de materiales de construcción.

Cómo fue creciendo la bodega de Bernal

Allí, en el primer piso tiene su estudio. En tanto que en la planta baja, y en el sótano, posee su lugar como “Productor artesanal de vinos”. Ese es, justamente, el término técnico para su emprendimiento. ya que para ser considerado bodega por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) se deben producir más de 12.000 botellas de vino, y ese es el límite que se autoimpuso hoy Nietzel. Aunque de modo coloquial se menciona como “bodega” a toda empresa que produce vinos.

Bernal, bodega
Toda la elaboración de los vinos se realiza de manera artesanal.

Hacer vino con uvas traídas desde Mendoza, recordó Nietzel, “quedó como tradición de muchas familias italianas o españolas, que lo hacían en sus países y la trasladaron acá. Con unos amigos, Marcelo y Mario, empezamos en 2015 a hacer eso mismo en unos tambores de 200 litros. La primera elaboración fue en 2016”.

También admitió que al comienzo tuvieron “distintos resultados, pero no era algo que vos dijeras ‘qué rico vino’. Realmente estábamos haciendo todo mal, y eso es lo que hace mucha gente que elabora su vino sin conocimiento”. 

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Así fue que en 2018 propuso hacerlo de manera “más profesional”, lo que lógicamente implicaba otra inversión y otros tiempos de dedicación al producto. Por distintas razones, sus amigos desistieron, pero Nietzel continuó con su aventura vitivinícola a sólo media hora del Obelisco y a 1.000 metros del Acceso Sudeste.

“Me resultó sumamente apasionante ver que metés la uva en un tacho y que se haga vino. Como arquitecto estoy muy acostumbrado a lo que es físico: estructuras, muros. Pero las cuestiones químicas para mí eran una cosa mágica. En 2019 me puse a leer muchísimo y a investigar”, explicó.

Precisamente esa investigación, y el apoyo de especialistas, lo llevaron a cambiar los “tachos” por recipientes especialmente diseñados para la industria del vino. 

Cómo visitar Nietzel Wines

“Armé un sistema de frío con una persona que me dio una mano para controlar las temperaturas durante el proceso de fermentación. Incorporé algunas cuestiones de biotécnica, levaduras seleccionadas y nutrientes para la fermentación y el resultado cambió. Los vinos empezaron a ser vinos como la gente”, dijo.

Bernal, bodega
En Bernal se elaboran casi 12.000 botellas por mes.

Durante cuatro años fue ampliando permanentemente la capacidad de elaboración con el mismo sistema, y “como los vinos me salían bien dije ´vamos por más´”.

Ese “ir por más” implicó pasar de tener una capacidad de producir unos 4.000 litros por mes a casi 18.000, y de 5.000 botellas a casi 12.000. Lo logró, entre otras cosas, con la construcción de piletas de hormigón diseñadas para la vitivinicultura. Además, para la producción recibe el asesoramiento del enólogo Cristian Santinon. Y la mayoría de los insumos, como la uva y las botellas, los trae desde Mendoza.

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En cuanto a la uva hay que destacar que la recibe entre febrero y marzo y, tras unos procesos, son depositadas en las piletas hasta noviembre. En ese momento se fraccionan y, tras dejarlas seis meses en bodega, se completa el proceso y se lanza el vino al mercado. 

Quienes deseen conocer Nietzel Wines deben saber que las visitas guiadas se realizan todas las semanas, en grupos de 20 personas, e incluyen una cena, probar siete vinos y la explicación del proceso de microvinificación, que es por medio del cual realiza sus vinos. 

Quienes quieran reservar su lugar, o comprar algunos de los vinos que se producen en Bernal, lo pueden hacer a través de la cuenta de Instagram de la bodega.

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