Lomas de Zamora: el drama de una vecina que tiene una rara enfermedad y lucha para demostrar que existe
Anabel Vidal (35) contrajo Lyme, que se transmite por la picadura de una garrapata. Es una patología endémica en varios países pero aquí no es reconocida como autóctona. Los problemas que debe afrontar.
Anabel Vidal, vecina de 35 años de Lomas de Zamora, lleva ocho años como paciente positiva de Lyme, una enfermedad poco conocida en Argentina que se transmite a través de la picadura de la garrapata de patas negras (Ixodes scapularis) y que causa diversos síntomas que se vuelven crónicos e incluso, en algunas situaciones puntuales, pueden llevar a la muerte.
Los síntomas tempranos son, tras la picadura, el dolor de cabeza, fiebre, inflamación de ganglios, fatiga, dolores musculares y articulares y un sarpullido del tipo eritema migratorio. A largo plazo, genera dolores de cabeza y rigidez del cuello, problemas de falta de memoria de corto plazo, mareos, dificultad para respirar, palpitaciones o latidos irregulares, artritis, parálisis facial y hasta convulsiones.
El agente transmisor es la bacteria Borrelia Burgdorferi, cuyo reservorio silvestre son los ciervos, algunas especies de ratones y aves, entre otros animales. Las garrapatas los pican y se infectan, y después pican a los humanos y los contagian. En muchos países es una enfermedad endémica: Estados Unidos, por ejemplo, registra alrededor de 350.000 casos por año y tiene laboratorios especializados en Lyme.
No es el caso de Argentina, donde la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y el Instituto Malbrán argumentan que esta enfermedad no tiene casos autóctonos. En ese contexto, grupos de pacientes infectados luchan para poder tener un tratamiento apropiado e incluido en las obras sociales pero, especialmente, un diagnóstico ágil que, en muchos casos, puede evitar los problemas crónicos.
El calvario de Anabela: cómo es convivir con el Lyme
Anabela le contó a Zonales su derrotero: «Yo llevo ocho años con Lyme pero me dejé estar durante los primeros seis. Vivía de guardia en guardia, internaciones de por medio». Claro, ella fue picada por la garrapata en Mendoza y el sistema de salud en Argentina no reconoce casos autóctonos de la enfermedad, pero ella ya la conocía porque la conocida cantante estadounidense que seguía, Avril Lavigne, la había contraído.
Hay otros famosos que también tienen Lyme, como Justin Bieber, Thalía, Richard Gere y Alec Baldwin. Así empezó a pensar que ella podía estar padeciendo lo mismo y tras un estudio en Capital Federal, lo confirmó.
Anabel tuvo que dejar su trabajo en una escuela por las consecuencias de su enfermedad. «He pasado cinco días durmiendo con mucho sueño y he tenido alucinaciones por no poder dormir durante 72 horas. Hubo semanas enteras donde no podía entrar a la ducha por dolores del cuerpo. En mi casa, no cocino porque me olvido de lo que estoy haciendo, trato de salir poco a la calle porque me pierdo y también tengo alteraciones en mi estado emocional. El cuerpo hace lo que quiere conmigo, con esto perdés el control», señaló.
Con el tiempo, comenzó a averiguar sobre la enfermedad y se alineó a médicos que también afirman que hay casos autóctonos de la enfermedad en Argentina. Así, descubrió que «las mujeres infectadas transmiten el Lyme por la leche materna o la placenta, y los hombres a través del semen. También por la sangre, por lo que es indispensable que sea una enfermedad reconocida en el país. Yo hace años, antes de saber lo que tenía, quise donar y casi lo hago. Los análisis de rutina que le hacen a la sangre no buscan detectar Lyme y mucha gente contagiada podría infectar a otra».
Hoy, con su hijo de 17 años también contagiado (lo picó una garrapata en Temperley, en el sur del Conurbano), es una activista por la difusión de la enfermedad en el país. Expresó que si se reconociera el Lyme, el costo para las obras sociales sería alto porque «somos caros, tenemos todos los síntomas y estamos constantemente con ellos», pero aseguró que «hay mucha gente que debe estar mal diagnosticada y como factores de posible contagio».
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Finalmente, contó: «Trato de mostrarme entera porque me han contactado otros infectados que, deprimidos, me han llegado a decir que si tienen Lyme son capaces de suicidarse. Y quiero darle ánimos y esperanza».
Ahora, su objetivo es realizar análisis confirmatorios de su enfermedad en el Laboratorio IGENEX de California, en Estados Unidos. «La idea es enviar mi sangre para que se haga el estudio correspondiente que confirme la enfermedad y presentarlo ante el sistema de salud argentino, para ver si le dan validez. Yo no tengo pasaporte, nunca salí del país. No pueden decir que me contagié en otro lado», cerró. Se la puede ayudar a pagar el estudio, que es costoso, a través de un sitio web creado para tal fin.