La muerte del Papa Francisco: el vínculo con La Matanza que nació en 1949 y hasta hizo que se llenara la cancha de Laferrere
La desaparición física del argentino más trascendente de la historia dejó en el territorio matancero un legado imborrable. Desde sus días como alumno del colegio Wilfrid Barón hasta su vínculo con los curas villeros.

El Papa Francisco cursó el sexto grado B en el colegio Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, mejor conocido como “Don Bosco”, ubicado en la localidad de Ramos Mejía.
Los últimos tiempos del Papa Francisco en los que atravesó su enfermedad y su internación fueron vividos intensamente en La Matanza. El mes pasado la Catedral de San Justo fue el escenario de la misa de oración dedicada a la salud del Sumo Pontífice, donde se compartió un mensaje del Papa difundido desde su internación: «Agradezco de todo corazón las oraciones que hacen por mi salud, los acompaño desde acá. Que Dios los bendiga y que la Virgen los cuide. Gracias».
El papa Francisco falleció este lunes a los 88 años, según anunció el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano. «Queridos hermanos y hermanas, con profunco pesar deboanunciar el fallecimientodel nuestro Santo Padre Francicso», declaró en un comunicado.
El Papa Francisco y La Matanza, siempre unidos
Es que el vínculo del sumo pontífice con el pago matancero venía de lejos. Parroquias, colegios, barrios carenciados en los que él vivió y tuvo una fuerte participación comunitaria forman parte de la historia del Papa que falleció en la madrugada de hoy.
Muestras hay miles, sobradas, como cuando en 2020 envió una carta al vicedirector general de la Obra de Don Bosco en Ramos Mejía, Daniel Joaquín Blanco Mengoni, con ocasión del 90° aniversario de la fundación del colegio «Wilfrid Barón de los Santos Ángeles».

Allí, en 1949, un simple cristiano llamado Jorge Bergoglio cursó como interno el sexto grado en esa comunidad educativa. De aquellos años le quedó el legado de haber recibido una formación «al estilo de Don Bosco, abierta al trabajo, la creatividad y la alegría».
«La vida de colegio era un todo, y no había tiempo para aburrirse: el estudio, la convivencia, la oración, la atención a la gente más pobre, las actividades manuales. Todo lo que hacíamos y aprendíamos tenía una unidad armoniosa, y nos preparaba para al vida, con sentido de responsabilidad y horizonte de trascendencia», dijo en la carta que le envió a la institución.
En la misma misiva el Papa animó a esa comunidad salesiana de Ramos Mejía a seguir su labor cotidiana en “esta perspectiva, teniendo presentes las palabras de San Juan Bosco: «la santidad consiste en estar siempre alegres».
Francisco tenía una religiosa a la cual quería mucho, en un colegio de la zona de Aldo Bonzi. La visitaba, y después, cuando falleció, fue a su misa. Se trata del Colegio San José, en Ana María Janer 1550. El Papa Francisco, poco antes de ser electo como tal, celebró una misa en honor de la Madre Josefina cuando cumplió 90 años, a quien lo unía una larga amistad.

«Recuerdo también sus vínculos con un colegio de Tapiales, que estaba en un momento difícil y necesitaba un para que los chicos pudieran hacer educación física. Él consiguió los medios para que se pudiera construir y se empezó a hacer cuando él era arzobispo de Buenos Aires. Esta obra se terminó cuando él ya era Papa, y por eso lo nombraron (al predio) Papa Francisco. También había vínculos con colegios de Ciudad Madero«, rememoró Eduardo García, obispo de San Justo, a El1.
En el 2000, se acercó a conocer el Hogar de Niños de la Escuela San Carlos Borromeo de Villa Madero. «Vino en colectivo, charló con los chicos y no quiso que lo lleváramos en auto de vuelta a su casa», recordó quien fuera en ese entonces director institucional y representante legal de dicha institución educativa, el profesor Jorge Soriano. El nexo entre Bergoglio y la San Carlos Borromeo se mantuvo durante muchos años. El obispo llamaba a menudo para saber cómo andaba la institución y colaboró en la construcción de un polideportivo.
También ese mismo año estuvo presente para la ordenación de Juan Horacio Suárez, ante la creación del Obispado de Gregorio de Laferrere el 25 de noviembre, encomendado por el entonces Papa Juan Pablo II. Este se originó como un desprendimiento de la Diócesis de San Justo. La antigua parroquia Cristo Rey se convirtió en la catedral de la diócesis. Suárez fue ordenado el 23 de diciembre de 2000 y tomó posesión el 29 de diciembre, seís días después.

Otro de sus vínculoes fuertes que con los curas villeros. Se mostró muy cercano a los párrocos que se internan en los lugares más problemáticos y necesitados, acompañando al pueblo en sus vicisitudes. Por ese motivo fue que en noviembre de 2023 el Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares renovó el pedido al Papa Francisco para que visite la Argentina, en el marco de una misa y festival que se realizó en el santuario Virgen de Caacupé de Ciudad Evita.
Otro recuerdo imbnorrable fue cuando su presencia lenó la cancha del Deportivo Laferrere. Fue en 2004 cuando se realizó el Congreso Eucarístico Dios es Sano. «Quiero felicitarte Juan, porque llenar un estadio para repartir ropa o comestibles es fácil, pero llenar un estadio para que vengan a rezar el Santísimo Sacramento de la Hostia Consagrada, quiere decir que se han movido mucho«, evocó Suárez.
Desde Vaticano News informaron que a las 20.00, «su Eminencia Reverendísima el Cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, presidirá el rito de la constatación de la muerte y la colocación del cuerpo en el féretro».
El documento firmado por Diego Ravelli, arzobispo titular y Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, invita a que el Eminentísimo Decano del Colegio Cardenalicio, a los familiares del Romano Pontífice, al Director y al Vicedirector de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano se encuentren en la Capilla de la Domus Sanctæ Marthæ a las 19.45, que participen en el rito. Asimismo, se anunció que los Eclesiásticos vestirán el hábito coral apropiado.
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