Masacre de Wilde: 4 víctimas inocentes, más de 200 balazos y 10.000 días de impunidad
Es un emblemático caso de gatillo fácil: el 10 de enero de 1994, una brigada policial acribilló a cuatro inocentes. El proceso tendrá una nueva audiencia la próxima semana. Nueve ex policías deben ser juzgados. Y sólo uno de ellos está detenido.
En el Dodge 1500 viajaba Edgardo Cicutín, una de las víctimas fatales. El auto lo conducía Claudio Díaz, único sobreviviente.
Casi 28 años después, aún sigue lejos de resolverse la causa por la Masacre de Wilde, tal como fuera denominado aquel episodio ocurrido en 1994, de los más recordados de gatillo fácil, cuando una brigada policial acribilló a tiros a cuatro hombres inocentes que circulaban en dos autos luego de confundirlos con delincuentes en esa localidad del sur del Conurbano.
Entre burocracia, tecnicismos y artilugios legales, el emblemático caso de brutalidad policial demoró, con una irrespetuosa lentitud, el juicio por el atroz crimen en el que hay acusados nueve ex policías, de los cuales sólo uno está tras las rejas y que fuera apresado después de haber permanecido prófugo durante 20 años.
La lentitud del proceso judicial no sólo agrede la memoria de las víctimas y la búsqueda de paz de sus familiares, sino que se convierte en un emblemático caso de una Justicia tan lenta que lejos está de ser justa. Pero la causa, increíblemente, sigue adelante. El pasado 26 de octubre se llevó a cabo la audiencia preliminar al juicio en el Tribunal Oral Criminal (TOC) N°3 de Lomas de Zamora, donde todas las partes fijaron posiciones respecto de la presentación de pruebas.
Ciro Annicchiarico es el abogado de Raquel Gazzanego, la viuda de Edgardo Cicutín, uno de los cuatro asesinados y quien trabajaba como vendedor de libros. La mujer le informó a la agencia Télam que «las defensas volvieron a hacer los mismos planteos de nulidad, de prescripción y de plazos razonables», y que tras ellos respondieron a cada uno de ellos. Fue así que la Justicia «fijó una nueva fecha para una segunda audiencia preliminar para el día 12 de noviembre a las 10 de la mañana».
La Matanza: increíble operativo comando para liberar a un preso que viajaba en una ambulancia
El abogado de la familia de otra de las víctimas pidió, según el puntualizó Annicchiarico, «medidas de restricción complementarias» y agregó: «Pedimos un informe adicional a toda la prueba que había ofrecido a la ex SIDE, actual AFI, para que brinde al Tribunal toda información relacionada o que encuentre con el nombre Masacre de Wilde porque de ahí pueden salir elementos importantes».
La Suprema Corte de Justicia bonaerense había dispuesto, el 23 de noviembre de 2013, que el juicio debía realizarse. Los diversos planteos de las defensas y la situación de la pandemia que excusó a la Justicia de muchas diligencias y tareas, influyeron en la postergación de un debate que aún no tiene fecha por un hecho ocurrido ya hace más de 10.000 días; hoy, 5 de noviembre, son exactamente 10.161.
Por el caso están acusados hay nueve ex policías de la denominada Maldita Bonaerense, de los cuales sólo uno está detenido: Marcos Rodríguez, quien fue capturado en 2014 en Córdoba luego de 20 años prófugo. Los otros siguen en libertad y son Eduardo Gómez, Marciano González, Osvaldo Lorenzón, Julio Gatto, Marcelo Valenga, Pablo Dudek, Roberto Mantel y Hugo Reyes. Además, por el hecho estaban imputados otros dos policías que fallecieron en el medio del letargo judicial: César Córdoba y Carlos Saladino.
Una masacre y las dudas sobre el móvil
Aquel 10 de enero de 1994, el remisero Norberto Corbo llevaba a Claudio Mendoza y Enrique Bielsa en un Peugeot 505 mientras Edgardo Cicutín iba en un Dodge 1500 conducido por Claudio Díaz. Todos ellos fueron perseguidos y atacados a tiros por 11 efectivos de policía de la entonces Brigada de Investigaciones de Lanús, cuyo jefe era el comisario Juan José Ribelli, luego detenido y finalmente absuelto por el atentado a la sede de la AMIA.
Los agentes de la mencionada brigada les efectuaron más de 200 balazos de pistolas calibre 9 milímetros y hasta un subfusil Uzi. Sólo Díaz sobrevivió a la balacera de la Masacre de Wilde.
Pero, ¿qué habían argumentado los agentes para justificar semejante ataque? Inicialmente la versión había sido que los habían confundido con supuestos delincuentes responsables del robo a una sucursal del Banco Galicia; aunque luego habían apelado también a que en uno de los automóviles se transportaban cinco kilos de cocaína.
El hecho de que los policías actuaran vestidos de civil y en autos sin patente ni identificación como móviles de la fuerza alimentó las sospechas sobre una supuesta confusión con gente con la que debían hacer un «ajuste de cuentas», algo de todo lo que hasta ahora no pudo probarse por la falta del debido proceso judicial.
20 años prófugo y un trámite delató su paradero
Marcos Rodríguez, uno de los ex policías acusados por la Masacre de Wilde, se mantuvo oculto más de 20 años. Se había escapado de la comisaría en que había sido detenido y vivió en la ciudad de La Falda, en Córdoba, hasta 2014, cuando detectives de la Policía de Seguridad Aeroportuaria lo detuvieron en el mercado que tenía en aquella localidad.
Estuvo radicado muy cerca de ese comercio, junto a su mujer y tres hijos. La Policía lo detectó porque descubrió un vehículo que, según investigadores, «podía ser de su mujer que tenía multas de tránsito de la Municipalidad de La Falda, y el plan de pagos había sido firmado por una persona llamada Marcos Rodríguez». «Después comprobamos que era el sospechoso buscado», confirmaron
Por Rodríguez había una recompensa de 100.000 pesos. Fue apresado por negarse a la acción judicial y por la sospecha de que pueda volver a escaparse.
