La historia de dos jóvenes bonaerenses que vacacionaban en Canadá y murieron sepultados por una enorme avalancha
Eran Juan Manuel Sáenz, oriundo de La Plata, y Jerónimo Regina, de Lobos. Practicaban snowboard y esquí cuando los sorprendió una masa de nieve de más de cien metros de ancho. Un joven de Tres Arroyos sobrevivió de milagro.
Juan Manuel Sáenz (izquierda) y Jerónimo Regina (derecha) son las víctimas fatales del trágico alud en Canadá.
Dos jóvenes bonaerenses perdieron la vida de forma trágica en Canadá al ser sorprendidos por una avalancha en la zona del centro de esquí Kicking Horse, en la ciudad de Calgary. Allí habían salido a esquiar y practicar snowboard dentro de un grupo de seis turistas y se encontraron con el desprendimiento de una masa de nieve de al menos cien metros de ancho que los arrastró en una zona de árboles y piedras.
Las víctimas fatales son Juan Manuel Sáenz, de 37 años y oriundo de La Plata; y Jerónimo Regina, de quien no trascendió su edad pero sí que era vecino de Lobos, en el interior de la provincia de Buenos Aires. En las últimas horas, las redes sociales se llenaron de mensajes de dolor y despedida. La noticia conmocionó a ambas ciudades.
La huella que el joven de La Plata dejó en Chile
Sáenz vivió en la localidad platense de City Bell y cursó sus estudios secundarios en el Instituto “Roberto Themis Speroni”, para luego recibirse como arquitecto en la Universidad Nacional de La Plata. Se había instalado en Chile desde hacía un tiempo, donde trabajaba como coach de liderazgo para una empresa de aquel país.
Casado con Javiera y padre de un hijo, era conocido como «Manucín» por sus alumnos y amigos y dejó una huella muy sensible en Chile, al punto que muchos alumnos aún tratan de asimilar su muerte. Una de ellos es Carla Labra Alarcón, a quien el joven de La Plata ayudó durante cinco años a empoderarse y dejar atrás situaciones que condicionaban su vida.
«Los logros que tengo como mujer, se los debo en gran parte a su contención. Él era inspirador, y dejaba una huella, incluso en alguien que lo conocía por unas horas», le dijo a Clarín la mujer, que tiene un emprendimiento gastronómico en la comuna de Conchalí, al norte de Santiago de Chile. Y agregó, casi entre lágrimas: «Su partida de este plano hace reflexionar acerca del círculo de la vida». El domingo, un grupo de sus alumnos se reunió en el Parque Araucano para homenajearlo.
Lobos llora por la muerte de Jerónimo Regina
Jerónino Regina era hijo de dos vecinos muy queridos en Lobos: el fallecido Buby Regina y la docente jubilada Eleonora Raschia, quien se dedicaba al comercio. Fue futbolista de distintos clubes de la liga local, como el Provincial y el Lobos Athletic, donde lo recuerdan con mucho cariño.
De hecho, el Athletic publicó en sus redes: «Todas las partidas son tristes pero cuando se va alguien así, del club, deportista, amigo y siempre presente cuando ha hecho falta, realmente duele mucho. Un tipo de primera».
Comerciante y apasionado por el esquí, se supo que en el momento del alud que terminó con su vida se encontraba junto a un amigo también lobense, Carlos Rangone, quien sobrevivió. La tristeza en la localidad bonaerense es total y así se evidenció en las redes sociales, donde entre tantos mensajes, uno de sus amigos escribió: «Jero querido, me quedo con ese recuerdo lindo de ese viaje inolvidable a Río Negro, con la categoría 82. No lo puedo creer. Abrazo enorme para tu vieja y tu hermano. Que en paz descanses, mi loco hermoso».
La tragedia en Canadá, en el relato de un sobreviviente
Del grupo de seis turistas, tres no se vieron afectados por el enorme alud. De los restantes que fueron arrastrados por la masa de nieve, sólo uno sobrevivió: se trata de Josué Alonso, un experimentado esquiador de 35 años que quedó enterrado durante más de una hora y pudo ser rescatado.
Internado en una clínica de Calgary, relató a La Voz del Pueblo de Tres Arroyos, su ciudad natal: «Estábamos los seis en una parte, nos tiramos y se desprendió una avalancha muy grande que nos agarró a tres». Según narró, sobrevivió porque su cabeza quedó fuera de la nieve.
«Tenía el aparato de seguridad que es para avalanchas, que emite ondas para que logren encontrarnos. Gracias a Dios contaba con eso y pudieron rastrearme. Me desenterraron, tengo la pierna derecha bastante quebrada, tibia y peroné en tres partes, el tobillo quebrado en varias partes y la pelvis también, activaron todos los sistemas de rescate en helicóptero y me trasladaron a la clínica”, cerró.
