Lomas de Zamora: se salvó de la depresión por la música y hoy busca ayudar con su banda de trap

Abel Aguirre (32) es un cantante oriundo de Lomas de Zamora que puede decir, literalmente, que la música lo salvó. Desde chico le gustó el rap y, con la ayuda de su padre (también músico) inició su carrera musical cuando tenía 15 años haciendo duetos con él, pero los problemas en su familia fueron un tormento que lo llevaron a querer quitarse la vida. Lo intentó, se salvó de milagro y hoy crece con su banda de trap y rock urbano, La Potencia Real, con la que intenta llevar un mensaje de superación.

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«Mi papá fue percusionista de distintas bandas de cumbia y cuando tenía 15 años comenzamos a cantar reggaeton juntos», relató Abel. La dupla se llamaba «L.A» y sus canciones hacían alusión a los valores, el respeto por la familia y la oposición a la violencia. Aquel proyecto representaba todo para el lomense, porque no sólo lo vinculaba con su pasión sino porque también significaba la estabilidad de su papá. «Mi viejo tuvo problemas de drogas hasta mis 12 años, cuando arrancamos a cantar estuvo bien, pero unos años después volvió a caer en la adicción y también en la delincuencia», recordó.

A partir de allí vivió un verdadero calvario. «La separación de mis padres y el tener que hacerme cargo de la casa porque había que pagar cuentas, me afectaron mucho. Mi vieja estaba sin trabajo, tenía hermanitos chiquitos. Entré en una depresión muy profunda, los trabajos que conseguía me quitaban casi toda mi vida social y los compañeros que tenía, casi todos consumían cocaína. Siempre me ofrecían y un día estuve a punto de probar», relató el joven cantante de Lomas de Zamora, que en esos años estudió la carrera de ingeniería en sonido en la Ciudad de Buenos Aires.

En esos días oscuros, logró recibirse pero no conseguía trabajos fijos en esa actividad y tuvo que afrontar otro tipo de empleos, donde la droga se cruzaba en su camino constantemente. «En un frigorífico, me ofrecían mis compañeros y yo creí que iba a terminar consumiendo. Así llegó el 18 de agosto de 2013, cuando tenía 23 años, no aguanté más e intenté suicidarme. Me arrojé a las vías del tren y, no sé cómo, terminé del otro lado de las vías con el tren a mis espaldas. Ese día volví a nacer».

El germen de superación del cantante de Lomas de Zamora

Abel tomó aquel suceso como una señal y decidió encauzar su vida. Fue dos años después, en 2015, cuando se acercó a la iglesia que frecuentaba y formó una banda llamada La Potencia Real, donde empezó a hacer lo que más quería: cantar. Al momento, ya tienen tres discos lanzados: «Antiviral» (2017), «Invasión mundial» (2019) y «Fuego en mi boca (2020), todos promovidos en las redes sociales y plataformas como YouTube y Spotify.

Abordan distintos géneros con un estilo urbano, especialmente trap, y aunque las canciones inicialmente tenían un trasfondo religioso, luego hicieron una apertura y hoy abordan temáticas como la violencia, las adicciones, la delincuencia y las dificultades de la vida, tratando de llevar «un mensaje positivo, de superación».

«Le cantamos al adicto que quiere pero no puede salir, al joven que quiere vivir pero ya no ve salida. Lo hago desde mi propia experiencia», dijo el cantante que con su banda hace presentaciones en distintos barrios de Lomas de Zamora y del Conurbano donde también busca cumplir una función social de tratar de contagiar el ejemplo. «Es impresionante la cantidad de testimonios de jóvenes que recibo a diario y que me cuentan cómo una canción o un pequeño mensaje hablado en el show les dio las fuerzas y valor para continuar», agregó. Hasta le hizo un tema a su mamá que se llama «La mejor madre del mundo».

Hoy, el lomense vive completamente de la música: mientras canta con La Potencia Real, es productor musical y capta jóvenes artistas para impulsar sus carreras. Además, vive días de mucha felicidad porque dos canciones suyas estrenadas en septiembre pasado fueron postuladas y aceptadas para una primera instancia de selección para los Premios Gardel 2022.

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Uno es el tema «Ven y prueba» (junto a los artistas Dona y Abner Bido, de República Dominicana), que está postulado a «Mejor canción del año». El otro es «Tapa» (con el cantante argentino Ignos), que se encuentra en la categoría «Mejor tema urbano del año».

«Con ‘Ven y prueba’ quisimos concientizar a la gente para que pueda salir de las drogas y el alcohol y que disfruten de una vida saludable. Por otro lado, ‘Tapa’ también tiene un mensaje de reinserción en la sociedad, de tapar el pasado y comenzar de nuevo», explicó.