Recibieron en Monte Grande a 52 perros del criadero clandestino de Temperley: cuándo serán puestos en adopción
Se trata de poco más de la mitad de los animales que vivían en condiciones deplorables en el viejo galpón que fue allanado tras una denuncia. Los canes recibirán el tratamiento médico necesario y serán esterilizados.
El refugio El Campito, ubicado en Monte Grande, partido de Esteban Echeverría, recibió a 52 de los 100 perros que vivían en condiciones deplorables en un criadero clandestino de Temperley que fue allanado y cerrado por la Policía bonaerense en las últimas horas.
De acuerdo con lo que se consignó, los animales recibirán el tratamiento veterinario necesario y serán puestos en adopción. Los voluntarios del espacio de rescate fueron convocados por la gente de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°6, que tiene a su cargo la investigación, para que pudieran colaborar en el traslado y luego darle un asilo temporario a la mayor cantidad de canes posible.
«Trajimos 52 perros. Los vamos a tener acá hasta poder darlos en adopción. Hay que brindarles tratamiento médico, esterilizarlos y esperar a la decisión final del juzgado», explicó Sergio Maragues, director de El Campito, a la web El Diario Sur.
El procedimiento para rescatar a los animales fue realizado en un viejo galpón de la calle El Trébol 3929, donde se presentaron agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones de Lomas de Zamora. También participaron personal de la Dirección de Veterinaria y Bromatología del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y Zoonosis de Lomas de Zamora.
«Estaban hacinados y enfermos, viviendo entre excremento y vómito. Los voluntarios los dejaron acomodados y limpitos. Realmente un equipazo al que hay que agradecerle la entrega y, sobre todo, la alegría. Ni una queja, sólo la satisfacción de la tarea cumplida. Nada menos que 52 vidas salvadas», consignaron desde El Campito a través de una publicación en sus redes sociales.
Cómo funcionaba el criadero clandestino de Temperley
La investigación que terminó con el criadero clandestino de Temperley comenzó hace dos meses con una decena de denuncias penales y escraches por maltrato animal en las redes sociales en las que se acusaba al dueño del criadero, identificado como Pablo Goñi, de vender perros de raza Dachshund (más conocidos como salchichas) que estaban enfermos con moquillo o parvovirus y que fallecían poco después de llegar con sus respectivas familias.
Fernando Pieroni, activista por los derechos de los animales y referente de una ONG, fue uno de los denunciantes y quien radicó su acusación en la UFI N°6 de Lomas de Zamora. «Llevé fotos y videos tomados con nuestros drones, no dejando duda alguna sobre la situación lamentable de esos perros que subsistían en el criadero clandestino», contó.
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La organización proteccionista que integra Pieroni hizo un trabajo de investigación previo a la denuncia para poder aportar contundencia a la acusación penal. «Advertimos tristemente como esta persona mantenía a los perros en jaulones más parecidos a gallineros que a otra cosa, con alimentos para engordarlos antes de los 40 días, a fin de poder venderlos cuanto antes. El lugar estaba sucio y las condiciones de infraestructura dejaban mucho que desear», dijo el activista a Clarín.
Y agregó: «Comprobamos que el responsable del lugar aceleraba los partos para vender más rápido los cachorros, además de practicarles operaciones para extraerles las cuerdas vocales, realizadas por veterinarios también ilegales».