Insólito: un sanatorio de Quilmes le dijo que su padre había muerto pero en realidad estaba vivo
Ocurrió en el Sanatorio Urquiza: dieron por fallecido a José Santillán (70 años) y así se lo comunicaron a su hija. Horas después, le informaron que había sido un error. La familia trasladó al hombre, que se recupera de Covid-19.
En el Sanatorio Urquiza de Quilmes Oeste, los médicos dieron por muerto a un paciente que estaba vivo. El insólito error ocurrió días atrás, cuando le informaron a una mujer que su padre, José Santillán (70), que se encontraba internado allí, había fallecido.
El hombre había sido derivado el pasado viernes 7 de enero desde la Clínica Calchaquí con un cuadro de neumonía bilateral, luego de haber tenido Covid-19. Su hija, Micaela, contó a InfoQuilmes que «el ingresó bien, aunque no podía respirar, por lo que le pusieron oxígeno y ventilación invasiva».
Hasta el lunes 10 de enero, la mujer reveló que «estaba consciente y hablaba» pero en la madrugada del martes 11 hubo un cambio: «Me llaman por teléfono a las 2 de la mañana para decirme que lo iban a tener que intubar. A las 5 llegué al sanatorio pero el médico no me atendió hasta las 11. Ahí me dijeron que suba a terapia y que mi papá había fallecido».
Conmocionada por la trágica noticia, Micaela sufrió una descompensación producto de una crisis nerviosa. Terminó desmayándose y, luego de ser asistida, avisó lo sucedido a sus ocho hermanos. «Estuvimos tres horas y cuando pedimos los papeles para los trámites funerarios nos informaron que habían cometido un error, que atribuyeron a que ‘había dos pacientes’. No lo podía creer», relató.
A raíz de esa situación y debido a que su padre está estable, Micaela decidió pedir su derivación al Hospital El Cruce de Florencio Varela. Y dijo que pidió hablar con un directivo de la clínica pero sólo la atendió una secretaria que no le dio respuestas.
La clínica de Quilmes, denunciada tras la muerte de una joven
El Sanatorio Urquiza viene sumando, desde hace años, denuncias por mala praxis y deficiencias en la atención médica. Puntualmente, desde septiembre pasado, una familia pide justicia por la muerte de Martina Belén Olmedo, una joven de 19 años que entró con un dolor abdominal y terminó falleciendo en confusas circunstancias.
La chica ingresó a la guardia el sábado 18 de septiembre con cálculos en la vesícula. La internaron, la revisaron, y le ordenaron un análisis de sangre y ecografías. «Nadie la atendió. A las 7 de la mañana le indicaron un antibiótico y se lo dieron a las 7 de la tarde. Ese sábado a la mañana, un cirujano la vio y no la quiso operar. A las 5 de la tarde la subieron a la sala y nadie más la revisó y la atendió. Recién a las 9 de la noche una enfermera le tomó la temperatura y tenía 37,3 grados, pero porque yo misma le di un paracetamol dado que ellos no tenían ni eso», dijo la madre.
Luego, agregó: «La enfermera dijo que tenía la presión baja pero no era así, tenía taquicardia. Presentaba todos los síntomas de un shock séptico y nadie hizo nada. A las seis de la mañana del otro día empezó a delirar y tenía 38 grados de temperatura. Una enfermera le dio una Novalgina pero nunca llamó a la médica de guardia. A la media hora, Martina se descompensó, tuvo un paro cardíaco y murió».
El informe del médico legista, basado en la historia clínica, reportó que a la joven le hicieron maniobras deficientes de RCP: «El inadecuado accionar asistencial, le hizo perder chante terapéutica por no ajustarse a las recomendaciones y prácticas médicas. Lo que se denuncia es una pérdida de chance, un deficiente accionar médico sin controles, ni evaluación clínica ni de laboratorio».
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El documento remarcó que Martina «tenía 9 horas de shock» y que «se perdió tiempo, se perdió chance, no se aplicaron los tratamientos a tiempo, no se controló ni de tomó conducta médica» aunque ella «dio todas las alarmas tanto clínicas como de laboratorio, las cuales no fueron interpretadas ni atendidas, dejando un cuadro de shock séptico a la libre evolución».
La familia realizó manifestaciones, incluso frente a las instalaciones del Sanatorio Urquiza para exigir justicia. Acusan legalmente a la clínica de «homicidio». La madre de la joven dijo que «nada me va a devolver a mi hija, pero esperamos que tengan la delicadeza de cerrar las puertas y que esto no pase nunca más. Lo único que queremos es que cierren y no voy a parar hasta que eso suceda».