Se vende el Coliseo de Ituzaingó: cuál es el impactante precio del espacio que un arquitecto local inauguró hace un año
Se trata de una réplica del histórico monumento de Roma y tiene una superficie de 200 metros cuadrados. Es una de las distintas obras de Rubén Díaz, el ingenioso artista local que también está detrás de otras 30 obras temáticas en el distrito.
Casi un año después de su inauguración, el Coliseo de Ituzaingó, la ingeniosa réplica del monumento romano que creó el arquitecto y artista local, Rubén Díaz, está a la venta. La propiedad está emplazada en la calle Coronel Lorenzo Barcala al 450, entre Cura Brochero y Bernal, del barrio Villa Ariza. Y ya es ofrecida en sitios web inmobiliarios como Zona Prop, y hasta en Mercado Libre.
El edificio tiene una estructura de 200 metros cuadrados, ocho metros de altura, una imponente fachada y un frente libre con recepción, un amplio salón, escalera con hierro forjado, baños para hombres y mujeres -incluye uno apto para personas con discapacidad-, una oficina con sanitario privado y un depósito. En la parte trasera hay un amplio patio donde se encuentra un anfiteatro.
Rubén Díaz trabajó allí con los muralistas Emanuel Castillo y Fausto Báez, encargados de la pintura del interior y de dar una «sensación de profundidad» con las perspectivas e ilusión óptica. El día de la inauguración, el 28 de abril del año pasado, el talentoso artista recibió a cientos de vecinos, a quienes les repartió porciones de pizza y golosinas mientras les mostraba el lugar. Allí reconoció que la idea del Coliseo responde a su deseo de construir «las siete maravillas de Ituzaingó».
La propiedad ya se ofrece en Internet con un precio de U$S 430.000 y su futuro es incierto. Se espera que sea adquirido para fines comerciales como el desarrollo de un bar o centro cultural, aunque el destino de esta ingeniosa obra quedará en manos del futuro comprador del lugar.
La historia del creador del Coliseo de Ituzaingó
Rubén Díaz es arquitecto y maestro mayor de obras egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), aunque reniega de los encasillamientos académicos. «Un título no te garantiza nada. Es discriminatorio. Sirve para tener una matrícula y demostrarle a otra persona que uno es idóneo para el trabajo para el que es contratado, pero no para tener valores sociales ni categoría”, planteó.
Vecino de Ituzaingó de toda la vida, no asistió a la ceremonia de graduación porque le exigían ir con corbata. «Les dije que no estaba capacitado para rendir ‘Corbata’. Nunca me habían dicho que esa materia estaba en la currícula”, bromeó.
Y aseguró: «La arquitectura para mí es una excusa. Es una filosofía de vida lo que propongo. Para mí la carrera ideal debería ser ‘Arquitista’. Es decir, arquitectura pero dejando que la mente se libere y la mano y el corazón se expresen solos».
Con 69 años, se ha encargado de manifestar que «yo quiero que Ituzaingó este en el mapa del turismo nacional con sus obras históricas. Lo que el ferrocarril y Avenida Santa Rosa dividió durante años, yo quiero volver unirlo».
Así, se ha vuelto el autor de más de 30 obras temáticas a lo largo y ancho del distrito del oeste del Gran Buenos Aires, que revolucionan los paisajes urbanos y no paran de llamar la atención, de hecho, son compartidas en las redes sociales a menudo.
Algunas de esas construcciones son el Arco del Triunfo de 11 metros de altura en Boulevard Fleming y Bruselas; la Torre Eiffel de 16 metros de alto en la calle Lavalleja 40, el Obelisco de 11 metros ubicado en su casa del barrio Villa Ariza y la Torre de Pisa de 7 metros de altura en la calle Posta de Pardo, entre Nicasio Orosio y Avenida Ratti. También reprodujo la famosa Taberna de Moe de Los Simpsons, a la que debió cambiarle el nombre por una intimación legal de la cadena televisiva Fox.
Este año espera terminar la pintura de la Gran Muralla China, el proyecto de una Estatua de la Libertad «con el cuerpo del Principito, una rosa en vez de una antorcha y en una mano la bandera del mundo». También tiene en ejecución otra obra: las Pirámides de Egipto, que estarán sobre la calle Fleming.