Mató a su ex con un martillo frente a sus 4 hijos en Burzaco y 7 años después será juzgado
Este viernes comienza el juicio contra Fernando Luis Oriolo, único acusado por el brutal asesinato de Estefanía Díaz. Los nenes tenían 9,7, 5 y casi 2 años cuando presenciaron el hecho y ahora quieren cambiarse el apellido.
La Justicia de Lomas de Zamora,juzgará desde este viernes a Fernando Luis Oriolo, quien está acusado de haber asesinado a Estefanía Díaz, su ex esposa, con un martillo delante de sus cuatro hijos. El femicidio tuvo lugar hace siete años en una casa de Burzaco, partido de Almirante Brown, a la que el imputado concurrió a pesar de que tenía una restricción de acercamiento por violencia familiar.
Oriolo, quien tiene 44 años, llegará detenido al debate oral que se realizará en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de Lomas de Zamora. El cargo que se le imputa es «homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género».
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«Queremos que nos escuchen para que no quede impune y que realmente se haga justicia, que no salga en libertad porque este hombre se tiene que pudrir en la cárcel», dijo a Télam Lidia, madre de la víctima. El fiscal encargado de llevar adelante la acusación será Andrés Santos Procopio y Oriolo estará representado por un defensor oficial.
«Nosotros estamos en terapia intensiva, resucitando de nuestras cenizas, estamos todos rotos pero tenemos que estar firmes porque esperamos mucho para que se haga justicia y que mi hija descanse en paz y mis nietos estén tranquilos. Ellos ya no creen en nada y en nadie porque los dejaron desahuciados», sostuvo Lidia.
Cómo fue el femicidio de Burzaco
El hecho ocurrió el 14 de marzo de 2014 en una casa de Ángel Gallardo, entre avenida Monteverde y Paraná, en Burzaco, partido de Almirante Brown. Allí vivía Estefanía con sus hijos, quienes en aquel momento tenían 9, 7, 5 y casi 2 años.
De acuerdo a lo que consta en la causa, el acusado tenía una restricción de acercamiento otorgado por un Juzgado de Familia de Lomas de Zamora por violencia, pero la incumplió para atacar a la mujer que trabajaba como auxiliar de cocina en una escuela de Longchamps.
«Esa noche entró sigilosamente rompiendo el portón y la ventana de la casa y sin piedad la torturó. Estaban los chicos y el que vio todo desde el principio fue mi nieto mayor», recordó Lidia. Tras la golpiza, la mujer quedó gravemente herida y fue trasladada de urgencia a un hospital de Adrogué y luego derivada a una clínica, donde permaneció internada hasta el 19 de marzo cuando falleció a raíz de las lesiones.
Oriolo fue detenido por la Policía y desde ese momento continúa preso a la espera del juicio que primero iba a realizarse en 2017 y se retrasó en dos oportunidades: primero por cuestiones de salud y luego por la pandemia.
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«A nosotros nos cayó de sorpresa todo esto porque la violencia era propia contra él mismo, siempre amenazaba con que se iba a matar porque mi hija le pidió el divorcio. En nueve años de casados nunca trabajó, a mi hija se le fue el amor y quiso salir adelante sola con sus hijos contando con mi apoyo», expresó la madre, también trabajadora de la educación.
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La mujer destacó que sus nietos quedaron bajo su tutela tras el crimen de su hija y que el próximo paso que ellos quieren dar será el de cambiarse el apellido. «Están los cuatro conmigo desde el principio a través de una guarda, después me dieron la custodia y ahora soy la tutora. Mis nietos pidieron sacarse el apellido», destacó.
Llorando, la mujer recordó a su hija Estefanía: «Era la luz de mis ojos, mi primogénita, mi hija me dio la vida a mi, yo vengo de una villa donde le pedía a Dios morirme todos los días y desde que me enteré que venía en camino le di gracias a la vida y era la primera vez que lloraba de felicidad porque tenía algo que era mío, por alguien que yo cambié todo. Tenía 14 años cuando ella nació y no me importa cómo vino porque era mío, pero me la arrebataron. No la vi venir, yo pensé que él se iba a morir pero nunca pensé que me la iba a matar».