Una jubilada de 88 años apareció asesinada en su casa: la amordazaron y ataron sus manos

Preocupada porque se había ausentado a un cumpleaños familiar y no respondía, la sobrina de Dora Marinic llamó a un vecino de la jubilada de 88 años de Ituzaingó para ver si tenía alguna información sobre cómo estaba su tía. Cuando el hombre se acercó con su hijo hasta el lugar, vio que la puerta estaba sin llave y, temiendo que algo malo podría haber ocurrido, realizó la denuncia al 911.

Al entrar, los efectivos de la Bonaerense se encontraron con el peor escenario: la mujer había sido asesinada, tenía sus manos atadas, estaba amordazada con una sábana y la vivienda estaba completamente revuelta. El hecho fue descubierto el martes por la noche en una propiedad ubicada en Posadas al 1300, en el barrio San Alberto. Aunque por el momento no se descarta ninguna hipótesis sobre el crimen, los investigadores creen que la anciana sufrió una entradera.

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En declaraciones a Canal 13, Jorge, el vecino que alertó a las fuerzas de seguridad, expresó: “Estaba todo cerrado, todo oscuro. Le dije a mi hijo que pasara la rejita y vea la puerta. Cuando tocó el picaporte notamos que estaba abierta, así que llamamos a la Policía. Dora ni de casualidad hubiera dejado la puerta abierta. Eran las 23.30, aproximadamente”. Luego, el hombre agregó que vive justo al lado de la casa de Marinic y dijo que no escuchó ladrar a sus perros ni vio nada que le llamara la atención.

Los efectivos de la comisaría 1° de Ituzaingó arribaron al lugar y, al ingresar al domicilio, observaron que una mujer se hallaba tendida en el suelo en posición decúbito dorsal, atada de manos y con una tela de sábana en el cuello. Momentos después, una ambulancia llegó y los médicos constataron que la jubilada ya se encontraba sin signos vitales. Se cree que sufrió una muerte por estrangulamiento.

Ituzaingó: la jubilada, rodeada por dos de sus perros

Los agentes, además, encontraron que estaba todo desordenado y que había muchos objetos y pertenencias de la jubilada tiradas por el living y las habitaciones. De los tres perros que, según trascendió, Dora cuidaba como hijos, dos la rodeaban como custodiando el cuerpo y un tercero estaba metido debajo de la cama y se resistía a salir.

Según el relato de Jorge, «Dora era muy independiente, hacia todo sola”. Si bien, el hombre observó que «la casa estaba dada vuelta», dijo no saber si le robaron algo, aunque contó que ella vivía de una pensión del marido y de su jubilación. “Cuando entramos estaba atada en el piso boca arriba, atada. La dejaron morir o se murió de un síncope, la verdad no sé”, señaló el hombre.

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Personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Morón, en forma conjunta con efectivos de la zona, trabajaron en la escena del crimen para determinar cómo sucedió el hecho. Según las fuentes, los policías observaron que no había ventanas ni cerraduras forzadas, por lo que trabajan para establecer si la víctima conocía al agresor o si dejó entrar a alguien a su vivienda luego de ser engañada en un robo bajo la modalidad entradera.

Además, los investigadores solicitaron el relevamiento de cámaras de seguridad del barrio, que se encuentran enfrente de la casa y en la esquina, las cuales fueron puestas a disposición desde el municipio de Ituzaingó, y le tomaron declaración testimonial a varios vecinos.

En la causa interviene la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 descentralizada de Ituzaingó, a cargo de María Laura Cristini, quien ordenó las diligencias de rigor y la autopsia para determinar las circunstancias de la muerte.