Museo La Campana: la casa de El Jagüel que tiene una rica historia propia y le rinde culto a la ajena

En sus 10 salones, el espacio a cargo de la Municipalidad cuenta con más de 2.000 piezas que recrean el pasado local y de Argentina. También hay un espacio dedicado a la Paleontología y otro a las Ciencias Naturales.

El Jagüel, Esteban Echeverría y Argentina eran otros allá por 1825, de hecho los dos primeros no eran ni siquiera conocidos por los nombres que llevan actualmente. Pero es un extenso rincón de lo que hoy es el sur del Conurbano, la familia escocesa Mc Clymont comenzaría a escribir la rica historia propia de un lugar que le rinde como nadie culto a la ajena: el Museo La Campana.

Llegados al país como muchos otros que se vieron atraíados por el proyecto de los hermanos John y Williams Robertson de crear una colonia agrícola y ganadera, se instalaron en la zona y 20 años después, aproximadamente, mandaron a construir el casco de la estancia.

El Jagüel Esteban Echeverría Museo La Campana
El sector de paleontología del Museo La Campana, con sus piezas únicas.

Tiempo más tarde, la propiedad paso a manos de la familia Otamendi-Risso, dueños del antiguo Frigorífico Monte Grande y luego fue cambiando varias veces de propietario hasta que finalmente la adquirió Fernando Pantaleón Echavarría, quien le dio a la casona el aspecto definitivo: la casa principal, desarrollada en una planta con forma de «L» el patio con el aljibe réplica del que se encuentra en la Casa de la Independencia de Tucumán.

También construyó una capilla que es una réplica de la Iglesia de Purmamarca y está consagrada a la Virgen de los Remedios con su pila bautismal, su altar y la imagen de la Virgen de los Remedios tallada en algarrobo.

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Con el correr de los años, la casona siguió cambiando de destino, por lo que allí hasta funcionó como un geriátrico administrado por la Iglesia hasta que la Municipalidad de Esteban Echeverría la adquirió el 1° de octubre de 1980 y la transformó en el Museo La Campana, sitio que en sus inicios incluso supo albergar un zoológico de especies autóctonas.

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La historia de Esteban Echeverría y su gente, en el predio de El Jagüel.

Los atractivos del Museo La Campana

El Museo La Campana fue creado por decreto municipal en 1974, pero recién en 1976 tuvo su primera sede en una sala de la Escuela Nº 14 Remedios de Escalada, en Monte Grande. Con el Golpe de Estado, fue desmantelado y recién reabrió sus puertas, ya en su sede actual, el 10 de noviembre de 1980, a poco más de un mes de que la Comuna se hiciera cargo.

El historiador Pedro Campomar Rotger, quien se desempeñó como director de la institución en sus primeros años, fue uno de los principales promotores de la creación del museo y el principal encargado de gestionar la búsqueda de donaciones y acopio de los objetos vinculados a la historia del distrito.

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Ubicado Dean Funes 1221, El Jagüel, cuenta con 10 salas donde se preservan piezas históricas de la región. Por ejemplo, se puede encontrar un sector exclusivo de paleontología y ciencias naturales, donde se aprecia un ejemplar de un Glossotherium, del cual solo hay cuatro existentes en la Argentina. Y también se exhiben además documentos originales de los primeros fundadores de Esteban Echeverría como Enrique Santamarina, Luis Guillón y Herminio Constanzó, entre otros.​

Entre las casi 2 mil piezas donadas por los vecinos, también se encuentra un libro que rescata la “Primera y única colonia escocesa formada en Argentina”, escrito en 1925 por Cecilia Grierson, la primera médica del país.

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El lugar también cuenta con una recreación de una pulpería.

Y las paredes de ladrillos asentadas en barro también resguardan la cámara fotográfica utilizada por el biólogo Luciano Valette en su expedición a las Islas Orcadas en 1904, un trozo del primer alambrado extendido en la Argentina, campanas que señalaban los lotes en venta, los muebles de la primera Intendencia y la imprenta linotípicas de Thorsen.​ En tanto, entre las salas más destacadas esta la pulpería, una recreación de un típico almacén de campo.

​Se puede ver además, como era un hogar en la antigua Argentina. Ya que el lugar posee un living y un dormitorio, con muebles, mesas, sillas, camas, muñecas, ropa, una pelela, relojes e incluso una secadora, ambientado todo en una época pasada.

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